Hay situaciones en que la rebeldía es un deber
Según Jorge Vigon, solo el que manda ha de hacerlo también dentro de límite de sus atribuciones en virtud de aquella ordenación en que juega; y las ordenes han de recaer sobre cosa lícita y permitida. Fuera de la ley no hay obediencia debida.
En este supuesto, continúa, la utilidad pública está implícita en las órdenes del que manda legítimamente; condición de legitimidad que si en muy excepcionales condiciones – por imposición de deberes de orden superior – señala un límite a la obligación de obedecer, le deja de ordinario toda su fuerza de obligar, sin ponerle tasa.
Todo el quid de la cuestión suele estar en no servir a un poder que no sea legítimo. Sólo que ni a todo el mundo pueden inquietar estos conflictos ni todos tienen capacidad para resolverlos.
Olvidar esto puede conducir a situaciones de una desagradable fecundidad. En una orden hay que distinguir entre la letra y el espíritu y hay ocasiones en que, como se atiene mejor al espíritu, es desobedeciendo la letra de las órdenes.
Cuando no se tiene esta seguridad, la consecuencia puede ser la del coronel del cuento, que un día se encontró con la tropa sublevada.
A quienes no están preparados intelectual y moralmente para entender rectamente, hay que hacerles comprender la necesidad de resignar el cuidado del discurso y la facultad de decisión en quienes puedan ejercitarlos, cuestión que no comprenden los dirigentes separatistas catalanes. En la milicia y en las FFCSE ha de ser el oficial al mando quien siempre sepa dónde está el deber y quién está capacitado para señalarlo.
La tarea es fácil en las circunstancias normales; pero cuando éstas se salen de lo corriente como va a pasar en Cataluña pueden ser extraordinariamente dificultosas.
Pero las situaciones en que la rebeldía es un deber, como es el caso de los miembros de la policía autónoma catalana respecto a sus mandos políticos, son tan poco numerosas como extravagante es el caso catalán.
No es lo corriente que a unos modestos mossos, se le presenten ocasiones de resolver estos arduos problemas de esta especie como se los plantean los separatistas. Pero como parece que va a ocurrir a cualquiera le bastaría una brevísima meditación para no extraviar su conducta; porque si la orden de ejecución es injusta y del incumplimiento de tal no se deriva un mal mayor, el deber estricto es el de desobedecerla.
Cuando la orden injusta no parte de tan altas instancias jerárquicas, entonces la solución al conflicto es mucho más sencilla; la injusticia es una evasión del orden, de la ordenación: es una insubordinación, porque la subordinación obliga a todos por igual, al superior como al subordinado, al que manda como al que obedece.
Entonces, si la importancia del caso lo justifica, como en el hipotético caso catalán, el subordinado tiene siempre expedito el camino para recurrir de la injusticia o de la extralimitación. Si el superior no revoca la orden, como el daño de la insubordinación será, en este caso, menor que el que cause la subordinación o la ejecución de la susodicha orden, deberá incumplirse”.
* Teniente coronel de Infantería y doctor por la Universidad de Salamanca
Pero es que no se va a llegar a esto ni mucho menos. Toda esta movida terminará con una mejora sustancial de sus finanzas, con competencias de casi estado e inmunidad para imponer definitivamente el catalán. Observe Usted que todos los partidos de las Cortes han mostrado su predisposición a ello. Eso sí, todo por preservar la integridad de la Nación.
Lo acabo de leer ahora mismo. Don Enrique Millo afirma que están abiertos a hablar de 45 de los 46 puntos famosos que presentó la Generalidad a la Moncloa hace unos meses. El único del que no quieren hablar es del referendo. Del resto, de todo.
Está claro que aquí no hará falta llegar a ninguna desobediencia. Con una soberana bajada de pantalones habrá bastante.
Cuando los que mandan, incluso legítimamente como resultado de unas elecciones libres, hacen la legislación correspondiendo a sus intereses .
¿Contra que’ y en que circunstancias te rebela?
La teoría es correcta, pero en mi opinión falla un detalle y por eso no se suele aplicar: Desobedecer una orden injusta puede no provocar un mal superior al conjunto x, pero al individuo de a pie que desobedece le joden la vida y se lo quitan TODO. Y eso sí es un mal superior. Por eso la secuencia normal suele ser perderlo todo y después desobedecer. Otra evidencia es que como peón, no puedes echarle un pulso al rey, por mucha razón que tengas, porque te crucifica. En conclusión, la rebeldía es un deber muy caro.
Exacto.
Además estamos en un contexto en que no existe la espoleada de perderlo todo y hundirse en la mierda o hasta morir. Ahora prima buscar mejores condiciones como el sueldo o evitar problemas.
Pero en esas situaciones suele haber más de un superior, o rey como le llamas.
Los mossos no obedecerán al espíritu, ni moral, ni ética, ni sentimiento nacional (el español cada vez más extinto). Ellos obedecerán a lo que consideren menos peligroso para sus puestos. Dicho de otro modo: lo más cómodo. En la sociedad catalana lo normal es no encontrar sentimiento catalán. En toda España se ha arrinconado ese sentimiento, por no decir insultado; en Cataluña y otros lugares es más pronunciado. Los mossos viven en esta sociedad y no son distintos. Hace mucho que se viene tratando este asunto en el ambiente secesionista. Son conscientes de su extrema necesidad. Han ido comentando de… Leer más »
Completamente de acuerdo con lo expuesto en el articulo, por eso es por lo que hay que fugarse si te meten preso siendo inocente, pero nada de usar la violencia, eh? los medios de fuga y los perjuicios colaterales deben ser proporcionales y reducidos al minimo, debe mantenerse siempre una actitud morigerada y tranquila, nada de romper a codazos traqueas de funcionarios de policia en las cabinillas de quitarse la ropa para hacerte las placas de rayos X cuando te sacan al hospital (se mete uno contigo en la cabinilla-vestuario para quitarte los grilletes y que puedas quitarte la ropa,… Leer más »