Si Alemania no extradita por rebelión a Puigdemont, el pueblo español debe salir a las calles, exigir el fin de las autonomías, la salida de la UE y defender una alianza con Rusia
AD.- ¿De qué serviría a España seguir siendo parte de la Unión Europea si al final descubrimos que ese supuesto espacio de cooperación común a quien beneficia son a los que quieren destruir nuestro país? Se abre ante nosotros la perspectiva de que Alemania decida finalmente no extraditar a Puigdemont por el delito de rebelión (la extradición de los exconsejeros catalanes fugados en Bélgica la damos por perdida). Ante ese escenario, la respuesta ciudadana debe ser proporcional a la inmensidad de la afrenta. Si la UE protege y da amparo legal a los que han pretendido nada menos que la quiebra territorial de España, para qué continuar formando parte de esa farsa.
Nos ha fallado el Gobierno. Nos han fallado los partidos con representación parlamentaria. Ni siquiera en esta hora decisiva para España, el PSOE es capaz de neutralizar el chantaje del PNV al Gobierno permitiendo a cinco de sus diputados aprobar los presupuestos. En definitiva, el rechazo del PNV a los presupuestos ha sido por el mantenimiento del 155 en Cataluña, que el PSOE sigue apoyando. Advertidos fuimos por Franco, en el lecho de su muerte, hace 43 años, sobre el estado de alerta de los enemigos de España. Sus proféticas advertencias quedaron en el olvido, como tantas otras cosas. Es la hora de los españoles si queremos preservar un legado que no es nuestro sino de todas las generaciones que nos precedieron y de todas las que nos deberán suceder. Es la hora de cuestionar las estructuras anquilosadas que dan sustento a la UE. Si finalmente Puigdemont no es extraditado a España por el delito de rebelión, todos a la calle, pacíficamente, a exigir el fin de las autonomías, la salida de la UE y defender el establecimiento de una alianza con Rusia. El partido Soluciona ya lo incluye en su programa político. No hay resorte emocional más contrario a los lobbys económicos que patrocinan el mantenimiento de la UE que apelar al nombre de Rusia como centinela y salvadora de Occidente.
La Europa en la que nosotros creemos no es esa Europa de mercachifles ni de burócratas que nos dibujan el escenario de otra Europa radicalmente distinta, la que vive en transición entre la nada y la muerte. La Europa en la que creemos no tuvo nunca que rebasar los límites del Bósforo para sentir que su fuerza inspirativa no proviene ni provino nunca del canto de un muecín. Nuestra Europa reverbera en una columnata griega, en un acueducto romano o en un frontispicio de arquitectura gótica y nunca lo haría en los conciliábulos del Club de Bilderberg ni en las reuniones conspirativas de Estrasburgo. No creemos en esa Europa recauchutada que nos proponen los partidos del sistema. No creemos en esos políticos europeos que acuden a consolar a Puigdemont, con todas las características de un perro excepto la lealtad.
Nuestro modelo europeo es otro bien distinto. Europa fue fuerte y extendió su influencia a medio mundo cuando la mayor parte de su ciclópea tarea la realizaron cada uno de sus países y no cuando esos mismos países estuvieron a expensas de lo que decidieran por ellos un puñado de eurócratas mancomunados. Los Estados Unidos se hicieron fuertes y poderosos por medio de sus hijos, no pidiendo limosnas ni aguardando ayudas de los canadienses. La revolución belga de 1830 fue hecha por los ciudadanos que, expulsados los extranjeros, construyeron unidos el nuevo reino. La explosión industrial inglesa nació del trabajo y el esfuerzo de cada uno de los ingleses. España se opuso a la anarquía y desbarató los planes para un Estado soviético sin esperar a que se le diera instrucciones desde fuera.
Nuestro viejo continente es hoy un cuerpo débil y achacoso porque se le está privando de su principal nutriente ideológico. Sin ese nutriente ideológico apenas habríamos sido una más entre esas civilizaciones exóticas que se pierden en la inmensidad de la historia sin nada grande que ofrecernos. Esta Europa que se edifica ahora brota de una institución convertida en ‘cementerio político de elefantes’, que irradia normas aprobadas en el seno de los grandes grupos políticos y no conforme al interés de las naciones de los que forman parte.
No puede existir una Europa fuerte si sus líderes se empeñan en ignorar a qué bases culturales y espirituales pertenece. Ya vemos cómo muchos juristas belgas, suizos, ingleses y alemanes frivolizan sobre cuestiones técnicas para evitar la entrega a España de los secesionistas catalanes fugados, como si todo lo sucedido estos meses atrás en Cataluña careciera de importancia y fuese apenas un apunte político menor.
La construcción de una Europa fuerte implicaría necesariamente la supresión de todas las resoluciones constituidas en obstáculos para el desarrollo de nuestras naciones. ¿Qué otra cosa nos trajo el euro sino calamidades y abusos a las economías más sencillas? ¿Qué se pretende con la excarcelación de criminales en nombre del llamado Derecho internacional y pese al irreparable daño social, político y económico que han producido? ¿Qué se quiere conseguir empujando a millones de africanos a establecerse en nuestros países? ¿Qué hacen los cristianos cabales apostando por ese proyecto delirante de una Europa sin alma? ¿Cómo no defender la necesidad de agruparnos contra el engaño de unas instituciones que han dejado de estar al servicio de las patrias europeas?
En la medida en que Occidente decae, siguiendo un ciclo inexorable que el gran Oswald Spengler previó, más decae en general la vida civilizada. Europa muere por pura vejez y desgaste de sus formas, pero no sólo por esas causas endógenas sino también por infección de americanismo, africanismo e islamismo, invasiones éstas inducidas y teledirigidas con mayor eficacia celeridad a medida que esta parte del mundo abandona sus bases fundacionales y recae en la barbarie. La Europa segmentada, donde abundan ablaciones de clítoris, matrimonios forzados, pederastia generalizada, aborto, disolución de la familia, zonas “no-vayas” (“no-go zones”), conflictos étnicos, violaciones en grupo… es una Europa que ha tomado la senda de la entropía, la tendencia universal y “cómoda” hacia el desorden en los hechos, pero a la vez es una Europa regulada estrictamente en lo ideológico. A mayor caos en las calles, mayor y más riguroso control de las mentes.
Mientras Rusia aboga por la vuelta a las raíces y el tradicionalismo, en Europa, la más común referencia a la hora de hablar del tradicionalismo es aquella que vincula el concepto al tradicionalismo religioso católico o, en un plano más político, con actitudes e ideologías vinculadas de alguna manera con el fascismo y el nazismo. ¿Queremos seguir perteneciendo a este espacio decadente que odia a los países que se defienden y a los que niega hasta el derecho de someter a sus traidores a un severo correctivo?
Sólo una masiva reivindicación de Rusia como tuteladora y protectora de nuestros intereses nacionales puede servir de contrapeso a la conjura contra España que tiene lugar en logias, organismos y tribunales europeos. Que ese clamor prorruso se convierta en desbordante riada antieuropeísta si finalmente la justicia alemana patentiza la traición a España como concepto legal.
Si Europa renunció a luchar por su supervivencia hace ahora exactamente 73 años, los españoles queremos y tenemos el derecho a combatir por nuestra patria y por nuestra libertad.
Ni sumando todos los comentarios sumáis una neurona.
Killo cuidado que tu jefe te va a denunciar por usurpación
Siii marcharos de Europa, pero antes devolved la pasta como todos, no vayais a hacer de Reyes Catolicos, que a apartir del 2020 toca empezar a pagar. Déu vos guard
Y poder aparcar el unicornio en doble fila!!! no olviden esta reivindicación tan antigua.
Si somos tantos los que nos gusta España como es vamos a plantarnos mañana 100000 personas en las puertas de la embajada alemana en Madrid y si no nos gusta la idea a joderse.
totalmente de acuerdo q socios tenemos
Time for Russia to stay out of the European business. Stop trying at every occasion to ignite european crisis!
Estoy de acuerdo. O retroceden o fuera de esa chorrada que va a convertirse le UE.
Genial idea.
Estoy de acuerdo, y me uniré a la manifestación cuando se convoque/produzca. Por favor, no dejen de avisarme.
Si, al final, agotarán nuestra paciencia, hoy ya he hablado con mas de cincuenta personas que dicen lo mismo, fuera de esa Europa ya, fuera las CCAA ya, y saldremos a las calles, ya lo creo, eso sí pacíficamente como los DCR en Cataluña.
Coleguillas, se os va mucho la olla.
Pues ale… ya podeis ir saliendo que los catalanes nos quedamos…
eso eso cuanta razon
pues si, Putin es mas de vuestro estilo
Una alianza con Rusia? Si es broma puede pasar.
Putin no tiene el mas remoto interés en una alianza con un país de la OTAN. Seamos serios, Rusia ansia con todas sus fuerzas la desestabilización de Europa Occidental, y hará todo lo posible para conseguirlo.
Nota del administrador: Usted, algo ya habitual, no ha entendido nada de lo que se expone.
Yo no traicione a España ni a Franco en el 78 vote NO a la Constitución sobretodo por el título VIII, se veía que no iba a funcionar.
De acuerdo con casi todo en el artículo. Hay que abandonar la UE y que las relaciones con Europa sean fraternas, entre países hermanados por la cultura y la raza; no nos interesa disolvernos en una Meganación (Unión Europea) sin alma ni valores más que los económicos.
Ahora mi pregunta ¿A manifestado Rusia algún interés especial por asociarse con España? Porque no me lo parece. ¿O es que vamos a ir corriendo a suplicar nos dejen escondernos debajo de sus faldas?
Lo de pedir el fin de las autonomierdas es vital y necesario tanto si se extradita al chorizo ese como si no, lo uno no tiene que ver con lo otro, si bien en caso de no extraditarlo, se demostraría una vez más que esto de la unión europea es una farsa que no da más de sí, basta ver que la capital de esta desunión europeda está en un país que es otra farsa de retales, Bélgica y su capital Bruselas, un país refúgio de terroristas y criminales fugados, ¿esta es la unión europea?. Por mi parte le pueden… Leer más »
Algún día se estudiará nuestra época como una de las más negras de la historia del hombre. Suscribo la reivindicación de AD.
Administrador: Trol, ¿por qué no se marcha?