Ricardo F. Colmenero.- El famoso “yo me llamo Josep Lluís aquí y en la China Popular”, de Carod Rovira, podría extenderse fuera del sistema solar. Un artículo sobre legislación espacial publicado en la prestigiosa revista científica ‘Astrophysical Notices of the Atlantic’ acaba de revelar la presunta intención de Cataluña de ejercer un derecho que le permitiría disponer de soberanía propia en el caso de que la vida en la tierra llegara a ser evacuada a uno de los denominados exoplanetas.

Dentro de 5.000 millones de años el sol agotará su combustible, pero antes de que suceda se hará más grande, aumentará la temperatura de la tierra y se evaporarán los océanos. Aunque no estaremos aquí para verlo. Otros problemas ligados al cambio climático, los virus, y el agotamiento de los recursos llevaron a Stephen Hawking a reducir a 1.000 años la supervivencia del planeta, y hace escasos meses redujo su previsión a solo 200.

Durante el primer gobierno de Artur Mas al frente de la Generalitat, Blanes acogió unas jornadas organizadas por la agrupación independentista Democrat.cat y la Assemblea de Països sense Sobirania, bajo el título: “¿Es posible una Cataluña fuera del sistema solar?”, en la que se fabulaba sobre esta posibilidad. Pero aquello dio lugar al texto fundacional de la Comisión para la Evacuación de la República de Catalunya (CERC), formada entre otros por Eduard Punset, y ahora en manos del Departamento de Asuntos y Relaciones Institucionales de la Generalitat.Los científicos ya saben que existen decenas de millones de planetas en la Vía Láctea con posibilidades de albergar vida. El más cercano, Próxima Centauri b, fue descubierto el pasado 24 de agosto, y se encuentra a unos cuatro años luz de la tierra, con lo que tardaríamos en llegar con la tecnología actual unos 30.000 años. Considerando que hace 150 años no existía el teléfono, y ahora podemos mover desde un sofá en la tierra un robot en Marte, quizá haya cierto margen para la esperanza.

El Tratado de Naciones Unidas sobre el Espacio Exterior de 1967 establece que ninguna nación puede tener el derecho de propiedad sobre la luna y otros cuerpos celestes, pero la Generalitat cuenta con un as en la manga. Próxima Centauri b fue descubierta por el astrofísico de la Universidad Queen Mary de Londres, Guillem Anglada-Escudé, de Terrassa. Una circunstancia que ha servido para que la Oficina Exterior de Catalunya en Houston se haya atrevido a contactar con el Associate Administrator de la NASA, Robert Lighfoot, y reconocer sus aspiraciones de disponer de un territorio habitable y provisto de agua potable no inferior a los actuales 32.000 kilómetros cuadrados. La película ‘La llegada’, que se estrena esta semana en los cines, ha puesto el acento en la importancia de los lingüistas en el caso de contactar con extraterrestres.

Pero incluso en esto los independentistas se han adelantado a Hollywood, reclamando a la NASA que en el caso de que exista vida inteligente en Próxima b, por justicia con Anglada-Escudé, el primer contacto se haga en lengua catalana.