Ni la virulenta campaña contra el presidente Donald Trump; ni la publicación del romance entre Bárbara Rey y el rey emérito; ni tampoco el manido “enfrentamiento” entre Iglesias y Errejón, consiguen ya ensombrecer la grave felonía y la traición que se está llevando a cabo en Cataluña.

Las tres farsas son buenas, pero el “enfrentamiento” entre podemitas no tiene desperdicio. El pasado sábado 14 de enero de 2017, se convocó una manifestación en Bilbao para apoyar el acercamiento de asesinos etarras que cumplen condena, hasta las cárceles de Vascongadas. Pues bien, el aspirante elegido por los medios para liderar Podemos dejaba en Twitter el siguiente mensaje: -“Todos los derechos para todas las personas. Ya no hay excusas”.

Este es el niñato utilizado por los “inventores” de Podemos, para representar una farsa tipo paripé de enfrentamiento contra “el coleta”, al objeto de dar oxígeno asistido a la formación morada, con el único objetivo de alargar su existencia. Y me explico.

Este podemita al que llaman “moderado”, deja claro su apoyo a los asesinos etarras, pero no acude a la manifestación de Bilbao. Por lo visto andaba liado con su promoción y propaganda de la mano de los que lo utilizan como “tonto útil”, seguramente, hasta que oficialmente se declare el “holocausto venezolano”. El siniestro y lamentable panorama que se vive en Venezuela, unido al cúmulo de despropósitos que sus asesores llevan a cabo en España allá donde gobiernan, están colocando a Podemos en la cuerda floja, lo que ocurre, es que todavía no es el momento de ofrecer la información a través de los medios, para darles la puntilla.

Primero, es imperiosamente necesario alargar su existencia escogiendo y apoyando una figura con un discurso más meloso, al objeto de que el partido sobreviva hasta que el chavismo reviente por sus cuatro costados.

Hay un dicho castellano que dice: “de mis amigos me libre Dios, que de mis enemigos me ocupo yo”. Un niño grandote vestido de hombre no siempre es sinónimo de agresividad y violencia, sino que puede poseer el más tierno, delicado y limpio de los corazones. Sin embargo, un aspecto físico enclenque y escuálido puede albergar un cerebro siniestro y perverso; la apariencia de niño bueno, esconde muchas veces lo peor de un ser humano.

Permítanme que les transcriba lo que decía Errejón en Barcelona en 2014, durante un homenaje organizado por la embajada venezolana a la figura de Hugo Chávez. Esta intervención –que considero una nimiedad para el grueso de la información que debe obrar en manos del gobierno-, quedó grabada para desgracia del promocionado, pudiendo extraerse las líneas maestras de su doctrina ideológica. Esto decía sobre Chávez y su régimen:

– “Hace un año yo estaba en Venezuela, que para mí se ha convertido en una patria de acogida. Y para mí, el 5 de marzo es siempre tristeza honda; pero en realidad es y fue también un privilegio: El de haber vivido la mayor muestra de pasión política y de cariño popular que haya conocido y posiblemente que jamás conozca.

Decenas y decenas de miles de caras serenas y preñadas de futuro; miles de Chávez. Si alguien quiere saber quien era Chávez, basta con ver quienes eran los canallas que festejaron su muerte, y quienes eran las gentes humildes que le lloraron.

Normalmente trato de atar una cierta distancia analítica, pero hoy la verdad es que os pido disculpas porque no voy a poder y no me apetece demasiado. Por mí, también pasó Chávez.

Chávez fue un nombre propio que pasó a ser un nombre común; un nombre de los que, hasta ayer eran dolores separados y hoy ya es un pueblo. Un nombre de un cambio cultural irreversible. Hay una amiga, venezolana, afrovenezolana, que me dijo una vez que, desde Chávez, desde que llegó Chávez, su nariz, su nariz afrovenezolana, ya no le daba pena, ya no le daba vergüenza. Y posiblemente ya no se la vuelva a dar. Ese es el Chávez sembrado, ese es el pueblo sembrado.

Decir hoy Chávez, es decir por eso expansión del horizonte de lo posible; es decir orgullo de los muchos; es decir la patria es el hombre; es decir viviremos y venceremos.

A Chávez le debemos la recuperación de la política como un arte plebeyo y cotidiano; le debemos la reivindicación de la democracia como apertura permanente, como tensión permanente; el socialismo como democracia sin fin.

A Chávez le debemos la reivindicación de la lectura y del estudio, no como coleccionismo de esencias muertas ni de salmos para recitar ni de carnés de pureza, sino como hambre de conocer y de pedagogía de armarse y de saquear los arsenales del pensamiento, con el respeto irreverente para cambiar la historia como se hizo siempre, desobedeciendo a los manuales. Porque aquí, como con Silvio Rodríguez, también, o inventamos o erramos.

A Chávez le debemos la piel en la política. A Chávez le dolía su pueblo, el niño arañero de choza de palma, el beisbolista, el cadete de alma guerrillera, el llanero alzado y el estadista. Le dolían como propios los dolores de los de abajo, de ahí su inquebrantable y obstinada lealtad con ellos, con ellas, con los de abajo. Como le cantase quizá antes sin saberlo, Silvio Rodríguez, iba matando canallas con su cañón de futuro.

Hoy en Venezuela vuelven a sonar ladridos del pasado. Hoy la democracia en revolución resiste los ataques de las fuerzas reaccionarias, y los que monopolizan la comunicación, quieren construir con una sola voz un cerco contra Venezuela. Pretenden que defender a Venezuela manche y estigmatice. Bueno, pues bien, si todavía no lo habían hecho ya, que me apunten en esa lista, que nos apunten a todos en esa lista. Porque Venezuela no está sola; en el sur de Europa necesitamos mucho de ese cálido viento latinoamericano que borre a tanto canalla. Les queremos; Chávez vive, la lucha sigue”. Fin de la cita.

Este es el retrato del niño bueno y moderado de Podemos que está siendo utilizado por el poder mediático para entretener a la masa, mientras Cataluña es un volcán a punto de entrar en erupción. Sus promotores lo saben; y lo saben porque la información es poder, y esa información la tiene el gobierno para utilizarla políticamente, cuando y donde lo estime oportuno.

Insisto, a mi modo de ver, los ataques indiscriminados contra Donald Trump; el antiguo romance de Bárbara Rey con el rey emérito; y el enfrentamiento que por entregas nos están ofreciendo a través de los medios informativos entre Iglesias y Errejón, solo obedecen a una estrategia más de los que controlan el poder y los medios de comunicación en España, con el fin de ganar tiempo y disimular, no solo la gravedad de lo que sucede en Europa tras la entrada masiva de refugiados e ilegales, sino la felonía y la traición que se está llevando a cabo en Cataluña, por todas las formaciones representadas en el Parlamento que se dicen constitucionalistas, encabezadas por el Partido Popular.