Lógica aristotélica
Y el que diga lo contrario, miente. Fue ante nuestra bandera española, la roja y amarilla, o gualda, o rubia como Marta Sánchez –tan Sánchez como Pedro- que, para el efecto óptico, cuando se corre acezado y azacanado ante ella a ver si llegas a la frontera de las playas, es lo mismo. No te fijas en el escudo muy bien, sino más bien mal. Lo ilógico sería que la amasen, que la jurasen, que la tuviesen a la cabecera de sus camas en las noches de delirio. Pero no. Algunos irredentos la tienen clavada en el corazón y a contrapelo, como a todo lo que signifique España, sobre todo los que no han hecho otra cosa que tragar meconio porque la empresa privada no les llama, prescinde de sus ocurrencias y sucedidos y de sus desmedidas ambiciones para su estatura mental. Se les hace largo. ¿Qué culpa tenemos los demás?
La que sí dejó de verse fue la bandera roja, la del partido extranjero que ya no vende como entonces vendía –efecto beneficioso del PIB- pero la española, como el himno nacional -es que también corrían los propios ante este himno, coño- o Marcha Real, ahí siguen y seguirán porque significan España, les pese a quienes les pese, sobre todo a los comunistas de pelo duro, o mejor a sus inopes descendientes disconformes con el resultado del derby de los 986 días, que preferirían que hubiese sido al menos un empate, pero no, fue una goleada del 40% contra el 60%, del 100 contra el 150. Como si en el campo de futbol hubiesen jugado 7 contra 11 y les hubiesen metido una pana como para recordarla. No es fácil de olvidar, pero no hay otra cosa que estas lentejas. Mejor callar. Esa es la realidad de lo sucedido. Lo demás son monsergas de mal perdedor. Mejor, de descendiente mal perdedor y mal sabedor, porque perdedores, como ganadores ya no quedan. Es pura historia y eso es ciencia, desvelos y codos. Pero la pertinacia y el aburrimiento es lo que tiene, aunque no haya por donde agarrarlo. Se tragaron 36 años de Franco –de los que tampoco quedan casi- pero los pobres rusos se tragaron 72 años de comunismo infumable y nadie les indemniza que yo sepa, ni cambian calles.
Mira que podían haber sido los fascistas de las boinas rojas, los mutiles de la chapelgorri, tan de Mussolini ellos, los que dieran la nota tras contribuir decisoriamente a la victoria de Franco tras sus cruces alzadas y les unificaron, pero no, son los republicanos de referencia disconformes con el tozudo y arrasador resultado, los mismos que tanto se habían comprometido en un golpe de estado contra unos monárquicos que habían ganado las elecciones municipales de calle –22.150 concejales contra 5.875- lo que suelen ignorar y luego los que remataron la faena con el pucherazo-robo de febrero del 36 en otras elecciones, para conseguir la mayoría absoluta del frente popular, tras intentar anticipar la revolución en la Asturias del 34, lo que también ignoran venciblemente.
Mira que podían cuestionar lo que hicieron don Arsenio Martínez Campos Antón y don Manuel Pavía y Rodríguez de Alburquerque contra los republicanos de la primera república, los cantoneses aquellos tan románticos. Anda que no da para memoria histórica y sentimental con música de Padilla y fondo de habaneras.
Martínez Campos, el del caballo tan bien dotado como el de Castaños o el de Espartero, nos trajo a Alfonso XII, descatalogado que estaba el hombre, y eso les da de lado a los podemitas, a los republicanos, al PSOE del Sánchez y a la anciana Carmena, la rouge. ¡Qué pena! Piensan que los españoles somos tontos de l’haba, pero muchos leen, están enterados de la chapuza y de la carnicería que supuso aquello por no respetar al pueblo soberano, que terminó ganando y ahora quieren dar la vuelta al resultado y nos hacen poner la lupa –nos obligan- donde ya no considerábamos oportuno hacerlo por respeto a tanto muerto. Regurgitan estúpidamente y nos hacen partícipes del limaquillo hasta extremos alucinantes. No hablan ni siquiera de memoria, sino por referencias poco ilustradas y plenas de moco. Respiran por la herida de su frustración y de su fracaso. ¿Hasta dónde quieren llegar en el delirio?
El endriago de los ojitos azules, el que va y viene a Venezuela para que suba el pan y la leche a niveles diluvianos ¿No lee? ¿Pero que hace este hombre por las tardes? ¿No se le controla? ¿Qué le pasó con la fundación alemana, esa que parecía que se lo llevaba para diseccionarle y enterarnos al pueblo llano de lo que había dentro que no fuesen trapos y fajina?
*Abogado del Ilustre Colegio de Madrid.y miembro del Capítulo Español del Club de Roma desde 1993
Para el ciudadano no es lo mismo la posibilidad de una dictadura, que la realidad de una dictadura. La posibilidad de una dictadura implica al ciudadano porque mientras vive en un estado que le otorga derechos políticos, se siente responsabIe de esa posibilidad, salvo que sea parte activa del movimiento de esa posible dictadura, su respuesta natural va a ser tratar de evitarla siempre, ya que implica la posibilidad de perder todos los derechos, lo que es un riesgo altísimo. La realidad de una dictadura implica al ciudadano de manera totalmente distinta, puesto que la dictadura ya se ha impuesto,… Leer más »
Se ataca el franquismo porque engrandeció España, y el Nuevo Gobierno Mundial quiere acabar con España. Por eso la “izquierda” tiene patente de corso para machacar la obra de Franco. La izquierda, sin el beneplácito del piramidión, nada habría destruido.
Si todo esto está muy bien, pero a pesar de ello , quieren imponer su “verdad” con la abstención de Mariano y el apoyo de Albert.