Las palabras de Sadam Husein han sido proféticas
John Nixon, antiguo analista de la CIA, revela en su libro: “Interrogatorio a Sadam Husein”, los detalles del interrogatorio que los servicios secretos de EE.UU. realizaron al máximo mandatario iraquí antes de que fuese asesinado. En un artículo en “Time” ha recordado que la predicción que lanzó Sadam Husein antes de morir se ha hecho realidad.
Hoy que la zona sigue sumida en el caos y las banderas negras del Daesh están desplegadas en buena parte de Iraq y de Siria, aquellas palabras de Sadam parecen proféticas. Resuenan como un eco en Occidente, y como un latigazo en las conciencias de los poderosos e insaciables globalistas, máximos responsables de los capítulos tan dolorosos de los que hoy nos lamentamos.
Dice Jonh Nixon: -“Cuando interrogué a Saddam, me dijo”: “Vais a fracasar. Vais a encontrar que no es tan fácil gobernar Iraq”. “Concretamente señaló como causas del futuro fracaso de EE.UU. a la hora de pacificar el país, el desconocimiento del idioma, la historia y la mentalidad árabe”.
Sadam Husein estaba en lo cierto. El fracaso ha sido estrepitoso. Miles de víctimas inocentes por atentados terroristas y por el genocidio contra cristianos en cualquier latitud del Planeta, y miles y miles de soldados muertos en el campo de batalla desde que comenzaron las invasiones y las guerras en cadena, de los que el gobierno de Obama guarda el más absoluto silencio.
Dicho esto, no estaría de más traer de nuevo a colación una obsesión por muchos olvidada, como origen principal de las distintas contiendas que se vienen librando en la zona. Me estoy refiriendo naturalmente, a la obsesión enfermiza del ex presidente Bush con Iraq. Para ello, sería necesario volver a analizar profundamente ciertos datos, para entender esa obsesión y ese empecinamiento.
Kuwait era parte de la provincia iraquí de Basora. Inglaterra, trazó una línea arbitraria, declarando a Kuwait estado independiente, aunque bajo su protectorado. Para tener una idea clara de lo sucedido más tarde, no hay que olvidar su rico subsuelo. Petróleo en abundancia. Ello explica, que en 1961 cesara Inglaterra en su protectorado y negociara con los emires contratos que afectarían a la extracción, comercialización y distribución del crudo. Iraq reivindicó el territorio kuwaití, pero la reivindicación fue inútil. En muy pocos años, Kuwait pasó, de la miseria a la opulencia, con la renta per cápita mayor del mundo. Sólo las inversiones en el exterior de los grupos KIA y KIO superaron los 100.000 millones de dólares.
En el mundo islámico había dos tendencias, la moderada y la radical, o sea, la que practicaba una política de entendimiento con el mundo occidental, y la que reaccionaba con los movimientos fundamentalistas y violentos.
Pues bien, la torpeza de la política exterior norteamericana, a impulsos de un capitalismo salvaje, en demanda de conseguir una fuente de energía necesaria para su bienestar y desarrollo, llevó a los Estados Unidos a enfrentarse, incluso bélicamente, con las naciones árabes amigas de Occidente. El Sha de Persia, por ejemplo, pertenecía a ese grupo moderado y prooccidental. Norteamérica logró su caída y, a ese régimen moderado y prooccidental siguió el radicalismo fundamentalista de Jomeini, cuya potencia militar y económica y su fanatismo religioso, podrían llevarle a una guerra victoriosa contra los judíos. Para evitarlo, el remedio al error cometido al deponer al Sha fue otro error: enfrentar a los iraquíes amigos de Occidente, con el fundamentalista Jomeini, idolatrado por su pueblo. Con este fin, a Sadam Husein, el árabe prooccidental y moderado, había que ayudarle y pertrecharle. Todo tipo de armamento le fue suministrado por Norteamérica, Inglaterra y Francia.
Hecho este breve análisis, es lógico suponer las razones que Sadam Husein tendría para justificar la invasión de Kuwait el 2 de agosto de 1990. Tales razones podrían desprenderse de los siguientes argumentos:
Tras ocho años de guerra contra Irán. Era necesario que Iraq reparase las enormes pérdidas causadas por la cruentísima guerra. El fin de la contienda exigía un puesto civil de trabajo para aquellos que iban a desmovilizarse, y la evacuación de más de un millón de trabajadores, egipcios en su mayoría, que ocupaban esos puestos laborales. Se hacía imprescindible una transformación económica para la costosa financiación que todo ello comportaba. Sadam Husein creyó contar con la simpatía de quienes le habían apoyado y habían impuesto a la nación iraquí un sacrificio tan enorme. La invasión de Kuwait por Iraq, no entraba en la mente del ciudadano de a pie, pero, no era desconocida por las grandes potencias. Al margen de la discutida notificación previa que pudo hacer Sadam Husein a la embajada norteamericana en Bagdad, una cosa es cierta: que la movilización que exigía la puesta en marcha del ejército iraquí no pudo ser ignorada ni por los cinco mil asesores soviéticos instalados en puestos claves del aparato militar, ni por los servicios confidenciales de la CIA o del Mossad hebreo.
La decisión de Sadam Husein, bajo mi punto de vista, fue estimulada por una política injusta y de mal ejemplo: Si el triángulo Francia, Inglaterra y Estados Unidos no movió un solo dedo, cuando húngaros y checoslovacos lanzaban un grito desgarrador de socorro contra los tanques soviéticos que aplastaron sin misericordia su libertad; si la URSS había invadido con un ejército poderoso Afganistán sin que Occidente se escandalizase; si tropas norteamericanas habían atravesado la frontera, para barrer a sangre y fuego la ciudad de Panamá, poner cerco a la Nunciatura Apostólica y llevarse preso a Miami al general Noriega; si las resoluciones de la ONU relacionadas con la ocupación por los judíos de Palestina eran desobedecidas; si, por hablar de lo que es más nuestro y más nos hiere, la resolución que ordena que Gibraltar se descolonice resulta papel mojado para Inglaterra y para el propio Consejo de Seguridad; si todo esto tuvo lugar, ¿por qué Saddam Hussein no habría de entender que lo mismo sucedería en su caso?
Tras la Guerra del Golfo, en la que se ensayaron mísiles y los bombardeos fueron continuos, se pensó que los iraquíes quedarían aniquilados, o se rendirían poco después del comienzo de las hostilidades. Pero no fue así. El enfrentamiento duró mucho más de lo previsto y las consecuencias para Iraq fueron terribles. Así y todo, a pesar del esfuerzo norteamericano para desplazar de la presidencia a Sadam Husein, éste continuó al frente de su país, con el apoyo de un pueblo que sufrió el bloqueo comercial y la muerte de millares y millares de niños, faltos de nutrición y medicinas.
Por tanto, la voluntad norteamericana de provocar un cambio de régimen en Iraq atentaba contra la Carta de las Naciones Unidas, que otorga al Consejo de Seguridad el poder en materia de mantenimiento de la paz y de la seguridad internacionales. Y, en virtud de su artículo 34, el Consejo de Seguridad disponía, y dispone, del derecho “de investigar” por iniciativa propia en cualquier situación que pueda amenazar la paz mundial.
Desgraciadamente, muchos de nosotros en 2003 ya nos rendimos ante la evidencia, de que la guerra contra Iraq tendría lugar, sólo quedaba una incógnita, la fecha de la ofensiva. Estados Unidos, ignorando el derecho internacional, atacaría Iraq. Además, ante la tragedia que se anunciaba, las consecuencias serían muy graves, no sólo para la región sino para el mundo.
Invadieron Iraq, asesinaron a Sadam Husein, han arruinado todos los equilibrios regionales, y han sembrado, aún más, el odio y la ira. Y no lo hicieron a instancias de una causa noble y justa ante los ojos del mundo, sino simplemente porque era su voluntad.
Nosotros, los españoles, no pudimos impedir un ataque contra Iraq, pero tampoco estábamos obligados a aplaudirlo ni a participar.
Muy clarificador.
Si después de leer esto, todavía queda alguien que no entiende lo que está pasando, una de dos, o es un irresponsable dogmático globalista, o es tonto de babero.
Gran artículo y muy bien explicado.
Los únicos que no sabían de que iba la invasión de Irák, era la gente común y corriente, en Europa. ¿Que sentido tenia quitar a un dictador pro-Occidental? Obviamente, el objetivo, perverso y carroñero, era dejar el camino libre a los califatos y la invasión de Europa. En aquel tiempo, confiabamos mas de nuestros gobernantes. Sadam y otros nos lo decían ya… – Cuidado que van para Europa también.- (Al comprobar que sus “aliados de por décadas” los traicionaron.) Ahora que ya entendemos mejor que esta pasando, ya es tarde, pues están entrando por millones. Todo lo tenían bien calculado,… Leer más »