Dios los cría
A.S.- Dios, o el big bang, los cría y ellos se juntan. Ahí están los camaradas del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) y la cuadrilla folclórico-lingüística de la Zociedá pal Ehtudio´el Anadalú (ZEA). En esta ocasión se han unido para perpretar una especie de traducción de la obra de Antoine de Saint-Exupéry ‘El Principito’, (’Er Prinzipito’, según los ZEA-SAT). Al pobre personaje del escritor y aviador francés, con baobab incluido, lo han ridiculizado como han podido estos dos organismos por vía del insigne Huan Porrah, que es como se hace llamar un individuo que en el registro civil figura como Juan Porras. No sabe uno muy bien por qué el sindicato este no se llama Cindicato Andalú de Trabahadore ni por qué Sebiya, lugar elegido para presentar la parodia, no se llama Zebiya o Sssebilla, ya que las formas de pronunciación de nuestra vasta-y a veces tan basta como estamos viendo-, región son tan variadas y complejas como en su día demostró Manuel Alvar.
Pero no. Aquí se tira a bulto y se va a la broma gruesa. Porque, por mucho que los implicados en el despropósito quieran revestirlo de un mínimo de seriedad la cosa suena a broma. Seriedad, ya decimos, es el estudio exhaustivo e inteligente que hizo Alvar y que en ningún caso podría considerar al andaluz como una lengua ni como un dialecto. Alvar pormenorizó los diferentes modos de hablar en Andalucía. Numerosos microcosmos con características y peculiaridades que varían de una comarca a otra y que los compadres de la ZEA quieren ignorar para unificarlo en una especie de batúa andaluz que tiene más que ver con la ilustración de un chiste o con las malas caricaturas que los imitadores y los graciosos del ramo hacen cuando quieren encarnar, y normalmente ridiculizar, a un andaluz.
Lo que supuestamente pretenden los miembros de esta sociedad es luchar contra los prejuicios que dificultan el uso normal del andaluz. Bueno, para empezar, ya está dicho y demostrado por las más solventes autoridades del idioma, el andaluz no existe como tal. Y para seguir, quienes se oponen a este uso absurdo de la gramática solo están contra la apología del analfabetismo. Detrás de todo esto hay una confusión entre la sencillez y la ignorancia y una falsa reivindicación de lo humilde. No es de extrañar que el SAT avale fenómenos de este tipo. Anteayer mismo su líder, Diego Cañamero, daba plantón a la cita que tenía con el Tribunal Supremo. Ese hombre es tan justo que está por encima de las leyes del mismo modo que los miembros de la ZEA escapan de algo tan reaccionario como la lengua española. Cañamero basa su ideología en el uso de camisetas con la efigie de su compañero Bódalo, condenado por propinar una paliza a un concejal de Jódar. Un acto de libertad, lucha obrera o lucha libre, da igual. Confundiendo la progresía con las actitudes más reaccionarias y retrógradas, su sindicato preconiza la independencia de Andalucía. Ya tienen un idioma. Y su Prinzipito.
Cada día pienso que es difícil que haya más gilipoyas sueltos, pero por desgracia me equivoco.