Kipling lo sabía
Nacido en Bombay en 1865, donde se educa hasta los cinco años, Rudyard Kipling, este gigante universal, premio Nobel de 1907, citando a Aristóteles, dice que la libertad es gobernar y ser gobernado y que los pueblos que no aceptan ser gobernados pierden el derecho de gobernarse.
En el Libro de la selva, cuyo protagonista es un niño, al que los lobos adoptan cuando se pierde en la selva, su madre adoptiva la loba Raksha le llama Mowgli, “rana” porque carece de pelo en el cuerpo y en este libro que es un conjunto de cuentos ejemplarizantes para la educación de los jóvenes, puede leerse cómo es adoptado por los lobos, por el Consejo de la Roca, y cómo cualquier lobato –tal es su caso- es instruido en la ley de la selva. El pueblo de los monos, que no tienen ley, y son poco amantes de ella, son los Bander-Log y no les va muy bien que digamos, por lo que sin duda carecen de libertad real. La viven ficticia y nadie les respeta. Dan risa.
Mowgli consigue matar a Shere Kahn -del que en su día le salvaron lo lobos- por medio de los búfalos, que le aplastan. Cuando enseña a los lobos la piel del tigre de Bengala, tras bailar sobre ella en la peña del Consejo de la Roca, uno de los lobos aúlla y dice:
“-¡Condúcenos tú, pequeño hombre! Ya hemos vivido demasiado tiempo fuera de las leyes, y deseamos de nuevo ser un pueblo libre”.
Creo que no se puede decir de un modo más inteligible lo que significa la ley, el orden constitucional y su primacía sobre el desmadre y la sinrazón que privan de libertad.
Se puede acusar a Kipling –y se hará, sin duda por los menos capacitados para juzgarle- de inglés, que lo es, de ordenancista y de entusiasta de la disciplina, del sacrificio, de la competitividad y del esfuerzo, de lo que no abunda hoy en día, vamos, de facha, pero no pierde ni un pelo de actualidad, ni de razones para admirarle muy sinceramente y quitarse el sombrero a su paso.
Es un puntal del pensamiento y de la forma de ser británica, que durante tanto tiempo les ha valido y ahora que se bandean peligrosamente con el Brexit del demonio, por un quítame allá esos negros y un calentón incomprensible, andan buscando una salida, un airoso exit, que les permita regresar a la pompa y a la circunstancia de toda la vida, para que Britannia, con su casco sobre los rizos de sus cabellos vuelva a dominar las aguas, si bien cuando regresen a casa ya no será como en la primera luna de miel. Pero… If, como dicen los guiris…
“Si logras el triunfo después de una derrota,
Y a estos dos impostores los tratas por igual;
Si logras conservar tu valor y tu aplomo
cuando los hayan perdido los demás,
entonces los dioses, los reyes, la dicha y la victoria
serán ya para siempre tus esclavos sumisos.
Y lo que es más valioso que dioses y que glorias,
tú, entonces, todo un hombre serás, amado hijo.”
Este no es el caso, parece ser verdausté, de nuestro ministro de educación, el letrado del Consejo de Estado, que sigue en sus catorce aduciendo que la Constitución miente -o parece que lo hace- en su artículo 155, cuando dice textualmente que “el Gobierno de España podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquella comunidad autónoma al cumplimiento forzoso (sic) de dichas obligaciones burladas o para la protección del mencionado interés general”.
Dígase a los que pagamos las misas y de la cera que arde, el verdadero porqué, dígase que es -de verdad- lo que no se hace debidamente y de quién es, o ha sido el fallo que impide aplicar tal cual la letra de la Carta Magna… y la deja en braguillas ante nuestra mirada inquisidora para hacer unas risas…
Ahora, añado de mi cosecha,
Si no haces esto,
si no logras nada, después del cachondeo que se traen,
y de tanto hablar del 155,
si no impones el ordenamiento constitucional de una puñetera vez,
si nada vale para nada y sigues permitiendo el plan de los monos,
entonces, vardáhijo, eres un bandarra, un menguado,
vamos de culo, derivando, con el freno de mano puesto…
Y, lo que es peor, hijo, marcha atrás.
Excelente artículo, que suscribo totalmente.
EL BARÓN DE CLARET es el miembro más siniestro del actual gobierno. Vamos es tan siniestro que sería capaz hasta de votar a favor de la república, CON TAL DE SEGUIR SIENDO MINISTRO.
Con “amigos” así, no necesitamos enemigos…
Es que estamos hechos una monada…
Efectivamente, el pacto social que conduce del estado de naturaleza al Estado civil, conlleva, al menos en teoría, una renuncia, al tiempo que ciertos privilegios (defensa de los derechos naturales del individuo) y unos deberes (Locke), pero esto no se cumple últimamente por parte de nadie, traicionando el sistema proporcionado por Locke, para empezar por el principio de la mayoría y para seguir con el ejercicio interesado del poder