Que digo yo qué, en virtud de mi derecho de expresión contributiva, porque pago que me mato -no como otros que lo que hacen es llevárselo crudo e impunemente- puestos a financiar chuminadas alusivas, intrusivas, exclusivas, revulsivas, alternativas, explosivas, disyuntivas o extrusivas, y derrochar dineros del prójimo –malversar, se llama en cristiano- se me ocurren diversas majaderías semafóricas y que no expongo, pese a que a lo mejor doy con una veta y me permiten viajar gratis en los autobuses de la EMT y en el tren metropolitano, con lo que privaría del privilegio a algún necesitado de Cariño, provincia de Lugo. ¿No hay nada más necesario que estas sandeces? Yo creo que sí, por ejemplo, los 25.000 niños hambrientos pululando por las calles de Madrid bajo la luz de la luna, de Cascorro a Chamberí y que tanto apenaban a la Carmena Castrillo. Si no se dedica a eso, que nos devuelvan los dineros, que nos los reintegren y nos los gastamos cada cual en percebes o en navajas de Pedreña a la plancha, mientras ella misántropa y se ocupa de que los huevones no se despatarren –manspreading- en las vías públicas, parques y jardines o en la EMT, según le parezca. Lo propio, digo, en plena época LGTB es juntar las piernecicas y poner el bolsito delante, como iban las señoras en las vespas, atrás, a mujeriegas, allá por los cincuenta, para que no se les viesen las ligas, que es el tiempo que le corresponde a la pin-up de ella, el áureo del telón de acero.

Lo cierto y verdad –como dijera el ínclito Aznar, el de Quintanilla de Onésimo, atiplando la voz y poniendo cara de haber descubierto la pólvora esa misma mañana- es que los musulmeibols –y no me repliquen que son los malos, porque no veo ninguno sano, quitando los tibios, que tampoco se decantan- nos han declarado el asesinato unilateral, nos están arreando de seguido en toda la cara, en nuestro campo y el público (en inglés, people) está hasta el gorro de unos mandamases que no atinan, cual beodos calamocanos, con el dedo en la nariz.

Lo único en lo que evolucionan los servicios policiales, es en que se les “abate” in situ, al poder ser y según se deja caer al desgaire por la prensa, como pidiendo clemencia por esa barbaridad –antes se decía “matar a tiros como a un perro rabioso”- sin aplicar el habeas corpus ni las garantías constitucionales, colocándoles ante un juez de familia, como se venía haciendo hasta hace poco tiempo, pero –¡ay qué lástima!- lo hacen después de que se han realizado, llevándose por delante a un ciudadano europeo o a cuarenta y sin duda con cierto remusguillo de lo que les puede caer por tomarse la venganza por su mano, que cualquier día les pude llevar a la cárcel.

Esto es, que nadie en la ancha y larga Europa de los 28, con 510 millones de habitantes, que con el Brexit se quedará en 27 con 445 millones, tiene las glándulas que hay que tener –y sin despatarre carmenífero alusivo- para recoger el guante y dar la cara. ¿Cómo es posible tanta irresponsabilidad y negligencia?

La UE con un PIB (macho él, como dijera la Pajín, otra que tal baila) por encima de 13.828.000M €, tras el Brexit, no tiene por qué ser invitada a seguridad, a OTAN, por los EEUU, que suma 16.775.000M € -con 327 millones de habitantes- sino ir a pachas. China suma 10.134.000M € con 1.386 millones de habitantes y Rusia 1.157.000M €, con 143,5 millones de habitantes, de los que 110 son europeos, y que debería incorporarse a la UE, tarde o temprano. Japón, con 4.500.000M € y 120 millones de habitantes, sin duda se alinea con EEUU y la UE y es occidente. Canadá, con 36,5 millones de habitantes y PIB de 1.381.000M € y Australia, 24,7 millones de australianos y un PIB de 1.137.000M € son OTAN, de hecho, como los autoexcluidos Suecia, Finlandia, Noruega, e Islandia. Al fin, el occidente no comunista, que era su origen, al que el King-Kong de Corea septentrional le anda en nariz, sin otro aludido que Trump, que se sienta agredido por él. ¿No hay nadie en condiciones en toda Europa? ¿Ningún polaco o húngaro que se haga cargo? ¿Sólo tenemos julios rodrígueces y chamberlaines?

Alguien, que no tiene por qué ser Trump necesariamente, debe tomar la iniciativa en la Europa de la UE, reordenar la OTAN en lo que nos toca, de la mano de quienes nos han sacado las castañas del fuego dos veces consecutivas, a costa de las vidas de sus ciudadanos –no de su ciudadanía, que eso es una plasta que no se muere, ni analiza- y convocar un gabinete europeo y OTAN, de guerra, que se haga cargo profesionalmente del asunto, para dar la cara debidamente, no hacer el ridículo y que los ciudadanos europeos (no ciudadanía, como le gusta al orate de la alianza de civilizaciones, que no sale a explicar las ventajas de que nos asesinen paisanos en Londres) se sientan seguros y los cuartos que les sacan estos cerebros, se vean bien invertidos en seguridad, en portaviones, en fragatas, en cazabombarderos, carros y misiles, etc., que sepan dar cumplida respuesta –disuasoria y represalial, por aquello de que donde las dan las toman y es fácil de entender- a los ataques en los que mueren ciudadanos europeos y casi nunca o nunca políticos blanditos, que se blindan que para qué las prisas. ¿Habremos de hacerlo a escobazos y calle por calle como cuando la francesada? Debe darse ya un paso adelante, sin consultar al Bafumet de Zaragoza, aunque sólo sea en homenaje a nuestro héroe, Ignacio Echeverría, que ha tenido que morir para dar una protección que se niega a los ciudadanos por quienes están obligados a ello.

Actuar no menos que como hiciera EEUU tras Pearl Harbour, que puso entre alambradas a todos quienes tenían los ojos oblicuos, con independencia de su nacionalidad y religión, para después proceder al descarte y al expurgue, y no estaría de más comenzar ya a preparar reductos para estas buenas gentes, quienes no colaboran para nada en evitar la muerte de cristianos –aunque estos lo sean poquito y les tienten más los peluches y la psicología de las velitas y el todos somos ellos- y, al menos, ponerles las cosas difíciles y ejemplarizantes y comenzar lo que al final habrá que hacer, que es renunciar a los beneficios de la multiculturalidad, que yo, al menos, no los veo por ningún sitio, como les pasará sin duda a los familiares de los asesinados y les pasaba a Alfonso VIII, a don Rodrigo Ximenez de Rada y a don Rodrigo Díaz de Vivar, entre otros muchos y que no eran tontos ni mancos, que yo sepa. Los israelitas conjuran esto con derribos de hogares, de pisos de vecinos, del pirado y su familia y no les va mal del todo. Pero algo, coño, que se vea algo de inteligencia y vergüenza torera.