Ocho detenidos por la agresión a dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua
La Guardia Civil ha desatado esta mañana una operación para detener a los supuestos agresores de los dos guardia civiles y sus parejas la noche del pasado 15 de octubre en la localidad navarra de Alsasua. Según fuentes del instituto armado, la operación se ha saldado con ocho arrestados.
El pasado jueves la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, en un auto en el que reclamaba al Juzgado de Instrucción 3 de Pamplona la causa que investiga la agresión, reveló que la Guardia Civil y la Policía Foral ya habían identificado a doce personas por esos hechos. Todos ellos son miembros del Movimiento Ospa, responsable de la campaña de la izquierda abertzale ‘Alde Hemendik’ (Fuera de Aquí) contra las fuerzas de seguridad del Estado. Se trata de Jokin Unamuno Gokoetxea, Adur Ramírez de Alda y Edurne Martínez Arrese, a los que la magistrada define como «principales promotores de las movilizaciones anuales del ‘Ospa Eguna’» para exigir la salida de Navarra y el País Vasco del instituto armado. Junto a ellos habrían participado en la «agresión» y en los «insultos» Aratz Urrizola, Julen Goikoetxea, Jon Ander Cob, Iñaki Abab, Oihan Arnanz, Aitor Calleiras, Ainara Urquijo, Aritz Urdangarin y Naiara Bengoetxea.
La juez aseguró que los doce «conocían con anterioridad la condición de guardias civiles del teniente y el sargento, siendo esta única y exclusivamente la causa por la que los agentes fueron insultados y golpeados». Para defender que se trataba de un delito de terrorismo, enmarcaba la paliza en la estrategia del movimiento ‘Alde Hemendik’, al que pertenecerían los identificados.
Lamela, haciéndose eco de los informes de los servicios antiterroristas del instituto armado, apuntaba que esta campaña o movimiento fue promovido en su día por Gestoras Pro-Amnistía, con el apoyo de Jarrai, Haika y Segi, los grupos juveniles afines a ETA. Esta estrategia, señalaba la instructora, «persiste en la actualidad a través de plataformas populares vinculadas al entorno radical».
Según la juez, los colectivos como Ospa, «realizan todo tipo de acciones de protesta, presión y hostigamiento contra los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado y de las Fuerzas Armadas -en la actualidad fundamentalmente Guardia Civil y sus familias- buscando provocarles una sensación de continuo miedo e inseguridad e impidiéndoles realizar una vida en condiciones de normalidad».
El auto apuntaba que Ospa y otros colectivos han protagonizado «actitudes provocadoras, manifestaciones, concentraciones, pintadas, pancartas, carteles, vídeos y redes sociales». Y, destacaba la juez, esas plataformas «actualmente cuentan con el apoyo de Bildu, Sortu y Ernai».
Como ya hiciera el Ministerio Público, la juez entendía que los hechos pueden constituir un delito de terrorismo «al encontrarnos ante la comisión de un delito grave contra la integridad física (lesiones) cometido con la finalidad de alterar la paz pública o contribuir a tal fin, atemorizando a los integrantes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y sus familias, especialmente a la Guardia Civil, a fin de que abandonen el País Vasco y Navarra, así como evitar que el resto de ciudadanos entablen relación con aquellos provocando de esta forma su aislamiento social».
El escrito hacía además un detallado relato de los hechos en la madrugada del 15 de octubre, cuando a las 2.30 horas los dos agentes y sus parejas entraron en el bar Koxka de paisano y fuera de servicio. A las tres y cuarto, uno de los identificados, Unamuno, en compañía de Naiara Benogetxea, «dirigiéndose al sargento le dijo que no tenía derecho a estar allí». «Entretanto la gente del bar, entre 20 y 25 personas, se iba acercando rodeando a los agentes y a sus parejas, comenzando a insultarles y amenazarles con expresiones como ‘esto os pasa por venir aquí’, ‘tenéis lo que os merecéis», ‘iros de aquí’, ‘hijos de puta’, ‘cabrones fuera de aquí’, ‘perros’, ‘putos pikoletos’, ‘txakurras’, para a continuación comenzar a golpearles», apuntaba la resolución.
«Los agentes y sus parejas intentaron abandonar el bar, y en la calle, se encontraron con otro grupo de 15 o 20 personas que, junto con las anteriores, continuaron insultando y golpeando a los agentes y su parejas», hasta que llegó la Policía Foral.
Lo que hay es que presentar una denuncia contra el Gobierno de nuestra España por dejación de funciones y no proteger a nuestros policías y guardias civiles, ellos son los culpables.
Yo les daría 25 latigazos para que aprendan a respetar a la autoridad, es un nido de vivo ras, hay que acabar con esta gente ya esta bien de paños calientes, España una gran nación.