Heterofobia e intransigencia
Salvador Reding Vidaña.- Mientras que los homosexuales piden, exigen que la gente normal sea transigente con ellos, son fanáticamente intransigentes con quienes manifiestan cualquier opinión en su contra.
Cada vez que hay oportunidad (o hasta no la haya), como el día mundial contra la homofobia, los homosexuales y sus apoyadores, ingenuos o fanáticos, aprovechan para defender sus desviaciones sexuales alegando ¡homofobia! Resulta que no se puede hacer ningún señalamiento negativo sobre la homosexualidad, porque entonces, según ellos, es (forzosamente) homofóbico.
Por supuesto que esto es una generalización falsa e inaceptable. Lo que hacen para alegar siempre ¡homofobia!, es que dan a las palabras como ésta significados que no tienen. Debemos empezar por recordar qué es una fobia.
Fobia, en su aceptación estricta y en general, es una actitud de miedo, rechazo irracional de algo. Las fobias incluyen miedo a las alturas o a espacios cerrados, por ejemplo. Pero siempre se trata de actitudes no racionales. Si alguien rechaza a los homosexuales “nada más porque sí”, se trata efectivamente de homofobia.
Pero cuando el rechazo a la homosexualidad es producto de un raciocinio, NO puede considerársele como fobia. Las personas que tienen conceptos y vida sexual conforme a la naturaleza, pueden y deben expresar sus opiniones libremente, por convencimiento de que la homosexualidad es una desviación.
Curiosamente, en inglés los mismos homosexuales llaman “straight” a quienes tiene vida heterosexual, en oposición a los homosexuales. “Straight” significa derecho, correcto o normal. Necesariamente deducimos que los que están “chuecos” son ellos.
Mientras que los homosexuales piden, exigen que la gente normal sea transigente con ellos, son fanáticamente intransigentes con quienes manifiestan cualquier opinión en su contra. Esta intransigencia sí llega a verdadero odio fanático.
La homosexualidad, aunque se enfurezcan cuando se les dice, es anormal, contraria a la naturaleza del cuerpo humano y a su psique. Uno de sus alegatos comunes es que entre los animales se realizan contactos homosexuales, y que por tanto, eso es también natural y debe ser aceptado como tal.
Pero si decimos que algunos leones matan a sus cachorros masculinos, ¿también aceptarán que sea normal que los padres maten a sus bebés si nacen varones? Si una viuda negra mata a su macho tras el apareamiento, ¿considerarán aceptable que una mujer mate a su marido tras embarazarla? También los animales tienen individuos desviados de lo natural, así otros matan por matar, no por hambre.
Quieren que forzosamente, porque así les conviene a ellos, la gente heterosexual acepte la homosexualidad como una simple opción o preferencia más de vida. Perdón, pero no es así. En general, la gente normal siente disgusto y lástima ante los homosexuales, en especial los afeminados, que tratan de verse como lo que no son, como mujeres, pero los toleran, siempre y cuando vivan su vida sin agredir a otras personas ni tratar de seducirlos a sus prácticas antinaturales (que lo son). Curiosamente los homosexuales en general no consideran homofobia el rechazo a los pederastas; entonces sí se rechaza esta “preferencia sexual”.
Hay un tema recurrente en sus alegatos y es de los llamados “crímenes de odio”, que los hay. Sin embargo, cuando un homosexual es asesinado, no separan los casos en que ello es ajeno a la preferencia sexual, es decir los matan por otras razones. Pero hacen (creo que intencionalmente) una omisión muy importante: los homicidios de odio ENTRE homosexuales, que llegan a ser muy crueles, sin contar sus agresiones celópatas no mortales, que hay muchas registradas.
Hay que insistir, les guste o no les guste: la “preferencia” homosexual no es una simple opción más de vida normal. La homosexualidad ES una desviación de la conducta sexual natural, implícita en los genes humanos. Dicen que no es una enfermedad, pero hay muchísimos terapistas sexuales con filas de pacientes que los atienden en crisis de identidad sexual, entre otros casos relacionados.
Alegan que la homofobia es una enfermedad, que ellos no son los enfermos, sino los heterosexuales-homofóbicos. Pero su rechazo a los heterosexuales que no aceptan sus opiniones, manifestado amplia y reiterativamente, también es una enfermedad, además de ser auténtico odio por no aceptarlos como “normales”.
Pero una de sus trampas propagandísticas a favor del homosexualismo es la terca inclusión en su amplísimo concepto de homofobia, de todo lo que se diga en su contra, aunque en la abrumadora mayoría de casos no se trate de ninguna fobia ni odio, sino de la defensa de lo que es correcto y natural en materia de sexo.
Quieren, exigen que se les enseñe a los niños y jóvenes que lo que esta torcido (la homosexualidad) es algo más que optar en la vida, frente a lo “straight”, la sexualidad conforme a la naturaleza. Esto es moralmente inaceptable, sería una deformación de la educación.
Y hablando de educación, insisten en que el rechazo (no “fobia”) de la homosexualidad es por falta de educación sexual, cuando es precisamente al revés. Quien está educado en la sexualidad, no acepta las desviaciones sexuales como opciones de vida naturales. Ni siquiera es cuestión religiosa, es simple materia humana.
Agreden a las instituciones religiosas, les manifiestan auténtico odio (¡este sí es odio!), porque dicen que están contra los homosexuales y las culpan del rechazo social. No es así, al menos el cristianismo (en sus diversas iglesias) está contra la práctica de la homosexualidad como antinatural, pero no contra las personas, a éstas se les ve como gente que requiere ayuda y compasión. No podemos decir lo mismo del Islam.
Defender el recto uso de la sexualidad humana, el matrimonio como unión de hombre y mujer, la familia natural de padres e hijos, señalar los errores del homosexualismo, NO ES homofobia, no es fobia alguna, es simple sentido común y defensa de valores humanos de siglos y que merecen ser conservados como tales en el futuro.