Despiden a un barrendero en Palma por entrar en un prostíbulo en horario laboral
El Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares (TSJIB) ha confirmado, a través de una sentencia, el despido de un barrendero de la Empresa Municipal de Aguas y Alcantarillado (Emaya) de Palma por entrar en un prostíbulo en horario laboral. Según publica este viernes «Diario de Mallorca», dicho empleado había sido sancionado ya con anterioridad en diez ocasiones, tanto por faltas leves como graves, como por ejemplo faltar al trabajo sin una causa justificada. Este trabajador llevaba ocho años en Emaya.
Los hechos que motivaron su despido tuvieron lugar en la tarde del 26 de noviembre de 2013. En aquella fecha, el citado empleado y un compañero de trabajo estaban limpiando una zona del centro de la capital balear con un vehículo barredora. La empresa municipal recibió entonces una comunicación en la que se le informaba de que dicho vehículo se encontraba parado en la plaza del Banc de s’Oli, justo delante de un local de alterne. La barredora tenía en ese momento el motor en marcha, sin nadie en su interior, ya que los dos operarios habían entrado en el citado prostíbulo.
Tras lo ocurrido, la dirección de Emaya pidió explicaciones a ambos empleados. Los dos reconocieron que efectivamente habían entrado en dicho local, si bien añadieron que sólo habían permanecido en su interior por un periodo de 10 minutos. Asimismo, señalaron que inicialmente habían aparcado el vehículo barredora sólo para llenar uno de sus depósitos de agua. Según su versión, mientras esperaban a que el recipiente se llenase, habrían sido invitados a tomar una consumición.
En una segunda declaración, con la asistencia de un delegado sindical de la empresa, el trabajador que finalmente sería despedido dio más detalles sobre su actuación. Así, dijo que mientras uno de los depósitos del vehículo se estaba cargando de agua, al mismo tiempo estaba lloviendo mucho. Por esa razón, la dueña del local de alterne habría invitado a los dos operarios a entrar en su establecimiento. Ya en el interior, la mujer les convidó a tomar algo, que fue una cerveza sin alcohol. El citado trabajador insistió en que aquella tarde llovía mucho en Palma y en que no permaneció más de 15 minutos en el interior del prostíbulo.
Sin embargo, el dispositivo de control del vehículo barredora permitió determinar a Emaya que la duración de la parada había sido de 45 minutos. Además, un informe meteorológico constató que aquel día no había llovido en la capital balear. Finalmente, el citado empleado fue despedido, mientras que su compañero en aquella jornada, con mayor antigüedad en la empresa y sin faltas previas, fue sancionado con una suspensión de dos meses de empleo y sueldo.
La sentencia que ha confirmado el despido señala que el empleado afectado tuvo una conducta de dejación del trabajo no justificada, al mismo tiempo que recalca que Emaya, al ser una empresa pública, debe velar especialmente para que sus trabajadores cumplan debidamente con sus obligaciones laborales.
Aquí da igual el empleo, es algo generalizado, ¿A ver quien puede más?
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