Un ejército cipayo en una democracia fallida
Por Pío Moa.- La celebración del Día de las Fuerzas Armadas se ha centrado este año en Guadalajara, una provincia muy tranquila, política y económicamente de segundo orden… y no en Barcelona o Bilbao, no hace falta decir por qué. Lo que ya revela mucho de la situación que hemos alcanzado. En cambio el ejército español lleva bastantes años actuando en llamadas “misiones de paz” –una clara perversión del lenguaje típicamente orwelliana, “la paz es guerra y la guerra es paz” —en numerosos países. No quiero decir con ello que el ejército debiera utilizarse para someter a los separatistas. En primer lugar no hace falta, sería una operación para algunas compañías de la Guardia Civil, pero sobre todo es una cuestión política: llevamos decenios de colaboración y financiación de los separatismos por parte de los gobiernos, y eso es un problema que debe solucionarse políticamente antes de que se convierta en una crisis histórica.
En las “misiones de paz”, España ha perdido más de 160 hombres y ha gastado unos 10.000 millones de euros, según el interesante estudio de los militares Blas Piñar Gutiérrez y José María Manrique Ejércitos anulados, donde examina la evolución de las doctrinas de defensa en el franquismo y desde la transición. El estudio incluye unos anexos sobre Gibraltar, militares asesinados en atentados desde 1973, la cuestión del Sahara y otros temas de gran actualidad, a pesar de que un corrompido periodismo evite mencionarlos; con raras excepciones.
Con motivo del Día de las Fuerzas Armadas hemos visto en las redes sociales y los medios de masas, o parte de ellos, un despliegue de patriotismo publicitario bajo el lema “Nuestra Misión Tu Libertad”. Un lema tan falsario como los que solían emplear los soviéticos. Otros tuits decían “nuestros cazas vigilan nuestras fronteras”. Dentro de mis escasas posibilidades, he treplicado con algunos mensajes: “Nuestros cazas no vigilan nuestras fronteras, están provocando y asediando a Rusia, a miles de kilómetros” (y nuestros tanques también). “Nuestra libertad no se defiende creando caos y guerra civil en otros países, como Libia o Irak”. “Los políticos de la corrupción y la hispanofobia han convertido al ejército español en un ejército cipayo”. “Las intervenciones de la OTAN no son ajenas al auge del terrorismo islámico y de las corrientes masivas de refugiados” “Los refugiados casualmente van a Europa y no a Arabia Saudí o Catar… financiadores del islamismo yijadista y amigos de la OTAN”. “Nuestro ejército no defiende a España, sino intereses ajenos, bajo mando ajeno y en idioma ajeno”. Alguna vez he señalado el increíble servilismo militar con el inglés (claro, los mandos reales no usan el español), su aceptación de una colonización que socava algo más que nuestro interés político: nuestra cultura. “Tenemos un ejército cipayo en una democracia fallida”.
He insistido a menudo en cómo nuestra posición real, militar y política, viene determinada por la permanencia de la colonia de Gibraltar. Y no solo es cosa de que la OTAN excluya las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, únicos lugares por los que podríamos temer agresiones, es que aún si las cubriera, la neutralidad sería la mejor de las opciones internacionales para España, una vez disuelto del Pacto de Varsovia. Como lo fue en las dos guerras mundiales del siglo XX. En “Una hora con la Historia” he desarrollado la cuestión, y creo que cualquier medida de regeneración política debe incluir un cambio fundamental en la política exterior, cosa que ningún partido parece dispuesto a abordar, ni siquiera los que se proclaman más patriotas. Se olvida que España empezó a perder soberanía a chorros con Felipe González, cuando convirtió a Gibraltar en un emporio para Inglaterra o cuando comenzó la obra de “cipayización” militar metiéndonos en la OTAN, o cuando nos llevó a la CEE en condiciones muy perjudiciales. Hay que hablar de lo que casi nadie quiere hablar.
España tiene hoy una clase política fundamentalmente hispanófoba, premiadora del terrorismo, financiadora de los separatismos, promotora de la colonización cultural y creadora de un ejército cipayo. Todo lo cual define la situación como una democracia fallida, después de las esperanzas de la Transición. Una transición con graves errores que en vez de corregirse se han agravado por unos partidos corruptos no solo económicamente, sino más aún intelectual y políticamente. Hay que salir de ese pozo negro
El último párrafo es genial aunque se queda corto sino vengan a las islaa canarias y a gran canaria y vean que ejército de narcotraficantes y delincuentes financia a los terroristas.
Faltó mencionar la presencia de fuerzas españolas en Haití inmediatamente luego del terremoto de Haití, bajo la identificacion de cascos azules, pues desde ese terremoto varios paises han “ayudado” a Haití con los famosos cascos azules, razon que supuestamente se argumentó en su momento que era para estabilizar social y economicamente a Haití, hoy a mas de 7 años de ocurrido dicho terremoto aún varios paises tiene presencia en dicho país y han sufrido bajas por ataques directos e indirectos, ¿el resultado?, el gobierno de Haití y Haití siguen practicamente igual a cómo en el terremoto o incluso peor, mientras… Leer más »
Tengo un conocido militar que suscribiría al 100% este artículo. El ejército está inactivado políticamente mediante el control ideológico y la selección sectaria de sus más altos mandos. Veo muy difícil una sublevación para impedir que nos precipitemos por el abismo al cual nos dirigimos por culpa de los políticos.
El problema son los políticos que son como los topos ciegos ante la realidad, en Cataluña hay que actuar ya y los políticos son los mandatarios del pueblo pero no se a quien apoyan al español o al separatista.
Excelente Don Pío, como siempre dando en el clavo.
Por eso el gobierno de Aznar privatizo el ejercito y lo despojo al pueblo que lo nutria con sus ciudadanos para defender la soberania nacional.
Ahora, lo paga el pueblo para hacer las guerras privadas de la castuza y cuando contra los que luchan necesitan dar un contra golpe, lo para el pueblo que lo paga con su vidas.
Vease cuando los tres jinetes invadieron Irak.
Tal cual, faltó agregar nuestro servicio de ferry gratuito de los buques de la marina a la invasión islámica desde Libia y norte de africa.
!Excelente!
No se puede calificar mejor al ejército.
“Haciendo el indio” podría ser la máxima.