Inmigración… o invasión
No se vive de conceptos estrictos y esto, es el caballo de Troya para el engaño, el tópico y el falso dogma de la libertad a cualquier precio, que aboca al manejismo.
Emigración es desarraigarse de la propia localidad natal para buscar fuera de los límites de la nación una nueva forma de vida por razones laborales, sanitarias, climatológicas, familiares o religiosas.
Inmigración es esa erradicación local pero dentro de los límites nacionales (in= en, dentro de). Es legítima la evasión del entorno natal cuando las exigencias económicas, familiares o religiosas pongan en peligro las condiciones de desarrollo integral de la persona. Pero eso supone unas condiciones legales y ante todo morales, que justifiquen esa evasión sin menoscabo del entorno sociocultural de la nación elegida.
Declarar simplemente legal la venida de rebaños humanos, sin trabajo contratado, sin condiciones económicas del invasor y sin condiciones éticas de seguridad pública y de respeto a la fe tradicional, es una anárquica invasión de un terreno nacional y un peligro público degenerante de su economía y de la erosión de su pureza doctrinal religiosa y su correspondiente moral, que carcome y relativiza la Justicia. El falso respeto a cualquier idea acarrea el relativismo de la única religión revelada (la católica), como la falsa tolerancia trae en sus tripas el miedo a la condena del error y el consiguiente sufrimiento de sus frutos por esos cobardes permisivismos de los que nos quejamos, sin derechos, por permitirlo.
Emigrar es buscar noblemente la defensa de esa categoría de vida humana en todas sus dimensiones personales, familiares y religiosas. Invadir es ocupar y atropellar un territorio que tiene derechos naturales de propiedad, es contaminar su fe religiosa, evaporar su moral estabilizadora con repercusión inmediata en la calidad de la Justicia; es liquidar su potencial económico, es abonar la desconfianza entre los ciudadanos por la mezcla de desconocidos sospechosos y delincuentes de toda laya y pelaje que nada tienen que perder con esta falsa libertad sin Dios y sin Justicia efectiva.
Rebaños humanos no son emigrantes, son invasores programados por el poder del rostro oculto para dinamitar desde dentro el orden divino, el catolicismo, meta última de los enemigos de Dios y de las patrias; y más cuando esas causas de su miseria no se deben a factores naturales sino a culpas artificiales inhumanas de la codicia o de la soberbia. Que arreglen sus problemas en sus naciones, como aquí arreglamos en su día los nuestros.
Los gobiernos confesionales filtrarían estos flujos humanos. Los aconfesionales traen los imperativos de los poderes ocultos que combaten todo lo que huela a lo divino y al Reino de Cristo. Inmigrar no es emigrar.
Nota del administrador: Esto no es un tablón de anuncios promocionales.
INVASION, pura y dura.
Una invasión “pacífica”, pero qu ehace que vaya cambiando el contorno de nuestras ciudades, y que dentro de poco NOS ACABAN IMPONIENDO SUS NORMAS RETRÓGRAFAS, LA SARHIA, o como se diga.
¡Veremos que opinan entonces las feministas recalcitrantes que por desgracia tenemos que aguantar en España…!
Excelente artículo, como todos los de “nuestro” Pater.
Don Armando, deberían recopilarlos en formato libro, para poder guardarlos y estudiarlos, pues rezuman sabiduría y madurez intelectual.
Gracias don Jesús, por ser como es.
Yo también pienso que los artículos de este Sacerdote deberían publicarse en formato libro, pues son de UNA GRAN CALIDAD Y CATEGORÍA, HUMANA E INTELECTUAL.
Padre Jesús Calvo le animo a usted y a todos los lectores y seguidores de ALERTA DIGITAL (ad) a echarle un vistazo ami blog NACIONALISTA ESPAÑOL, para comprender la naturaleza de estos males que traen los $I$T€MAS plutocráticos enemigos de la FE de CRISTO REY.
https://nacionalistaespanyol.blogspot.com.es/