La cifra de empresas que han huido de Cataluña en noviembre se eleva ya a 591: la auditora Grant Thornton, la penúltima
La cifra de empresas que abandonan Cataluña continúa elevándose. El jueves se trasladaron 33 compañías, elevando a 591 el número de solicitudes en el mes de noviembre.
Grant Thornton Corporación, la matriz de los negocios que desarrolla en España la firma internacional de auditoría y consultoría, se lleva su sede social desde Barcelona a Madrid. El cambio de domicilio no se oficializó hasta ayer, pero la decisión de mudarse a la capital de España estaba tomada, muy probablemente, desde el mes pasado, en pleno conflicto político en Cataluña tras el referéndum unilateral del 1 de octubre.
La sede social de Grant Thornton Corporación estaba ubicada hasta ahora en el complejo El Dau, en el número 615 de la Diagonal de Barcelona, donde la firma tiene desde el año pasado sus oficinas en la capital catalana. El nuevo domicilio se encuentra en José Abascal, 56, en Madrid, donde se encontraban ya las oficinas en la capital de España.
Presidida por Alejandro Martínez Borrell, la compañía -que no hizo ayer ningún comentario sobre el cambio de sede- registró el pasado año en España una facturación de 70,47 millones de euros, con una plantilla de 938 profesionales.
Grant Thornton ya es una de las 2.573 empresas catalanas que han abandonado la comunidad en busca de estabilidad económica, política y seguridad jurídica. El jueves pasado, último día del que se tienen datos, el Colegio de Registradores recibió 33 solicitudes de traslado desde Cataluña, elevando la cifra de la fuga a 591 empresas en lo que va de noviembre. Esto quiere decir que, en apenas 11 días laborables.
El ministro de Fomento, Íñigo De la Serna, aseguró ayer que la activación del artículo 155 “ha frenado sustancialmente” la fuga de empresas de Cataluña y ha proporcionado “un alto nivel de estabilidad institucional y de estabilidad política”. Analizando los datos, la media diaria de salidas se ha moderado esta semana a 53 empresas/día, frente a la media de 65 de la semana pasada y el centenar de los días más tensos del mes de octubre -ver gráfico-.
Tras la intervención del Gobierno en la Generalitat, en Cataluña existe una mayor “estabilidad”, señaló De la Serna. Ésta se verá “refrendada en las elecciones catalanas” del 21 de diciembre, añadió, en un encuentro del sector del transporte y las infraestructuras. Es el caso de Aguas de Barcelona (Agbar), que anunció esta semana que volvería a Cataluña si la situación se tranquilizaba.
Sin embargo, si el resultado de las elecciones diera mayoría a los independentistas, la fuga de empresas podría agravarse, consideran representantes de Empresaris de Catalunya y fuentes registrales. Uno de los ejemplos es Freixenet. Su presidente, José Luis Bonet avisó de que este resultado provocaría que su firma se trasladara.
Ayer, el Boletín Oficial del Registro Mercantil (BORME) hizo públicos los nombres de varias empresas que cambiaron su sede entre octubre y noviembre. Entre ellas, la sociedad de atención sanitaria y hospitalaria Klockner; la empresa de actividades financieras y de seguros Logistpark Invest; la firma de alquiler de bienes inmobiliarios Dama Invest 1995; Ramon Cabestany Illana, dedicado a venta, administración y tenencia de acciones, participaciones sociales; y Grupo Marvin 2016, especializado en actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento.
Buena parte de las sociedades que se han ido también han trasladado su sede fiscal. Concretamente, 1.000 compañías entre octubre y los primeros días de noviembre, según datos de la Agencia Tributaria, casi la mitad de las que cambiaron el domicilio social. El impacto económico, en este caso, es mayor, al trasladarse las actividades tributarias de las compañías. “Cataluña podría haber crecido hasta un 3,6% este año”, apuntó ayer el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, y sin embargo, “en un contexto en el que continúa el traslado de domicilio social de empresas fuera de Cataluña, con más de 2.500 cambios hasta el momento, y de sede fiscal”, podrían poner en jaque el crecimiento sostenido de la comunidad. A esto se suma que el paro en Cataluña registró en octubre su mayor subida desde 2008 y se perdieron 1.259 autónomos; y se registraron caídas en turismo, compraventa de viviendas, comercio, etc.
Sin la crisis en Cataluña, el ráting de España se habría elevado a notable alto, algo importante, teniendo en cuenta que los préstamos de las pequeñas y medianas empresas costarían menos y serían más favorables a la hora de contraerlos. La normalización de la situación podría encauzar la economía Catalana y la española, que se ha visto resentida en el pronóstico de 2018, con la rebaja del crecimiento al 2,3%. Sin embargo, tal y como apuntó el presidente Mariano Rajoy esta semana, si el año que viene Cataluña vuelve a la normalidad, España podría volver a crecer en el entorno del 3%.
Fuente: Expansión
Que raro que no salgan más ,porque el sainete separatista va a continuar.
Lo importante es el domicilio fiscal y que los impuestos no los paguen en Cataluña, deben pagarlos en España, el cambio de domicilio beneficia a las empresas para no salirse de la UE