Valencia también entra en la ‘guerra del cava’: su espumoso duplica las ventas navideñas
El pasado viernes, el Mercado de Colón de la Ciudad del Túria acogió la Feria del Cava Valenciano, un certamen de tres días de duración que reúne a la Asociación de Elaboradores de Cava de Requena. Dicha agrupación nació en 2013 con la apuesta de “impulsar el conocimiento” del espumoso elaborado en la región mediterránea.
La producción de cava valenciano era casi testimonial hace algunas décadas, pero llegó a seis millones de botellas en 2016 y se espera que alcance los siete millones este 2017. Según explica el presidente de la Asociación, Emilio Expósito, las exportaciones están subiendo como la espuma y ya suponen el 35% de la producción total. Entre los principales destinos del espumoso están los países del norte de Europa, así como Estados Unidos y el mercado asiático.
En la Feria del Cava Valenciano han expuesto ocho empresas bodegueras: Coviñas, Hozas Carrascal, Dominio de la Vega, Hispano Suizas, Pago de Tharsys, Torre Oria, UVE y Vegalfaro. Las botellas de los productores salen a la venta desde los 3,5 euros, si bien existe una línea de mayor precio que cuesta entre 15 y 20 euros. El clima que se respiró durante el evento fue muy positivo.
El crecimiento en Navidad se duplica
La Asociación de Elaboradores de Cava de Requena reconoce que las ventas crecerán esta Navidad el doble que la anterior. Estamos, por tanto, a las puertas de una campaña histórica, con una proyección de crecimiento del 15% que duplica los niveles registrados el pasado año 2016. Se habla, incluso, de un 2018 en el que se podrían alcanzar los ocho millones de botellas, un nuevo umbral.
En Requena afirman que el clima y el suelo están de su lado. Según los productores del sector, “el microclima del verano, con una gran diferencia de temperatura entre noche y día, es clave para la maduración de nuestra uva, que llega muy sana a la bodega y no llega a requerir tratamiento fitosanitario alguno. Podría decirse que es un cava casi ecológico”. Creen, además, que el potencial de la zona es tal que se pueden llegar a producir más de diez millones de botellas.
Pero todos estos avances están en jaque por la propuesta que el Consejo Regulador del Cava ha trasladado al ministerio de Agricultura. El departamento que dirige Isabel García Tejerina se está planteando la posibilidad de limitar a 0,1 hectáreas el crecimiento de la superficie nacional de viñedo orientada a la elaboración de estos caldos.
En la práctica, esto supone un veto al crecimiento del sector, una medida proteccionista que beneficia a los productores catalanes (el 90% del total) y golpea al resto de las explotaciones de cava. Cabe recordar que el Consejo Regulador del Cava está fuertemente controlado por los bodegueros catalanes, según afirman las distintas empresas del sector.
Requena, en vilo
Al igual que ha ocurrido en Extremadura, la pretensión de congelar el desarrollo del sector ha puesto en alerta a los productores valencianos. Emilio Expósito se muestra comedido: declara que el boicot al espumoso catalán “no es bueno para el mercado ni para el sector” y confía en que Requena siga “apostando por la calidad y creciendo gracias a las exportaciones”.
Pero la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) muestra en los diarios valencianos una actitud más beligerante y no duda en subrayar que la maniobra del Consejo Regulador del Cava “guarda relación directa con el conflicto catalán”. Su presidente, Cristóbal Aguado, tiene claro que dicho organismo está “dominado por las bodegas catalanas” y busca “frenar el crecimiento de nuestra actividad”. Aunque en AVA “entienden la actitud” de sus vecinos del norte, advierten que “no es de recibo que pretendan que otros paguen los platos rotos”.
Requena tiene hoy 4.000 hectáreas de producción de cava. Es la segunda zona con mayor actividad, aunque se queda muy lejos de las 29.000 hectáreas de Cataluña. El podio lo completa Almendralejo, en Extremadura, con 1.400 hectáreas. Se espera que el ministerio de Agricultura tome una decisión a mediados de diciembre. El debate sobre el futuro de Requena ya ha saltado a las Cortes Valencianas, donde el PSPV ha presentado una iniciativa que llama al gobierno de España a evitar el veto propuesto por el Consejo Regulador del Cava. Si la guerra del cava fuese a más, no se descarta una alianza política entre los presidentes de Valencia y Extremadura, Ximo Puig y Fernández Vara.
Inversiones en el aire
En cierto modo, el inicio de la guerra del cava empezó en suelo valenciano. Corrían los años 80 cuando la bodega Torre Oria inició un largo proceso judicial que buscaba obtener la autorización necesaria para producir cava. Tras años de litigios, el Tribunal Supremo dio la razón a la explotación valenciana, cuyos responsables son hoy los dueños de Pago de Tharsys y Dominio de la Vega.
Tras décadas de progresivo crecimiento, el posible veto de Agricultura echara al traste inversiones valoradas en 5,6 millones de euros. “Hablamos de 450 hectáreas en las que ya se han arrancado las cepas para plantar cava a partir de 2018. A 12.500 euros de inversión media por hectárea, hablamos de 5,6 millones de euros. Las bodegas se verán afectadas si se aprueba este Decreto. Esto lo acabará pagando el viticultor”, explican desde Bodegas Coviñas en la prensa regional.
En Valencia tampoco se puede estudiar en español o muy difícilmente.
Ninguna región Española es ajena de una u otra forma, y en mayor o menor medida, a los esfuerzos balcanizantes del régimen. Puede parecernos que el PP no lo es, o lo es menos Pero en realidad se limita a mirar para otro lado. Es el poli bueno en esta tragedia conocida como mierdocracia del 78. Ya se ha repetido mil veces pero no está de más volver a machacar sobre el tema: Vota solo identitario o NO votes. Con cualquier otra opcción estamos poniendo en la sien de nuestros hijos y nietos un revolver cargado con una bala. Y… Leer más »
Que me estas container? Lo que es dificil en la mayor parte de la CV es encontrar una linea en Valenciano.
Es que esos territorios soy de la opinión que deberían crear una marca propia y facilitar así el ostracismo contra las marcas catalanas. Con ello conseguirían, primero, desmarcarse de los espumosos catalanes y, segundo, salir del dominio catalanista, con libertad para plantar lo que les plazca y para usar la variedad que prefieran para elaborar el vino.
Porque eso de poder usar sólo macabeo, charelo y parellada para los espumosos es un invento catalán, puesto que ni el champán original se elabora con ellas, ni tienen ninguna característica física que las haga mejores para dicho producto.
El Champagne de Canarias es mejor.