“Los aficionados a los toros en Rusia parecemos pingüinos en África”
Desde Rusia con amor… Porque detrás de cada historia de los diez aficionados rusos que han vertebrado el Club Taurino Ruso hay «una historia de amor». Amor al toro y al toreo. Nueve mujeres y un hombre llegados a España desde la tierra de los zares dispuestos a transmitir en su país la emoción de la Fiesta. Capitaneados por una joven de 25 años, Ksenia Tinyakova, natural de Moscú, ya son más de un centenar los rusos «amantes de la tauromaquia». Un arte sin fronteras que ha enamorado a la fotógrafa Oksana Shapiro, la filóloga Nina Soloviova, la periodista Liana Minasyan… Tantos y tantos nombres de pronunciación cuasi imposible para los aficionados y curiosos que abarrotaban el Aula Bienvenida de Las Ventas en la presentación en sociedad del Club de Rusia, que formó una auténtica revolución.
Sorprendía el sentimiento de cada palabra. Minasyan, reportera de una importante agencia rusa, provocó la sonrisa del público con su definición: «Los aficionados a los toros en Rusia somos algo parecido a los pingüinos en África, una cosa muy rara». «Es difícl mantener la afición en un país donde no hay costumbre ni tradición taurina, con gente que nunca ha visto de cerca un toro bravo ni conoce sus particularidades, y que solo lo ha visto en forma de croquetas en el supermercado».
La afición de Liana nació en 2009 tras presenciar una corrida de Miura en la Feria de Abril de Sevilla: «Un amigo español me iba contando todo lo que pasaba. Ahora nuestra misión es ejercer ese papel de guía en nuestro país. Rusia es un país muy grande y la mayoría de socios solo nos conocemos por internet, pero todos los días dedicamos un rato a hablar de toros». Algunos de los socios ya han recorrido las plazas de «Madrid, Andalucía, Asturias, Valencia, y a menudo visitamos Francia, que también es territorio de toros. Por los motivos consabidos, desde 2012 no podemos ir a la Monumental de Barcelona -lamentó-. Pero nosotros nos sentimos ya parte de este mundo del toro y queremos que el logo del Club Taurino de Rusia asome en todas las plazas».
La experta en Lingüística Nina Soloviova defendió la vertiente cultural de la Fiesta. «Los toros son arte, pero el arte es solo una parte, los toros hacen cultura, como ha escrito Andrés Amorós», sentenció la profesora. Y contó como el planeta del toro ha inspirado en Rusia «a escritores, poetas, pintores, directores de cine y teatro». «Hemos comenzado un proyecto educativo para dar a conocer los toros, y he descubierto que existe un gran interés». Y contó así un experimento con sus alumnos: «Pregunté en un auditorio a mis estudiantes si les gustaban los toros, y me dijeron que no; les pregunté si habían visto alguna corrida, y me contestaron que no. Entonces les hablé de la historia, del fenómeno, de la cultura alrededor… Y al terminar la clase les volví a preguntar: ¿os gustan los toros? Y me dijeron que sí, ahora sí». Su objetivo es propagar la cultura taurina, «pues la cultura es lo que nos une a la gente, lo que nos ayuda a comprendernos unos a otros y fomenta los lazos de amitad entre los pueblos».
Amenizó el acto la española Mónica Fernández, alumna de una escuela de ballet ruso, que deleitó al son del «Lago de los cisnes» entre las lágrimas de muchos de los presentes. Manuel Ángel Fernández, director gerente del Centro Taurino de la Comunidad, mostró su agradecimiento en el broche: «Qué emocionante ha sido ver a Mónica bailar rodeada de las fotografías del maestro Iván Fandiño, que entregó su vida en la arena». Y agradeció a los socios del Club su labor: «En los tiempos que corren, que alguien que ha nacido a más de seis mil kilómetros de España, en un idioma tan distinto al nuestro como es el ruso, de gente que no tenía ni idea de la tauromaquia… Y que venga, la conozca y hable con ese sentimiento de cultura, de arte, de una forma de vivir, da una lección muy grande a muchos de nuestros compatriotas que, en nuestro idioma, están intentado borrarnos del mapa. Gracias».
El toreo, una cultura sin fronteras.