¿Hasta cuándo se va a conculcar la Constitución?
Van a continuar campando por sus respetos las manadas de los independentistas, con abusos, tocamientos y violaciones, tanto me da, no me cabe duda ¿Hasta cuándo? ¿Hay que esperar a que haya muertos? Posiblemente.
Entonces se sabrá quién es el culpable y aparecerá un video donde no debe, que los carga el diablo. Aviso a navegantes bisoños, tendidos al sol en Capua, que los de las legislaturas se van a su casa en Miami y ellos se quedan, o deberían quedarse.
Una vez empezado el melón, que se empezará, porque se les estimula en vez de disuadirles y van a más en vez de ir a menos, el artículo 15, el que dice que “Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral” lo interpretará a la flauta dulce un juez de paz de Lituania o vete a saber de dónde, seguro qué de esta Unión Europea, que ni es unión y que parece que ha dimitido de ser europea, para devenir en bananera sin norte ni sur, sino para ver quién dice la gilipollez más mostrenca.
Porque los que han sido elegidos para ello por ni se sabe y votados porque no hay otra cosa que hacer para conjurar a Pablo Manuel, no harán nada. Los recursos constitucionales acallados, volarán como los angelotes de Murillo en torno a la realeza pasiva y al fin triunfarán las circunflejas tesis zapateras, las liquidas y las gaseosas, que son por un tenor.
La lenidad y la mangancia es lo que tienen, que las pagan los demás, los inocentes, los justos que abonarán la consumición de los pecadores, como pasa cuando no hay principios y todo vale con tal de “no significarse ahora que estoy donde ni soñaba”, nadie reclama y los pocos principios que quedan no se respetan, como a los que los guardan, porque los responsables, una vez que se han bajado las calzas hasta los tobillos por mor de su propio beneficio, ya no tienen enmienda ni vuelta atrás. Hay que desecharlos. Son de usar y tirar y así se comportan, tales que moqueros.
Ya sabemos de qué va la vaina, porque esta vaina goza de anuencia cada vez más generalizada –en razón directa a la ignorancia e indirecta al cuadrado de la Carmena- y acabaremos agradeciendo que la abuelita roja, la jodida, en un alarde reivindicatorio, no nos ponga una placa conmemorativa de los torturadores extraparlamentarios que asesinaban en las checas frentepopulares del 36, a religiosos y sacerdotes por miles, a gente católica y de las derechas autónomas mayormente y en cantidad, mira tú y ahora resulta que eran “idealistas” y que alguno se extralimitó y de los que nos libró Franco y demás “sublevados” contra un régimen “legítimo” y que –por arte de birlibirloque- ahora son tachados de genocidas.
No, si lo que te digo, al final Franco nos estropeó la fiesta cuando comenzaba a prometer y se ponía interesante. Es para dimitir y no echar gota. ¿Hasta cuando las posturicas? ¿Hasta cuando amagar y no dar?
A estas alturas no creo que la pregunta sea hasta cuándo se va a conculcar la constitución, sino cuándo vamos a poder pasárnosla todos por donde nos dé la gana sin que ello nos acarree ni la más mínima consecuencia.
Ya está bien de que de semejante dercho fundamental disfruten tan sólo unos privilegiados.
La Constitución puede permanecer indeleble, sin perjuicio de que haya que retocar los límites entre ciertos delitos, que las costumbres y las barbaries, siempre habidas, cambian.
Hasta que lo decida Catilina
Que nos lo diga el ése…