El Sevilla conquista el ‘Teatro de los sueños’ y elimina al Manchester de Mourinho (1-2)
Hay estadios en los que puedes salir con una página escrita para la historia de tu club o con la sensación de que el suelo se te ha abierto hasta tragarte. Old Trafford es uno de ellos y el Sevilla eligió la mejor. La de viajar en el tiempo 60 años, los que han pasado desde que pisó por última vez los cuartos de final de lo que antes se llamaba Copa de Europa y hoy es Liga de Campeones. Porque el Sevilla escribió una de las páginas más bellas de su historia, una que dentro de michos años se podrá unir a esa parte de su himno que dice que cuentan las lenguas antiguas…
Los diablos rojos quisieron marcar desde muy pronto su terreno, que el Sevilla sintiera que estaba en un templo y ante un equipo que transpira historia. A los cinco minutos de partido Lukaku ya había avisado con el reloj apenas por encima de los 60 segundos, Sergio Rico había sacado un remate de Rashford y Banega andaba ya con una amarilla.
Pero el Sevilla no se amedrentó, cogió la pelota y a partir de ella rebajó la pulsaciones de la noche. Todo lo que eran problemas para los de Mourinho con el balón, porque Juan Mata volvió a quedarse en el banquillo en un partido grande, empezaban a ser situaciones en la que los de Montella encontraban un compañero cerca pasa asociarse. Así, el partido viró hacia lo esperad: juego directo de los ingleses en busca de Lukaku y juego al pie del Sevilla, penalizado por las imprecisiones del Mudo, para llegar cerca del área en la que la figura de De Gea imponía su ley con el recuerdo de lo ocurrido en Nervión.
En esa batalla táctica se instaló el partido para generar tanta tensión por la eliminatoria sin goles como poco peligro. Después del zarpazo inicial de Lukaku, al que luego anularon los centrales del Sevilla, no hubo noticias de verdad en las áreas hasta que a los 27 minutos Muriel cruzó en exceso la primera llegada clara de las camisetas negras.
Con N’Zonzi vestido de emperador en el centro del campo e imponiendo dominio físico y táctico a la musculatura del juego inglés, al Sevilla le faltaba un paso más para que la grada de Old Trafford empezará a recordar negras noches ante equipos españoles (Real Madrid, Deportivo o Athletic) o el susto de la pasada campaña ante el Celta.
Ese peligro que no veía De Gea lo solventó bien Sergio Rico ante un zurdazo potente de Fellaini en uno de esos acelerasen que tanto gustan a en Inglaterra. Sofocado ese momento de rabia de los de Mou apareció el descanso para dejar todo por solventar.
El gol a precio de oro
Con 135 minutos a cero a sus espaldas, ManU y Sevilla regresaron al tapiz del Teatro de los Sueños a la caza de un gol con la sensación de que el que primero diera con la tecla estaría en cuartos. La tuvo Correa, pero un mal control permitió a Bailly sacar la pelota cuando el argentino armaba el disparo ejecutor.
En el otro lado, Sergio Rico sacó un derechazo de Lingard – el mejor de su equipo- que sin el guante del sevillano se habría alojado en la red. Porque el partido, obligado por el escenario que creaba el intocable 0-0, se convirtió en un box to box. Ese fue el momento que eligió Mourinho para mandar a Pogba al campo. Otra apuesta por la fuerza en vez del fútbol que Mata le viene asegurando cada vez que aparece en escena. No anda sobrado de calidad el equipo de Old Trafford para no considerar un lujo que el 10 no juegue.
La elección de Montella fue cambiar a Muriel por Ben Yeder. Y el primer balón que tocó el franco-tunecino lo colocó en la red para cerrar una jugada perfecta del Sevilla: robo en su campo N’Zonzi, salida rápida con Banega, conexión con Sarabia y lección del madrileño. Pablo encaró, se paró el tiempo justo y puso la pelota franca para Ben Yedder. Habían pasado sólo 87 segundos con él en campo y la gesta había puesto su primer ladrillo con el gol más rápido de un suplente en la actual Champions.
Mourinho se acordó de Mata
Ese gol era oro, porque el United necesitaba dos goles para estar en cuartos. Entonces fue cuando Mourinho se acordó que tenía talento en el banquillo. Después de 75 minutos imaginando lo que podría hacer si él estuviera en el campo, la pausa que podía dar a tanto corazón desbocado, Mata entró al campo para ir a la desesperada.
De su mano entró Martial, pero la reacción de Mourinho provocada sólo por verse con el marcador en contra tuvo como respuesta el segundo tanto del Sevilla. La firma volvió a ser de Ben Yedder con un remate de cabeza que esta vez los milagrosos reflejos de De Gea no pudieron salvar.
Estaba hecho, el Sevilla después de 60 años estaba en los cuartos de final. Pero, como lo que mejor sabe es lo que se sufre, Lukaku firmó un golazo para que su equipo intentará en 10 minutos lo que no había querido hacer en 170. Porque en ese rato el Manchester United se acercó más al gol que en toda la eliminatoria. Pero la historia estaba escrita. Y hasta pudo ser más bella porque Ben Ydder eperdonó el hat- trick el Old Trafford, como si tan poco fuera plan de abusar.
Me alegro por el impresentable Mou y felicito al Sevilla.