Carta del Padre Calvo al Padre Ángel, de Mensajeros por la Paz
Estimable hermano en el Señor: He recibido sus carteles con motivo del día de los abuelos. Me permito, al respecto, darles unos puntos de vista, seguro que constructivos y objetivos. No seré el único en pensar esto, pero añado la confidencialidad de expresarlo como contribución a erradicar tópicos.
Agradezco su buena disposición en la tarea que no sé si tiene más de filantropía que de caridad, por lo que va más dirigido lo que comento a la situación actual de nuestra Iglesia que a usted a quien no conozco.
Lo primero que nos llama la atención a los sacerdotes es la abundancia y facilidad con que hoy en día se erige una asociación y se da un número de cuenta corriente para recaudar fondos. Mala señal es la multiplicación de reuniones, asociaciones, partidos políticos, manifestaciones y colectivos. Inequívoca demostración de la anarquía ideológica, ausencia de la verdadera cultura, evaporación de la auténtica autoridad (que viene de Dios) y descristianización en suma, que es la causa obligada de todas esas carencias.
Cuando hay una integración de partes en la única verdad del orden cristiano, sobran los acuerdos, los consensos y los forcejeos atomizantes y desintegradores. Es cuando crecen los lemas insulsos que a fuerza de decirlo todo no dicen nada ni sabemos quién hay detrás de todo ni para qué.
Mensajeros de la Paz (dicen) ¿De qué Paz? ¿La del mundo o la de Cristo? ¿Quién hace la guerra para poder aportar esa paz? Premio Príncipe de Asturias de la Concordia (dice) ¿Quién es ese señor? ¿Un heredero de sociedad masónica, liberal y anticatólica? Y esa concordia ¿cómo y con quién?
¿Y esos oscuros y sospechosos lemas erosivos de principios tan estrictos e inmarcesibles como católicos son los que enarbolamos los ministros de Dios?
Día de los abuelos ¿de qué abuelos? ¿de los que enseñan a sus nietos los dogmas católicos, les educan con temple tan amoroso como firme, les ejemplarizan y corrigen o de los que les tapan o favorecen sus vicios, omisiones y abulias y les defienden hasta contra el sacerdote que les llama la atención en el templo por su revoltosa conducta y les niega la comunión tras haber molestado a todos?
Porque los primeros pertenecían a la época de Franco, en que España vivía en católico, en la teoría y en la práctica. Los segundos son los de ahora, que desafían toda autoridad creyendo que sus nietos vienen de una estirpe privilegiada de derechos.
Querido colega ¿no cree que si en vez de halagar con fiestecillas y maquillajes los problemas reales, diésemos doctrina firme, tradicional, desde dentro, como la semilla que transforma toda la planta, todo lo demás vendría por añadidura? Cuando el hombre es el que manipula de fuera adentro, es cuando tergiversa principios que no le pertenecen.
¿Por qué no buscamos el Reino de Dios y su justicia y todos los demás problemas morales, familiares y sociales se solucionarán por añadidura? Si en vez de podar malas ramas nos dedicásemos a curar la enfermedad de las raíces, evitaríamos todos los andamiajes, tinglados y fiestas dedicadas a todos menos a erradicar el mal de fondo. La mejor solución es o tener problemas. Por el contrario, es más fácil llenarnos la boca con incongruencias como la paz, la solidaridad, el diálogo y estupideces semejantes que poner el dedo en la llaga de la justicia.
Seamos hijos de la luz, mientras la Luz permanezca entre nosotros. “La lámpara del cuerpo es tu ojo. Si tu ojo está sano, todo en ti será luz”. “Si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los constructores”.
Cuando entronizamos al hombre como al nuevo Dios y damos divinidad práctica al paganismo (cita de monseñor Castro Mayer), acabamos en un vergonzoso relativismo que nos lleva a la moderna Babel.
El mal minorismo es otra forma de maquiavelismo. La tiranía de la omisión de autoridad por no perder el poder, desdibuja los principios cristianos y nos condena a multiplicar los problemas humanos que luego queremos apuntalar con parches y fiestecitas que ni aportan soluciones reales ni iluminan en seria doctrina dogmática.
La consecuencia es la destrucción de la familia, legalizada aquella por el Estado y consentida por la Iglesia (que se ha enamorado repentina y adúlteramente de la democracia liberal) y sus problemas quedan en las únicas manos de los pobres recursos terrenales desprovistos de norte y guía para dar respuesta al caos que se acumula.
Reconocemos una estirpe de abuelos ejemplares (muchos) y permitimos su extinción con la desintegración de la familia, el aborto, el divorcio, las uniones libres y homosexuales coexistiendo encantados con la democracia. ¿En qué quedamos?
Antes no hacía falta esa fiesta porque en familia cristiana el abuelo es honrado, venerado, respetado y encumbrado. ¿Qué ha pasado ahora para que tengamos que erigir reconocimientos que se dan implícitos en un contexto cristiano de sociedad?
Coleccionados fiestas dedicadas a todo, pero pese a este paso el mundo seguirá amontonando problemas y cuentas bancarias para provecho de unos pocos y desengaño de todos.
Un abrazo en Cristo Rey y María Reina.
*Del libro “Mentiras democráticas”
De todo lo que habla este hombre no se come.que se moleste en conocerlo y luego que opine
Cuánta emoción siento en mi alma, cuando oigo hablar de lo que me importa e interesa para la salvación de mi alma. Quiero y deseo oír hablar de Cristo, Hijo del Eterno Padre y que con el Espíritu Santo son la Santísima Trinidad a quien adoro. Amo a la Iglesia, a las Sagradas Escrituras donde esta contenida la Palabra de Dios, amo y venero a la Santísima Virgen María, Madre del Señor y por mandato divino, madre nuestra. Nada ni nadie cambiará mi dirección, porque se distinguir el camino que Dios me enseñó y nadie me cambiara. Respeto a la… Leer más »
solo hay que felicitar al padre Jesús calvo. es un escrito extraordinario. no va a recibir contestación alguna del padre angel. sencillamente porque porque no tiene argumentos para contestarle. es lo que hacen ahora los 350 inútiles canallas del congreso. van a la carrera de san jerónimo a cobrar y reírse de los españoles. por lo menos en la época del caudillo no cobraban ni robaban. y como franco les preguntaba por su trabajo, había que justificar algo,salvo que al dia siguiente quisieran recibir al motorista con la carta de dimisión para firmarla “ya”. evidentemente, España era “otro” país. ahora… Leer más »
Excelente artículo.
Solo por él ha valido la pena abrir Alerta Digital, un día más.
Extraordinario escrito, de un SACERDOTE DE VERDAD.
¡Qué diferencias entre el uno y el otro!