Las compañías de cruceros se marcharán a Valencia si la situación en Barcelona no mejora
Son ya más de tres mil las empresas que han abandonado Cataluña por la inseguridad jurídica causada por le independencia. Compañías de todo tipo han trasladado su sede a Madrid o comunidades autónomas cercanas, como Valencia, Aragón o incluso Baleares, ante el riesgo de verse afectadas por la deriva secesionista.
Las cadenas de cruceros de la CLIA (Cruise Lines International Association) que operan en Barcelona, entre las que se encuentra Pullmantur, también se han visto afectadas por la situación política.
Estudian seriamente trasladar salidas de cruceros a Valencia
Fuentes del departamento de prensa de la CLIA aseguran que “la industria de los cruceros es sensible a los cambios y busca siempre la estabilidad a todos los efectos, por lo que las compañías están pendientes de los acontecimientos para actuar según crean conveniente para garantizar siempre un buen servicio a sus clientes”.
Además, destacan la importancia del puerto de Barcelona, principal salida de viajes de cruceros por el Mediterráneo, y el interés de la asociación por conservarlo. Cada año, más de cien barcos parten de la ciudad condal para realizar viajes turísticos.
Sin embargo, otras fuentes de la asociación afirman que las cadenas de cruceros se han planteado trasladar las salidas de los barcos al puerto de Valencia. En ese sentido, se han dado algunas conversaciones que no han cerrado la operación.
Desde la aprobación de las leyes de ruptura
Por el momento, esta medida depende del futuro Govern que haya en Cataluña: si el Parlament consigue formar una Generalitat estable y la situación política y social se normaliza, las compañías desistirán de hacer un cambio tan traumático. Pero la posibilidad sigue encima de la mesa en caso de que la agitación social continúe.
Las mismas fuentes precisan que las empresas de cruceros se plantearon esta medida en septiembre, cuando el Parlament aprobó las leyes de ruptura y la fractura social comenzó a hacerse más evidente.
Asimismo, advierten de las consecuencias negativas que ha tenido la internacionalización del procés, ya que han perdido turistas extranjeros, alertados por la imagen de inseguridad y violencia que llegaba desde Cataluña.