Las trampas del referéndum: pueblos en los que el número de votos duplicó al de habitantes censados
Cinco días después de la consulta ilegal del 1 de octubre, el Govern ha publicado los resultados «oficiales» de un referéndum marcado por las irregularidades. En el listado que ha publicado la Generalitat se observan numerosas anomalías, como pueblos en los que el número de votos casi triplicó el de habitantes censados.
El cierre de algunos puntos de votación, sumado al «censo universal» que a última hora propuso la Generalitat, ha permitido que en municipios como Pont d’Armentera se emitieran 967 votos cuando el censo es de apenas 393. O como en Els Garidells, donde se emitieron 253 votos pese a que el censo es de 158.
Pero no es algo exclusivo de municipios pequeños. En Palau-solità i Plegamans y Polinyà (pueblos límitrofes, próximos a Sabadell y de cierta envergadura) se han dado exageraciones entre el número de votos emitidos y el número de habitantes censados. En Palau-solità (con un censo de 10.891 personas) se emitieron 15.491 votos. Y en Polinyà (con un censo de 5.910 personas) se dieron por válidos 10.215 votos, casi el doble de los habitantes censados.
Además, en Polinyà se da la circunstancia de que, en las elecciones municipales de 2015, Ciudadanos ganó la votación por delante Junts pel Sí.
Otros pueblos con resultados anómalos fueron: Sant Quirze del Vallès (15.846 emitidos votos para 14.531 habitantes censados), Campins (443 votos para 362), Figuerola del Camp (324 para 252), Pedret i Marzà (266 para 133), Santa Llogaia d’Àlguema (376 para 263), Vilamacolum (224 para 214), Vilaür (171 para 101), Santa Fe del Penedès (292 para 266), Arsèguel (74 para 64), Bellprat (86 para 70), Castellolí (594 para 453), Copons (266 para 240), Orpí (146 para 114), Rubió (228 para 188) Sant Pere Sallavinera (145 para 127) o Santa Maria de Miralles (226 para 107) o Aguilar de Segarra (388 para 200).
En el documento facilitado por el Govern argumentan que 770.000 personas estaban llamadas al voto en colegios que fueron clausurados. Eso, sumado al censo universal y carente de garantías, ha permitido este tipo de anomalías. Rarezas que, suspensión del Constitucional aparte, deslegitiman los resultados y las decisiones que desde el Govern decidan tomar.