Rajoy se prepara para el “juego sucio” de los independentistas durante la campaña del 21-D
LD.- Mariano Rajoy se prepara para una campaña con sobresaltos y giros de última hora por parte de los independentistas. “Si las encuestas no les van bien, se pondrán nerviosos”, según su equipo, y se dedicarán a “agitar” el ambiente y “jugar sucio”. “No pueden permitirse que baje el victimismo”, explicaron las fuentes consultadas, y de ahí que el Ejecutivo no descarta incluso que Carles Puigdemont regrese a España en los próximos días, provocando su detención por las fuerzas de seguridad. “Intentaremos contrarrestar y ridiculizar ese victimismo”, adujeron, para que siga reinando la “tranquilidad”.
De aquí a las cita con las urnas, la implicación del presidente será total. Cuando no pueda trasladarse a Cataluña por problemas de agenda -tiene que viajar a Londres, París o Bruselas-, allí estarán sus ministros y altos cargos de Génova más populares. Para el PP, se trata de una campaña que se asemeja más “a la de unas generales que unas autonómicas”, aunque esto pueda provocar que Xavier García Albiol quede en ocasiones en un segundo plano. El mensaje troncal será recordar que fue Rajoy el que aplicó el artículo 155 de la Constitución aportando un “efecto tranquilizador” y que, por lo tanto, es su partidos el mejor parapeto frente a las formaciones separatistas.
“Todo el mundo sabe lo que hará el PP, pero no lo que harán o con quien se piensan liar otros partidos”, destacó el propio Rajoy, que dio por iniciada la campaña en una comida-mitin en Mataró (Barcelona). “No es el momento de ocurrencias”, avisó el presidente mientras Albiol recordaba que tanto Ciudadanos como el PSC criticaron en su día la activación del 155. Criticó especialmente al partido naranja: “Decía que era matar moscas a cañonazos”, recordó. “No se debe intentar contentar a quien no quiere ser contentado”, insistió Rajoy.
“¿Os habéis preguntado por qué Puigdemont y Junqueras solo se meten con Rajoy y con el PP? Porque somos la verdadera oposición, representamos lo que más temen, que es la unidad de España”, razonó Albiol, brindando al presidente todo el protagonismo. “El cuento del independentismo ya no da más de sí (…) Ya es hora de que en Cataluña se hable de cosas distintas del procés. El procés ya ha acabado y ha acabado mal”, arengó Rajoy a los suyos. Y añadió: “Solo se han preocupado y ocupado de sus propias ensoñaciones, mientras se olvidaban de los problemas reales de los catalanes”.
Antes del mitin, el presidente se dio un paseo de más de media hora por Castelldefels. “Me han pedido que vuelva pronto la normalidad, la estabilidad y que aprovechemos la recuperación”, aseguró sobre su conversación con los vecinos. No hubo abucheos pero se tomaron todas las precauciones. El PP no convocó a los periodistas bajo el argumento de que fue un desplazamiento “sorpresa” e “improvisado”. “Aquí somos mucho de viva España”, le dijo una señora. El presidente llegó a la conclusión de que la mayoría de catalanes quiere que “todas estas cosas -en relación al desafío separatista- que han pasado no le fastidien el futuro”.
Con Rajoy pisando de nuevo las calles catalanas, el PP quiso vender una imagen de normalidad y tranquilidad ante un 155 antes “demonizado”. Si bien, el propio Albiol tuvo que denunciar los destrozos en la vivienda de una familia por el simple hecho de tener en su balcón una bandera de España en Balsareys, una localidad barcelonesa de no más de 3.000 habitantes. Rajoy habló por teléfono con la propietaria, Cristina Arias, que le explicó en el momento del ataque uno de sus hijos, de dos años, estaba ya durmiendo. “Siempre hay bárbaros y le ha tocado a ella” pero “la he visto muy entera”, transmitió poco después a los medios de comunicación.
¿Rajoy se prepara para algo? Lo dudo.
Pues que se vaya preparando para una orgía de mentiras, salidas locas y juego sucio. A estas alturas debería saber con qué tipo de gentuza está tratando.
Y si hay algún altercado, que no dude en suspender las elecciones y aplicar el Nivel-5 de Seguridad Nacional. A ver si tenemos las gónadas mínimamente bien puestas.
Cuando hay mucha porquería, hay que barrer antes de pensar en fregar y en encerar.