Daily Stormer (Reproducido).- En una Europa que abre sus fronteras cada año a millones de africanos sin ningún tipo de control, azotada desde hace décadas por una epidemia de violaciones y asesinatos -perpetrados por los propios invasores y sus descendientes-, la Unión Europea ha llegado a la conclusión de que lo más importante en este momento es eliminar los vídeos que “inciten al odio” de las redes sociales. Que en la práctica se traduce en la censura de los vídeos que los judíos odian, porque les expone.

El Mundo: “La Unión Europea ha aprobado varias propuestas para combatir la propagación de mensajes de odio en redes sociales. Su objetivo es que algunas de las redes sociales más populares del mundo, como Facebook, Twitter y YouTube, eliminen con más eficacia vídeos en defensa del terrorismo y la violencia, según informa Reuters.

…Las propuestas contemplan que, dado que el vídeo ha empezado a formar una parte fundamental de redes sociales como Facebook o Twitter, y ya eran algo imprescindible para Google a través de YouTube; las compañías responsables deben tomar medidas para bloquear el contenido que incite al odio, justifique el terrorismo o defienda atentados como el sufrido esta semana”.

Como siempre, la legislación diseñada para proteger los intereses judíos se justifica alegando razones que nadie puede rebatir. ¿Quién no está de acuerdo con prohibir vídeos violentos defendiendo atentados como el de Manchester? Es algo que la mayoría de la población aprueba; ellos lo saben, y por eso lo utilizan como coartada.

Claro que en la práctica esta ley no se va a utilizar para censurar vídeos del ISIS, sino para impedir que vídeos de canales nacionalsocialistas, o los que simplemente rechazan o cuestionan la ideología antiblanca financiada, promocionada e impuesta a golpe de ley por el Establishment político que hoy representa la Unión Europea, puedan propagarse en libertad.

No está claro qué mecanismos pondrán en funcionamiento Facebook, Twitter o Google para respetar esta posible nueva legislación, pero todas han empezado a introducir opciones de aviso y de moderación para que los propios usuarios indiquen qué contenidos son inadecuados y los responsables de la eliminación de vídeos o noticias actúen en consecuencia.

Todos los que frecuentamos Youtube sabemos que los canales nacionalsocialistas y antisemitas en general se están multiplicando a un ritmo holocáustico. En los últimos años, canales como Menuda Judiada, History Truths, The Impartial Truth o Red Ice TV han acumulado decenas de miles de suscripciones, a pesar de no disponer de ninguna publicidad; tampoco pueden monetizar sus vídeos, censurados frecuentemente.

Youtube, propiedad del gigante kosher Google -fundado por los judíos Sergey Brin y Larry Page- lleva ya años censurando el contenido “antisemita”. Recientemente han caído canales como Alerta Judiada Int. (canal secundario de Menuda Judiada, dirigido a un público internacional), Hans Ulrich Rudel (después de alcanzar cerca de 40k suscripciones), Oscar Turner, Antony Holz, o Der Himmelstern.

Vídeos sobre Adolf Hitler son censurados en Gran Bretaña a petición del propio Gobierno.

Cuando vídeos mostrando páginas de periódicos -con la cifra cabalística de los seis millones antes de la Segunda Guerra Mundial- son censurados por “incitar al odio” es evidente que hay gato encerrado.

Los sionistas llevan desde la década de los 60 introduciendo los delitos de odio para proteger sus intereses étnicos. Lo hacen siempre en nombre de todas las “minorías” del país y de otros marginados por su naturaleza destructiva y antisocial. Un buen ejemplo es la conocida Ley Mordaza en España. Artículo 510. (del nuevo Código Penal español)

1. Serán castigados con una pena de prisión de uno a cuatro años y multa de seis a doce meses:

a) Quienes públicamente fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo, una parte del mismo o contra una persona determinada por razón de su pertenencia a aquél, por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad.

Para desviar la atención del colectivo judío, también suelen hablar en nombre de todas las minorías del país y de otros grupos rechazados por la sociedad para justificar leyes destinadas a proteger los intereses judíos étnicos en el extranjero.