No es obra del “tripartito” antiespañol, sino de doña Rita Barberá
Que nadie se equivoque ni confunda. La declaración de las Fallas de Valencia, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, no ha sido gracias a la iniciativa del “tripartito” compuesto por comunistas, socialistas y comprometidos con el catalanismo separatista, no. Ha sido gracias al trabajo y el empeño de una mujer, que amó a su ciudad con toda su alma. Me estoy refiriendo a doña Rita Barberá; la mejor alcaldesa que ha tenido la ciudad de Valencia, y que falleció recientemente en un hotel de Madrid, después de ser abandonada a su suerte por los de su propio partido, y linchada, criminalizada, condenada y “ejecutada”, tras un largo juicio paralelo y mediático.
Por tanto, la declaración por la UNESCO a las Fallas de Valencia, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, es un logro tan importante como otros muchos alcanzados por Rita Barberá. Que no vengan ahora los miserables antiespañoles del “tripartito”, a ponerse medallas o galones.
Las únicas insignias que debe lucir el “tripartito”, que gobierna gracias a los pactos pero sin haber ganado las elecciones son, la de convertir a Valencia en una zahúrda; la de apoyar a los antitaurinos por ir contra la Fiesta Nacional de España; la de declarar a Valencia en la capital europea de la homosexualidad; la de convertir las aceras y los pasos de cebra de la ciudad en festivales de ciclismo en pista; la de arruinar a los vendedores del Mercado Central; la de convertir la Natividad de nuestro Señor y la “cabalgata de los reyes Magos de Oriente” en una representación teatral de “prostitutas” sacadas de un wéstern desfilando como reinas magas; y la de intentar reabrir contra viento y marea la deficitaria televisión “Canal 9”, con el fin de adoctrinar al pueblo valenciano en el odio a España, igual que lo ha venido haciendo Cataluña con un rotundo éxito.
Doña Rita Barberá, como gran anfitriona y siempre en nombre de Valencia, estuvo nada menos que cinco años acudiendo a los foros internacionales e invitando a disfrutar y admirar la fiesta de las Fallas, a toda aquella institución o representante de la misma que pudiera favorecer tal denominación.
Dio a conocer como nadie la fiesta de las Fallas en el exterior, con el fin de atraer y que pudieran venir de todas las partes del mundo a conocerlas y disfrutarlas. Y todo lo hizo por Valencia, pero también, y esto no hay que olvidarlo, “para ofrendar nuevas glorias a España”, estrofa sagrada de nuestro himno, que esta patulea infecta del “tripartito” antiespañol quiere eliminar para siempre, manifestando así su odio a España.
Con todos los errores que se quiera porque son cosas humanas, nadie ha hecho tanto por Valencia ni por sus Fallas como Rita Barberà. Por lo tanto, hay que dejar rotudamente claro, que esta declaración por la UNESCO de las Fallas de Valencia, ha sido el fruto de su trabajo, tesón y perseverancia, y debe formar parte del legado de esta gran heroína del pueblo de Valencia.
Que Dios acoja en su Gloria a doña Rita Barberá Nolla, con este gran abrazo fraternal de miles de valencianos y valencianas, que se sienten, como se sentía ella, profundamente españoles.
El problema que tuvo Doña Rita fueron las puñaladas que recibió de sus propios compañeros de partido. Cuando gobernaba, porque se aprovecharon de los cargos que ocuparon gracias a ella y robaron lo indecible. Y cuando cedió la alcaldía por el pacto contra natura del tripartito, posible sólo porque esos felones arrimados durante décadas a la sombra de Doña Rita desprestigiaron sin tregua el proyecto primigenio de AP y después PP, entonces la echaron a los leones de la prensa canallesca para que respondiera por los delitos de otros.
Estos del “tripartito” del odio a España que están gobernando Valencia, son tan cafres; son tan repugnantes; son tan sumamente nefastos e ineptos, que no es que estén haciendo buena a Rita Barberá, no. La están subiendo a los altares y la están glorificando. De tal manera, que doña Rita pasará a los anales de la Historia reciente de Valencia y de España, como la mujer que impidió durante su mandato, que Valencia fuese vendida por un plato de lentejas a los separatistas catalanes.