A nadie le interesa la violencia de género (y II)
He aquí algunas soluciones a los problemas planteados en el artículo anterior.
Educación: No se trata de educar en igualdad de género ni de empoderar al género femenino. Esto sólo genera más desigualdad y discriminación (mal llamada positiva) entre hombres y mujeres, potenciando la guerra de sexos, o sea, lo contrario de lo que se pretende evitar. De lo que se trata es de educar en el respeto al otro, la tolerancia al diferente, dejar a un lado el egoísmo y confrontar las propias ideas con las del prójimo aceptando las diferencias de opinión, religión, sexo, edad, etc.
Trabajo: La igualdad laboral no es establecer un sistema de cuotas en el que las mujeres tengan que tener un porcentaje de los puestos de trabajo sino empoderando (aquí sí) la meritocracia, es decir, el acceso mediante la capacidad para el puesto. Solo así se estimula la igualdad de oportunidades para todos. Además, mentir al respecto de la diferencia salarial no es de recibo.
Publicidad y leyes: Las propias campañas y hasta la ley 1/2004 de protección a la mujer hablan de violencia de género sólo en femenino y es un error. ¿Es que acaso no hay hombres maltratados? ¿Nadie ha visto mujeres violentas en el hogar? ¿No sufren la violencia doméstica niños ancianos y otros miembros de la familia? Los damnificados no incluidos no están protegidos y la palabra “genero” no se entiende si no se hermanan lo femenino y lo masculino.
Baste esto como muestra de por qué, en violencia de género, todo fracasa
*Presidente de la Asociación de Padres de Familia Separados de Las Islas Baleares (APFSIB)