Prontuario de hagiografías para meditar: Julián Besteiro Fernández (XIX)
Nacido en 1870 en Carmona (Sevilla). Hijo de un comerciante de ultramarinos. Alumno de la Institución libre de Enseñanza, profesó gran admiración a Francisco Giner de los Ríos. Estudió Filosofía y Letras en la Central para ampliar estudios en la Sorbona. Gana cátedra de Instituto en Orense y obtiene la cátedra de Lógica en la Universidad Central en 1912, año en el que se incorpora al PSOE.
Había viajado a Alemania en 1909 y tomado contacto con las ideas marxistas dominantes y que entonces eran “modernas”. Es concejal en Madrid. Participa activamente en la huelga general del 17 y es encarcelado en Cartagena con prisión perpetua. Sale al ser nombrado diputado en 1918. Sucedió a Pablo Iglesias a su muerte, como líder del PSOE y de la UGT.
Colabora con la Dictadura mostrándose abiertamente contrario a la guerra de África. Al llegar la República en 1931 es elegido presidente de las Cortes Constituyentes hasta octubre del 33 y en el 34 se opuso a la violenta revolución de Asturias comenzando a mostrarse más conservador. Estimaba que las posturas muy extremadas provocarían la reacción, llegando a afirmar que el peligro fascista estaba mejor representado por Largo Caballero que por la CEDA y que España no era Rusia y que la insurrección devendría en fracaso, como lo fue. Pero en las elecciones del 36 se incorporó al Frente Popular y fue barrido por los de Largo Caballero en las candidaturas, pero luego obtuvo, sin embargo, de los votantes muchos más votos por ser moderado y Largo de los que menos.
Durante la guerra se resistió a la influencia comunista. Se trasladó en 1937 a Paris y Londres a buscar la colaboración de Léon Blum y de Anthony Eden, sin éxito y al final participó con Casado en el golpe contra Negrín, formando parte de Consejo de Defensa de Madrid. Fue el único que tuvo valor y se quedó a la entrada de los nacionales. Era de los que pensaba que si la República ganaba la guerra, España se convertiría en un Estado comunista. Su retórica, según Preston -que acusaba a Negrín, Araquistáin y Álvarez del Vayo de entregados a los comunistas- sería hacia 1938 indistinguible de la de los nacionales. Nunca fue un verdadero marxista, según Ricardo de la Cierva. ¿Un menchevique o un socialdemócrata?
Estaba tuberculoso y las condiciones en las que transcurrió la resistencia recrudecieron su enfermedad, rechazando tratos especiales o trasladarse a Buenos Aires como embajador.
Fue sometido a consejo de guerra. El fiscal que había sido alumno suyo le elogió como persona honesta e incapaz de delitos de sangre, pero solicitó la pena de muerte por la influencia nefasta que suponía el “socialismo aceptable” que personificaba. La defensa que asumió un tradicionalista fue posible porque Besteiro le convenció de no haber sido nunca masón. Sentenciado al fin por rebelión militar, fue condenado a 30 años de prisión. Bien tratado en los penales por los que pasó –el monasterio trapense de Dueñas fue uno de ellos- falleció en la cárcel de Carmona, su ciudad natal en 1940, con 70 años.
El fiscal fue Felipe Acedo Colunga, años más tarde gobernador civil de Barcelona de triste recuerdo.
Una gran hombre, muerto o asesinado en las carceles franquistas