Pesadilla en las noches de España (en directo desde Monte Pelado)
En las estepas españolas, en los páramos batidos por el viento, en valles y ciudades, con nocturnidad y alevosía, retumba el aullido lobuno y blasfemador de los anticatólicos, levantando el tableteo de bandadas de murciélagos, que oscurecen una Luna española viuda de toros enamorados, de poetas lorquianos, de Adoraciones Nocturnas.
Ahora le ha tocado la blasfemia?nuevamente? a la Virgen del Pilar, nuestra patrona, y nada menos que con el apóstol Santiago, nuestro patrón. Y es que juntan su cristianofobia con su hispanofobia.
Tiembla el útero de España, violado por tribus luciferinas de culto epidural y coñajudo, que vienen tocando el tambor del llano con sus negras pezuñas; profanado por engendros infernales que con sus aterradores colmillos babean sobre cómo destripar vientres católicos, cómo destrozar la yugular de la España de siempre, para llevarla al reino de los no-muertos, del nunca jamás.
Son los lacayos y lacayas del Averno, sus avatares cornudos, en directo desde Transilvaniam y Elm Street, dirigidos por el Señor de Monte Pelado, que desencadena sus polstergeists desde tribunas, hemiciclos, tertulias y tuits.
Noche gótika, aquelarre de blasfemadores, de femens zuagarramurdianas, de desenterradores marca Frankestein, que hurgan en los estercoleros de nuestra historia, sedientos de sangre católica.
Ya tuvimos persecuciones con las Pepas y las Gloriosas, pero los Coliseos más atroces se empezaron a desencadenar en la Semana Trágica de 1909, cuando la huelga general del 26 de julio provocó una atroz escalada de violencia cuya peor parte se la llevó el estamento eclesiástico, que fue el chivo expiatorio de la insurrección. Entre llamaradas de horror que arrasaron iglesias y conventos, religiosos y religiosas fueron objeto de toda clase de escarnios y humillaciones, que incluyeron profanaciones de tumbas de religiosas, que se exhibieron como si fuesen escobas por las calles de Barcelona. Incluso hubo un disminuido mental ?el joven de 20 años Ramón Clemente García? que se marcó un baile con la momia de una monja. Fue ejecutado, pero él no era sino una víctima de la furibunda jauría asaltaconventos.
Pero después vino la República de la libertad y el progreso, que coronó cum laudem al auténtico rey de este funesto sindicato de desenterradores, el anarquista José Olmeda, cuyas milicias tomaron la madrileña Iglesia del Carmen, donde llevaron a cabo una profanación espantosa: sacaron los cuerpos y esqueletos de curas y monjas, y los dispusieron de tal manera que evocaran toda clase de posturas sexuales. Por si esto fuera poco, hicieron de este sacrilegio una exposición por la que cobraban entrada. Esto sí que fue una «performance».
Ahora lo hacen con más democracia, en juegos florales, en salones enmoquetados, en pregones carnavaleros como el de Santiago de Compostela, en Kabalgays orgullosas, jaleados con el claque de izquierdosos y radicales, que se divierten con esta basurkultura, que les «dispintina» de gusto. Qué graciosos y modernos que son estos gótikos de labios negros y lengua viperina, que tan bien esconden sus verrugas y sus garras negras.
Es la noche gótika que ha caído como una maldición sobre España; noche carbonaria donde íncubos y súcubos se desbandan a lomos de los rayos catódicos para succionar úteros núbiles, españolidades, derechismos, catolicismos y tradicionalismos; donde «aliens» maléficos devoran la vitalidad de un pueblo que una vez se llamó España, que durante mucho tiempo fue católico y cabal, y que ahora es un despojo perdido en la inmensidad de páramos nocturnos infestados de chacales que pelean por devorarlo entre salvajes gruñidos y mandíbulas sangrientas; un pueblo que ahora es un cervatillo acobardado acosado por una marabunta de aves de presa que se «dispintinan» jugando con él.
Carroñeros, vampiros de medianoche, desenterradores de momias católicas con las que marcarse una conga de las suyas, moviendo las caderas, blandiendo su puño en alto, como actores de un holocausto zombie, de una pesadilla en san Jerónimo’s street.
Noches gótikas que tienen sus amaneceres, sus desayunos con diamantes gótikos: ¿Cuál será la última cagada willytoledana de los coletudos? ¿Con qué nueva blasfemia nos obsequiarán las hordas satánicas desde sus púlpitos mediáticos, desde sus tribunas apestosas de giliprogrerío? ¿Qué «femens» anticatólicas servirán de marjorettes para el ejército de los «dispintinadores»? ¿Qué nuevas estupideces habrán soltado los portavoces de Monte Pelado? ¿A quién habrán amenazado los robespierres rojos con guillotina, horca, boleto y baile?
Pero lo peor de nuestro desgraciado país no son las noches gótikas que rompen las copas de la madrugada con sus infiernos desparramados, sino que, al despertar, todo sigue ahí: un pavoroso amanecer gótico. No ha sido una pesadilla: han sido los que lo votaron.
El artículo no menciona el laicismo anticlerical, incluidos asesinatos, del periodo del 14/04/1931 a 1/04/1939. Tiene acomplejamiento el autor de nombrar este periodo?
José… creo que no conoce al autor del artículo. A D. Laureano, por cierto una de las mejores plumas que se pueden leer en este remanso de patriotismo que es AD, se le podrá acusar de llevar bigote. O de lucir corbata. O de tener el cabello moreno (algo blanco ya…. Putos años…) Pero de no defender nuestra fe católica y de no denunciar reiteradamente los agravios que los católicos hemos sufrido durante siglos, incluida la infausta II república, de eso le aseguro que es inocente total. No es una defensa de D. Laureano pues ni la necesita y menos… Leer más »
Sanmalaquias, o como se llame:
Las habichuelas me las juego todos los días luchando en un Sindicato y un Partido Patriotas, no en un espacio de comentarios protegido en el anonimato.
Saludos.
Ehhh!! pare el carro amigo. Cada uno hace lo que puede José, o como se llame.
Si le parece bien nos abstendremos los “anónimos” de poner nuestras opiniones y dejaremos que usted siga abanderando en solitario su lucha sindical patriótica.
Sea como fuere no pretendía ofenderle. Por mi parte no volverá a haber malos entendidos. Puede usted tener la completa seguridad.
Nadie debe abstenerse de escribir sus opiniones, ni aquí “se juega las habichuelas”.
Por mi parte debate terminado.
desde fuera se le ve a usted, josé ubalde, especialmente belicoso ( para mí fuera de lugar ) con dos buenos patriotas. Gaste sus energías contra esta sociedad decadente y bolchevizada
No gasto, empleo energías, dando la cara y dentro de la legalidad vigente; para cambiar esta España que no me gusta.
Don José, el tal Olmeda, el anarquista satánico, hizo sus fechorías durante la Guerra Civil. Y no, no tengo ningún complejo, porque he narrado el holocausto católico de los milicianos satánicos en varios artículos, con detalle y minuciosidad.Precisamente dentro de unos días contaré el apocalipsis que vivió mi Andalucía, para criticar la Ley de Memoria Histórica que están imponiendo allí. En fin, se ve que no es usted un lector que me siga mucho. Saludos cordiales
Olmeda es un caso de anticlericalismo profanador, hubo muchísimas más profanaciones y asesinatos por razón de religión, pero ya que escribe su origen andaluz, le ruego que se acuerde del Mártir Antonio Molle Lazo, cuya Beatificación lleva décadas solicitandose no concediendola la Iglesia que se olvida de los Patriotas militantes que un día la defendieron. Digo que se olvida porque no se ha beatificado un solo Mártir que además de ser católico tuviera una militancia política declarada.
Ya hablé de Molle Lazo en dos artículos. Y me parece que ya está beatificado. Según tengo entendido, fue el primer beato de nuestros martires
No Don Laureano no ha sido beatificado, por la burda excusa de portar armas para defenderse. Infórmese y verá.