El lendakari vasco, Íñigo Urkullu

José Manuel Otero Lastres.- Hace unos días los Presupuestos Generales del Estado de 2017 superaron el trámite de las enmiendas a la totalidad y ya se han presentando también las enmiendas parciales. Éstas comenzarán a discutirse estos días en Comisión, antes del último paso que será el sometimiento a la aprobación por el Congreso de los Diputados.

Es sabido que hasta ahora han mostrado su predisposición a aprobar los Presupuestos, el PP (con inclusión de la Unión del Pueblo Navarro y Foro Asturias), Ciudadanos, el PNV y Coalición Canaria. Un total de 175 diputados. Pero falta un voto y Pedro Quevedo, perteneciente a “Nueva Canarias”, que ha presentado 49 enmiendas, ha cifrado en 450 millones de Euros en inversión para las Islas lo que costaría su voto decisivo.

Como yo no estoy en la dialéctica política, no tengo por qué creer que los presupuestos del PP son “endemoniados” y que tienen por objeto “machacar” y empobrecer a las clases más humildes. Antes al contrario, pienso que lo lógico es que sean unos presupuestos posibilistas y que tratarán de compatibilizar de la mejor manera posible los distintos intereses contrapuestos de la ciudadanía.

Por eso, si nadie lo remedia, estos presupuestos van a reajustar varios cientos de millones de euros que acabaran beneficiando solo a determinadas regiones de España, en lugar de la inicial previsión que hizo el gobierno que se supone que atendía los intereses de la generalidad.

Pues bien, ¿no habrá entre los miembros de la oposición, aunque sea un solo parlamentario que tenga la grandeza de pensar en los intereses de España y haciendo visible que de verdad, y como dice el artículo 67.2 de la Constitución, no está ligado por mandato imperativo, vote a favor los presupuestos generales?

Tan audaz como inesperada actitud evitaría el reajuste presupuestario que exige el mencionado parlamentario canario, mientras que para el interesado solo tendría como consecuencia tener que pagar una multa. Pero no sería la primera vez que viéramos en la actual legislatura a algún parlamentario díscolo. Pues en el PSOE hubo bastantes que rompiendo la disciplina del partido socialista votaron en contra de otorgar la confianza a Mariano Rajoy. Y al parecer solo les costó una multa de 600 €. ¿No vale la defensa de los intereses generales de España tan exigua multa? Para mí tengo que, si un diputado de la oposición tuviese la personalidad de demostrar a los españoles que no está ligado por un mandato imperativo y votara públicamente a favor de los presupuestos, tendría una brillante carrera política. Si no en su partido, en cualquier otro que lo acogería con los brazos abiertos, porque no serían pocos los españoles que le agradecerían el gesto.