Para quien no lo sepa, “Compromís” es una formación política de extrema izquierda comprometida con el separatismo catalán, y cuyo objetivo no es otro que la catalanización de la Comunidad Valenciana y su adhesión a lo que ellos llaman “paisos catalans”.

Es importante señalar que, en las últimas elecciones generales, esta formación obtuvo un escaño en las Cortes Generales de España y cuyo acta recayó en Joan Baldoví, quien entre otras prebendas, percibe SEIS MIL EUROS mensuales que salen del Tesoro Nacional de España; disfruta de los privilegios que la democracia ofrece a la clase política española; y si logra salir reelegido otra legislatura más, tendrá derecho a la pensión máxima el día de su jubilación. Y todo ello, gracias al trabajo, el esfuerzo y el sacrificio de todos los contribuyentes españoles.

Pues bien, hecho este preámbulo para dejar meridianamente claro que los contribuyentes españoles sostienen la “vida padre” de este antiespañol, voy a centrarme en lo sucedido en la jornada de control al gobierno en el Congreso de los Diputados el pasado 11 de octubre, cuando en el turno de intervenciones le tocó hablar a este individuo.

La intervención del personaje, que como la inmensa mayoría de los allí presentes tiene que leer en un papel hasta el saludo de buenas tardes, se centró principalmente en lo que podríamos llamar: “el corro de la patata”.
Las patatas fueron el eje principal de su lamentable y pobre disertación. Patatas de Valencia, patatas de Múrcia, patatas de Cataluña, y patatas de no sé dónde más. En resumen, un patatal sin amo, que Mariano Rajoy aprovechó, para resumir con dos palabras (“patatas españolas”) la grave patología que padece esta formación separatista.

“Compromís” es tan radical y separatista como la CUP. Por eso, pronunciar la palabra España o español por parte de su representante en el Congreso, debe producirle verdadera urticaria. Baldoví aprovechó su intervención para apelar al diálogo con los golpistas catalanes, y para denunciar la pasividad de la Policía y del Delegado del Gobierno en Valencia, tras las supuestas agresiones sufridas por sus partidarios durante una “manifestación antiespañola” celebrada el pasado 9 de octubre por la tarde (Día de la Comunidad Valenciana), a favor del separatismo catalán.

Si tenemos en cuenta que este diputado (Joan Baldoví) dice ser una persona “moderada”, y desea en todo momento una “moderación reflexiva y una reflexión moderada”, habrá que decirle que, según sus propios criterios, y teniendo en cuenta la reciente manifestación de afirmación nacional en Cataluña con un millón de asistentes, y las celebradas en otros lugares de España contra el separatismo, que salir a manifestarse a favor del separatismo catalán, precisamente, el día de la Comunidad Valenciana, tal y como están los ánimos, resulta una clara, intencionada y grave provocación. A no ser, que ya no valga aquello de que pasearse con una bandera nacional española por Bilbao o San Sebastián sea una provocación, o tampoco por ejemplo, jalear los goles de la selección española de fútbol por las calles de Barcelona.

“Compromís”, nunca condenó los abucheos al Rey ni los pitidos a nuestro himno en las finales de Copa entre el Bilbao y el Barcelona; ni los insultos al monarca cuando visitó Barcelona recientemente tras los atentados yihadistas de las Ramblas y Cambrils; ni los ultrajes a la bandera española cada 9 de octubre (por la tarde) en las manifestaciones procatalanistas que dejaban la ciudad de Valencia repleta de pintadas separatistas, y multitud de lunas de escaparates y entidades bancarias destrozadas; ni tampoco han condenado las agresiones sufridas en Cataluña por personas ataviadas con la camiseta de la selección española de fútbol, entre ellas, niños de muy corta edad; ni los delitos de odio que se cometen en los centros de enseñanza contra alumnos que se sienten españoles; ni los tiroteos a retratos del rey de España; ni los escraches en domicilios de personas contrarias al separatismo catalán, etc. Tampoco asistieron jamás a funerales de víctimas del terrorismo, simplemente se limitaron, como ahora quieren con los golpistas catalanes, a abogar por la negociación con los asesinos etarras, su acercamiento a las cárceles de Vascongadas, y finalmente su puesta en libertad.

Yo le preguntaría a Joan Baldoví, apelando a esa persona “moderada”, si esa “moderación reflexiva y reflexión moderada” de político dialogante para con los golpistas catalanes, ¿por qué no la utilizó para con los jóvenes que irrumpieron en el “club Blanquerna” de Madrid?

¡Basta ya! De manipular y confundir a la opinión esgrimiendo falsas políticas de entendimiento, moderación y diálogo con fines puramente partidistas. Es evidente que cuando se vulneran intereses que no son los suyos, y los muertos son ciudadanos que creen en la unidad de España y en la Constitución, hay que negociar con los asesinos. Sin embargo, cuando las agresiones van dirigidas contra ellos y contra quienes les apoyan, entonces, hay que detener y meter en la cárcel a los supuestos autores porque son “españoles fascistas de extrema derecha”.

El tripartito que ahora mismo gobierna la Comunidad Valenciana, y del que “Compromís” forma parte con Mónica Oltra como vicepresidenta, tiene el apoyo incondicional del alcalde de Valencia; el comunista Joan Ribó, quien en los dos últimos años ha concedido 15.171 euros a los separatistas catalanes de “Acció Cultural del País Valenciá”, en lugar de dedicar ese dinero a la atención de personas dependientes o adecentar la ciudad.

Pues bien, este tripartito antiespañol, que actúa bajo las órdenes del separatismo catalán, solo tiene dos claros objetivos: el primero, continuar con el adoctrinamiento en el odio a España de los niños y jóvenes en los centros de enseñanza públicos, para conseguir la adhesión de la Comunidad Valenciana a lo que ellos llaman “paisos catalans”. Y el segundo objetivo, reabrir la antigua televisión pública deficitaria (Canal 9) que arrastra una deuda astronómica de varios miles de millones de euros, para meterse en los hogares de la Comunidad Valenciana, y así culminar y perfeccionar ese adoctrinamiento procatalanista y separatista.
El comunismo y el separatismo catalán, gracias al saqueo de lo público por parte del Partido Popular y a los votos socialistas, gobiernan la Comunidad Valenciana sin haber ganado las elecciones. Esto que quiere decir, pues que al manejar el dinero de los presupuestos y del FLA, han conseguido, que los instrumentos políticos para el adoctrinamiento en el odio a España y en apoyo del separatismo catalán, puedan autofinanciarse con el dinero que pagamos todos los españoles.