“Una nación no se pierde porque unos la ataquen, sino porque quienes la aman no la defienden”
Que existan miles de vividores dispuestos a vender su alma al diablo para que no se les acabe el momio y la mamandurria, es la consecuencia de la pérdida de principios y valores morales de nuestro pueblo.
Que proliferen cada vez más todo tipo de plataformas, asociaciones y movimientos proinmigracionistas, capaces de hacer lo que sea con tal de seguir chupando de las subvenciones públicas, es obvio que entra dentro también de una cultura muy arraigada en la democracia española, para no dar un palo al agua.
Estos buscavidas son despreciables y repugnantes. Y nos repugnan, porque actúan contra nuestros propios intereses, hasta tal punto, que para seguir viviendo a costa de los demás, son capaces de defender con uñas y dientes que las ayudas públicas, que en teoría deberían ir preferentemente para los españoles en situación de extrema necesidad, se estén repartiendo y adjudicando a las comunidades de inmigrantes en perjuicio y detrimento de los hijos de España.
Este tipo de comportamientos son sin duda condenables, pero considero mucho más siniestro y perverso; mucho más reprobable y censurable, que la propia Iglesia católica española, con escasas pero honrosas excepciones, y como ya sucediera con el terrorismo etarra cuando los curas con sotana daban cobijo a los criminales y se negaban a oficiar funerales por sus víctimas, esta Iglesia, digo, esté contribuyendo ahora a través de “cáritas”, como hemos podido ver en la manifestación del pasado sábado 18 de febrero en Barcelona, a la entrada masiva de refugiados musulmanes en España sin tener en cuenta para nada su religión, su sectarismo y modo de vida; sin medir las consecuencias de una actitud tan suicida; y sin valorar tampoco lo que está sucediendo en Alemania, Bélgica o Francia.
Pero es que además, los principales medios informativos controlados y al servicio del gobierno, por el hecho de hallarse en quiebra técnica, no solo se postran genuflexos ante quienes los sostienen económicamente, sino que tácitamente ocultan y omiten la discriminación que sufren los españoles, en beneficio de los ilegales y las asociaciones que los apoyan.
No nos debe extrañar por tanto, que lo que viene sucediendo en España sin que los medios informativos lo hagan público, solo puede obedecer a un mandato de la élite mundialista, para no detener la piqueta demoledora puesta en marcha, con el único objetivo de acabar con Europa y nuestra civilización cristiana y occidental.
Les sugiero que lean atentamente lo que cuenta a través de la Redes sociales este humilde funcionario que presta sus servicios en una oficina del INEM, de las miles que operan por todo el territorio nacional. Dice así:
“Trabajo en una Oficina de Empleo y puedo aseguraros que por derecho, todos tenemos las mismas posibilidades de recibir ayudas públicas. Pero en la práctica no es así.
Mi trabajo consiste en conceder o denegar subsidios de desempleo. Subsidios, que nada tienen que ver con la prestación que percibe durante algún tiempo un trabajador que se ha quedado sin trabajo, y que vulgarmente conocemos como: “paro”. Hablo de un subsidio que se concede a los parados que han agotado las prestación por desempleo, no tienen más ingresos familiares, tienen personas a su cargo, cuentan con más de 52 años de edad, etc.
Pues bien, para percibir éste subsidio o ayuda, un inmigrante tiene muchas más ventajas y posibilidades que cualquier ciudadano español. Puedo aseguraros -porque lo veo y lo tramito diariamente-, que son muchos los días que salgo “enfermo” de la oficina, viendo a qué y a quiénes se destinan las ayudas públicas, fruto del esfuerzo y el sudor de los contribuyentes españoles.
Podría dedicar horas y horas para contar todas las canalladas que se están cometiendo en este campo, al amparo de las leyes aprobadas por el muy “garantista” Parlamento democrático español. Puedo aseguraros, que si lo hiciera, os asquearía ser ciudadanos de este país. Por ello, solo haré una simplificación de lo más cotidiano.
Los marroquíes por ejemplo, forman uno de los colectivos de inmigrantes mejor informados a la hora de entrar y establecerse en España. Están bastante mejor asesorados que nosotros, los españoles. Esto les da opción a que puedan “exprimir” hasta el límite de lo imaginable, todas las ayudas estatales, autonómicas y locales, que la democracia española ha puesto a su alcance.
Un marroquí, con sólo trabajar seis meses en España, ya puede traer en la práctica a toda su familia hasta aquí, para vivir de por vida de las ayudas públicas. Saben exactamente los días que tienen que trabajar o “simular que trabajan” para encadenar ayudas -en la práctica perpetuas-, para vivir en España. Ellos lo saben y lo explotan hasta el límite.
Muchas y muchos de estos marroquíes no trabajan ni trabajarán en su vida. Muy bien asesorados, crean empresas ficticias que simulan trabajos que no existen, para cotizar seis meses o un año y así renovar el permiso de residencia, agrupar a sus familias en algunos casos y, por supuesto, encadenar subsidios hasta de cuatro años consecutivos. Cobran de todo y por todo. Una verdadera sangría para el erario público español.
Hasta la típica mujer marroquí de 50 años de edad, que no sabe ni leer ni escribir, ni sabe hablar español, ni nada de nada, en cuanto pisa una vez España, eso sí, muy bien asesorada y con la documentación preparada por alguna oenegé, lo primero que hace es apuntarse al paro. Se marcha a Marruecos, vuelve al cabo de un año, pide una RAI (renta activa de inserción) como desempleada de larga duración, y ya tiene cinco mil euros en su bolsillo. Así de fácil. Las prestaciones y subsidios por desempleo son ayudas económicas para atender a todos aquellos que habiendo perdido un trabajo y queriendo trabajar, no pueden hacerlo teniendo además cargas familiares.
La cuestión es que los marroquíes no quieren trabajar; han hecho de estas ayudas públicas su objetivo principal en la vida, tanto para él como para su familia. Logran entrar en España tocando “el palo de la lástima” so pretexto de huir de la miseria y buscar un empleo. Todo mentira. Vienen muy asesorados sobre los chollos que nuestra clase política ha puesto a su alcance, y a parasitar a costa de nuestro trabajo, sudor y sacrificio.
Pero lo más indecente de todo, es que la mayoría disfruta esos dispendios tranquilamente en Marruecos. Esta gente cobra tanto subsidio, porque se los damos para mantener a su familia en Marruecos. Y pondré un ejemplo:
En cierta ocasión, denegué a una mujer española un subsidio. La pobre mujer era madre de cinco hijos; resulta que sumando los ingresos de su marido y de dos de sus hijos, se excedían del límite de rentas para tener derecho al subsidio que la mujer demandaba. Pues bien, a un marroquí, jamás se lo hubiera denegado ¿Por qué?, pues muy sencillo, a aquella mujer española le pude ver sus rentas, las de sus hijos, sus sueldos, sus vidas laborales, si han vendido un piso, si perciben algún tipo de pensión, si tienen ingresos de la finca del pueblo, etc. Puedo verlo todo desde mi mesa de trabajo sin moverme, y tan solo conectándome con las bases de datos de la Seguridad Social y de Hacienda.
En cambio de un marroquí, no puedo saber nada de él; ni “qué cojones hace”; ni si cobra algún sueldo en Marruecos él o su familia; ni si está divorciado o no; ni si sus hijos son sus hijos o no lo son; ni si tiene una o veinte empresas a su nombre; ni si acaba de vender uno o tres pisos. No puedo saber absolutamente nada de él. Y, como no puedo saber nada de él, ni ver nada sobre su renta o patrimonio, y solo presenta la documentación que le han facilitado sus asesores de turno tal y como contempla la norma, pues subsidio concedido. Así de simple, triste y lamentable. España es el país más garantista del mundo para cualquiera que venga de fuera, pero no para sus hijos. Otro ejemplo:
A los españoles nos cuesta más de 10.000 euros la boda de un marroquí ¿Cómo? Muy sencillo. Cuando a un joven marroquí se le acaba la prestación por desempleo y viene a por el subsidio, le pregunto: ¿Estás casado? -No ¿Tienes hijos? -No. Pues no tienes derecho al subsidio porque no tienes esposa ni hijos a tu cargo; o sea, no “mantienes” a nadie. A la semana siguiente, aparece con un papel en árabe traducido al castellano que dice que un “cura” marroquí lo ha casado hace tres días. Entonces, ¿qué hacemos nosotros? Pues le hacemos el regalo de bodas. Vacaciones pagadas de dos a tres años en su país viviendo a cuerpo de rey. Lo único que tiene que hacer es renovar la tarjeta de demanda cada tres meses. Pero tranquilos, se lo hemos puesto fácil, pueden hacerlo por internet, ni siquiera tiene que esperar en la cola de la oficina del INEM para su visado.
Al “casarse”, ya mantiene a una persona, a su mujer, que está en Marruecos, a la que nadie conoce, y que nunca pisó España. Por eso tiene derecho a un subsidio de dos años de media. Cada boda marroquí nos cuesta a los españoles entre 10.000 y 20.000 euros. Así de sangrante. Ellos lo saben, por eso actúan en consecuencia: Pagan la dote al vecino de turno para “estar casado” con su hija (es literal, lo leo en sus certificados matrimoniales traducidos) y ya puede vivir a costa de los contribuyentes españoles durante varios años. “Contrajo matrimonio” única y exclusivamente para cobrar el subsidio que le facilitan los políticos españoles representados en el Parlamento, legitimados por los “gilipollas” que los mantenemos, a costa de dejarnos la vida trabajando”. Fin del relato.
Que atractivo y democrático resulta disfrazarse de buen samaritano, y ejercer el buenismo y la limosna con el dinero de los demás. Si realmente sintiesen lo que proclaman respecto a los refugiados, comenzarían por recoger cada uno de ellos en su propia casa a una familia de esos inmigrantes corriendo con los gastos que generen, y sin meter la mano en las arcas públicas. Pero no, no es el sufrimiento de esas gentes que dicen huir de las guerras lo que los lleva a movilizarse. Esas movilizaciones son la consigna recibida por la izquierda a nivel mundial, y obedecen a un solo objetivo: invadir y descristianizar Europa. Prueba de ello, y en esto hay que insistir una y otra vez, que los países más ricos y de su misma religión, como Qatar, Kuwait, Arabia Saudí o Emiratos Arabes, no se han dignado en acoger a un solo refugiado, mientras la izquierda europea ha guardado el más absoluto de los silencios, ¿por qué?
Prefieren dar entrada masiva a miles de inmigrantes para que acaparen las ayudas públicas y desestabilicen nuestro estado de bienestar, antes que destinar esas ayudas a proteger a los hijos de España, y a españoles en situación de extrema pobreza.
Hoy, más que nunca, debemos hacer nuestras aquellas palabras pronunciadas por don Blas de Lezo y Olavarrieta (1689-1741) almirante, héroe español y universal: “Una nación no se pierde porque unos la ataquen, sino porque quienes la aman no la defienden”.
Creo que nunca como ahora acertó tanto este dicho castellano: “De fuera vendrán que de casa nos echarán”.
Excelente artículo.Es para llorar de imptencia. Es la puta social democracia que padecemos en europa,que no es una democracia real sino una oligarquía de ladrones y sinverguenzas´que nos han desnaturalizado,nos han llevado a la miseria moral y económica.
Sencillamente impresionante.
IMPRESIONANTE. No por conocido me dejó indiferente.
A mí me gustaría que desgranarán por una vez las ayudas a los inmigrantes. Con luz y taquígrafos. Me gustaría que LA RATONERA hiciera un especial sobre el tema. Porque sinceramente yo creo que la Justicia y la Administración discrimina al autóctono frente al extranjero, sin embargo me encantaría que se mostrara y se explicara de forma irrevocable, indefectible y que todo el mundo lo pudiera comprender la situación en la España actual. Estoy 100% de acuerdo con el artículo. Pero me sabe a poco,. Está bien las impresiones de la realidad. Pero por una vez podrían intentar mostrar con… Leer más »
pues a ver quien es el chulo que les saca las estadisticas a las comunidades autonomas ,inem ,gobierno, caritas ,cruz roja etc . por que no las dan ,esta prohibido ,ni las de delicuencia tampoco. por que sera? . pues por que se les veria el culo de traidores que tienen los politicos y demas vividores de lo publico y los borregos que les votan ya no podrian ir de buenistas correctamente politicos ,guais y progres .si no de GILIPOLLAS Y TRAIDORES QUE ES LO QUE SON .
nacion y nacionalismo van unidos,si desaparece el segundo desaparece el primero
no hay nación sin nacionaloismo,es asi como pretenden hacer desaparecer a las naciones
sin nacionalismo la nación no tiene sentido,no tiene razón de ser
todo aquel no nacionalista tenia que ser expulsado de la nación,eso si que es blasfemia,traicion,lo peor