El bosque de los olvidados
Una vez más tenemos que insistir en que todo quedó diluido como un azucarillo. Llegamos al decimotercer aniversario del 11-M, sin que se nos haya explicado con luz y taquígrafos quién o quiénes fueron los autores intelectuales de la masacre. Aquellos que desde la sombra idearon, planearon y metieron sus manos asesinas en un asunto tan nauseabundo. Y, porqué digo esto, pues porque yo tuve mis dudas principalmente, acerca de los motivos que indujeron a los verdaderos responsables. Durante muchos años he intentado llegar a una conclusión que me hiciese despejar esas dudas, pero no había manera. Hasta que el 10 de agosto de 2015, cuando el rey emérito, cuya oscura y reprobable trayectoria no es necesario volver a explicar aquí, se refirió al 11-M y dijo a los periodistas: “Lo lleváis crudo. A mí todavía me ocultan cosas del 23-F”.
Ahí, en ese preciso instante, fue cuando mis dudas comenzaron a despejarse. Enseguida recordé toda una sucesión de acontecimientos perfectamente concatenados y definidos: el magnicidio de Carrero Blanco; el atentado del hotel Corona de Aragón de Zaragoza camuflado como un incendio fortuito; el envenenamiento del “aceite de colza”; la “expropiación de Rumasa”; el “23-F”; la “guerra del Golfo” o guerra hipócrita; el asalto al islote de Perejil; el “pacto del Tinell”; el “chivatazo del bar Faisán”; la irrupción de Pablo Iglesias y su entonces novia en “el gato al agua” de Intereconomía; los micrófonos ocultos en “La Camarga”; las escuchas en el despacho del ministro Fernández Díaz; y un larguísimo etc.
¿Puede existir algún español sensato que todavía crea, que media docena de moros que se dejaron coger en apenas unas horas, pudieron planear y llevar a efecto un golpe de tal magnitud?
Van pasando los años, y nada de todo esto parece importar. Ahí está “el bosque de los ausentes”; el de las 192 personas inocentes asesinadas; 192 cipreses y olivos; cinco minutos de silencio laico, y música de fondo. Ni una oración colectiva; ni una Cruz tan solo… Y yo, que pertenezco a este pueblo tan ninguneado y golpeado por los profesionales de la política, porque no me olvido ni me olvidaré de las víctimas del terrorismo de la ETA, me sigo preguntando, ¿dónde está el bosque del casi millar de “ausentes”? Policías, guardias civiles, militares, taxistas, cocineros, ingenieros, mujeres embarazadas, obreros, estudiantes, etc. Cadáveres sacados por la puerta de servicio a hurtadillas y a la hora de la siesta. Cadáveres de recónditas capillas ardientes con funerales mendigados de parroquia en parroquia en Vascongadas, y negados sistemáticamente por políticos sin alma… Cuánta cobardía, cuánta miseria moral, cuánta escasez de caridad cristiana, cuánto separatismo de golpes de pecho y de misa diaria, y cuanto marxismo de capucha y metralleta.
Por esos casi mil asesinados y cientos de mutilados, por todos ellos, reclamo una vez más desde aquí “El Bosque de los Olvidados”; un bosque con un millar de sauces cuyas ramas, como brazos en oración, pidan clemencia por haber dado su vida por esta España que no los merece, y cuyo olvido ha servido para pagar una Transición nunca acabada y a la que llaman pacífica.
Y si el monumento vegetal a los Ausentes ha sido levantado en Madrid, yo propongo que “El Bosque de los Olvidados” sea erigido en Zaragoza, ciudad donde el terrorismo se cebó inmisericorde, y ejemplo de lealtad, honradez, y punto de encuentro del apóstol Santiago con la Virgen del Pilar, y de la España realmente solidaria y total.
Pero mientras nuestros gritos de dolor nadie escucha, lo cierto es que España se desintegra. Una España que se oculta hipócritamente tras un sucedáneo de la verdadera libertad. Esta España de la izquierda revanchista, atea, antitea, marxista, y fetiche del resentimiento y del odio. Esta España gobernada por una banda liderada por un cobarde acomplejado que no se enfrenta a los enemigos de la Patria, y que languidece dulcemente con aquellos que quieren acabar con nuestra civilización cristiana y occidental. Una clase política que sin escrúpulos morales pacta con el separatismo más brutal y sanguinario, y se abraza a líderes políticos que someten a sus pueblos a la represión y la tiranía.
Que nadie se equivoque ni confunda, estamos a las puertas de la desintegración de España, bien sea con el reconocimiento del “soberanismo”, del “cosoberanismo”, de la “unidad en la Corona”, del “desarrollo de los derechos históricos”, de la “autonomía nacional”, de lo “plurinacional” y el “plurilingúismo”, o cualquier otro eufemismo que pueda inventarse el pesebrista de turno.
Ejemplos no faltan para mostrar esta terrible decadencia. Mientras el islamismo extiende sus tentáculos por nuestra geografía, y Cataluña y Vascongadas hacen público su deseo de separarse de España, el Valle de Arán, para quien no lo sepa, hace tiempo que solicitó su autonomía; y hasta Santo Domingo, una gran urbanización cercana a Madrid, pidió su separación del municipio de Algete.
¿Anécdotas? ¡No! Lo serían si el huracán separatista no soplara con tanta fuerza en esta España del “nuevo socialismo” del Partido Popular. Sin embargo, cabría preguntarse, ¿por qué sopla tan fuerte en España y no ocurre por ejemplo en los Estados Unidos, en Francia o en Austria? Pues por la sencilla razón de que llevamos cuarenta años soportando que a los niños españoles en las escuelas, se les imparta una historia manipulada, no se les inculque el amor a la patria española, y no se les hable jamás de la idea de España, si acaso, del estado español, con lo cual lo sustantivo se convierte únicamente en un adjetivo –algo que califica al Estado, pero que no es el nombre de una nación ni de una patria-.
Lo cierto es, que mientras un coro de lamentaciones se alza en determinadas publicaciones y en boca de algunos periodistas y políticos que, al fin, comienzan a vislumbrar las orejas al lobo, los impresentables “nuevos socialistas” del Partido Popular –que son quienes realmente están gobernando este país-, intentan negociar a toda costa con aquellos que se pasean por el mundo entero con dinero de nuestros bolsillos, para pisotear nuestra bandera, nuestro himno, ciscarse en lo que España significa, y reírse de nuestro pueblo, de la Corona, de la democracia, de los Tribunales de Justicia, y hasta de la mismísima Constitución.
Excelente articulo.Cuando se habla de transición pacifica, ¿nadie se acuerda de los mil muertos ? .Lo demás, es pura ingeniería social.El café para todos, con sus diecisiete reinos de taifas. las competencias de educación transferidas,entre otras cosas, a las autonomías, ¿que podíamos esperar?.A la muerte de Franco éramos una potencia emergente y eso el N.O.M, no lo podía consentir. Pusieron a peleles de presidentes y ahora estamos como estamos. LO del 11M, creo que, nuestra generacíón, al menos , nunca sabremos la verdad. Gracias por recordar a nuestros muertos
Gracias una vez más por acordarse de las victimas del terrorismo etarra. Muchas gracias por honrar en sus escritos a las víctimas y a sus familiares. Todos le estamos enormemente agradecidos.
Sr Román. Le recomiendo el libro titulado La Tesis Prohibida cuyo autor es el nieto de Blas Pilar. Después de leerlo y reflexionar me abrió los ojos a muchos hechos ocurridos en la reciente historia de nuestra Patria
PATRIA TRABAJO JUSTICIA
ARRIBA ESPAÑA
Nota del administrador: Bueno, no es la mejor referencia posible. El libro está pésimamente escrito y eso le resta valor y rigor.
Pues el libro dice cosas muy interesantes como que Arias Navarro y Gutierrez Mellado eran masonazos de tomo y lomo.
Sr Administrador. Si quiero leer un libro con rigor leeré el Quijote. De este libro me interesa más el fondo y en cuanto a lo de que resta valor porque está pesimamente escrito permítame que discrepe con usted
Nota del administrador: Puede usted discrepar todo lo que quiera, pero el libro (literiariamente hablando) podría haberlo escrito un niño de ESO.