El mundo de los tópicos (caricaturas con joroba, dromedarios ideológicos), se encuba en una falta de mínima erudición histórica, filosófica o teológica, que hace que el contra tópico suene a blasfemia. De ahí que no toda reacción interpretativa contra el tópico acepte la estricta realidad, incluso demostrándola.

La historia no se crea ni se destruye, por muy simpática o antipática que se nos enseñe. Las leyes están para juzgar con la objetividad de las mismas, prescindiendo del parecer subjetivo de posibles denunciantes, habidos o por haber.

Los que nos limitamos a responder a preguntas relacionadas con la profesión pertinente que se nos formulan, tenemos la obligación moral de responderlas con los argumentos objetivos que la profesión nos da, incluidos otros datos relacionados con la misma. Las intencionalidades en este caso, no pueden ser otras que el amor y el esclarecimiento de la Verdad ontológica, lógica o moral, que para amarla con mayúscula de la Fé revelada, antes hay que amarla con la minúscula de la razón bien informada.

Rebato, pues las acusaciones que el susodicho malagueño me plantea, ya que confunde el fondo con la forma, lo aparente con lo “posible constitutivo de denuncia”, por no querer deslindar lo sentimental de lo racional. La razón está por encima y antes que el sentimient0 –filosofía socrática- aristotélica y escolástica tradicional.

1º. – Así pues, del supuesto desprecio que induzca a odio contra “refugiados”, hay que evitar la confusión entre el pecado y el pecador, de lo malo en sí, con el odio hacia el malhechor. He afirmado que esos llamados refugiados son en buena parte o casi toda, invasores (según el grado de consciencia de los mismos), que enviados por planes masónicos de ese poder oculto, buscan tres fines:

– La mezcolanza para acabar con la raza blanca (europea).

-La familia, en su concepto cristiano, de padres, hijos y abuelos, en su caso, y

– La supresión de fronteras, buscando el manejismo de la especie humana, aborregada, como un magma humanoide impersonal y teledirigido para imponer la gran dictadura mundial, manejada, por supuesto, por sus diabólicos dirigentes judeo-masónicos.

El “plan Kalergi” lo están tratando de realizar (Franz Rald) con esos fines anunciados. Es un “racismo legal” presentado en el libro de Gerd Honsik, titulado “Adiós, Europa” (editorial Brigt-Rainbow; Barcelona, 2005, ISNB 84-922725-1-1).

Este libro está dedicado a los representantes del humanismo judío, llamado “Haskala”, que surgió en suelo alemán y ganó adeptos en todos los campos ideológicos del Judaísmo.

El 14 de abril de 2003, en el Hofburg vienes, se encontraron el ex canciller alemán Helmut Kohl –portador de la Orden de Kalergi-, y Otto de Habsburgo, para celebrar juntos el 80 aniversario del “Movimiento Paneuropeo”, que había sido fundado por Richard Kalergi.

Este plan exigía que los judíos tomasen el poder, primero en Europa y después, en todo el mundo. El plan se basa en un racismo judío y se refiere a una “raza superior judía” para corroborar la reivindicación de la soberanía judía en Europa y en el mundo.

También el término “raza noble judía” es utilizado constantemente. Con este motivo, Kalergi proclama la abolición del derecho de autodeterminación de los pueblos y posteriormente, la eliminación de las naciones por medio de movimientos étnicos separatistas o migraciones alógenas en masa.

Este dominio de Europa por los judíos, pretende transformar los pueblos homogéneos en razas mezcladas de blancos, negros y asiáticos, y así conseguir la superioridad de los judíos, como único pueblo “puro y superior”.

El diabólico plan pretende influir en la Creación, al cruzar razas para eliminar talentos y características admirables de cada una de ellas, y mestizar la población, para tomar el poder manejando fácilmente a esas masas amorfas.

Así la raza blanca será sustituida por una raza mestiza, cómodamente dominable.

Aboliría la igualdad ante la ley y la democracia, prohibiendo la crítica. ¡Y en esas estamos!

Kalergi ha de ser considerado como e padrino de Maastricht y de la “multiculturalidad”. Lo innovador en su plan no es que acepte el genocidio como medio para alcanzar el poder, sino que pretende criar una subespecie que por sus características negativas, como debilidad e inestabilidad, garantice la tolerancia y aceptación de esa “raza noble”.
Ahí tiene en ese libro documentación de sobra para comprender por qué orientan la emigración de harapientos y hambrientos hacia Europa, y no a los otros países de su mismo credo y “cultura”.

Advierto así el futuro peligro, pero no induzco a ningún odio hacia esas masas indefensas, que no por eso garantizan ni seguridad pública ni el uso de falsos derechos humanos, sin deberes recíprocos, ni la ausencia de delincuencia ni terrorismo.

El ejemplo reciente de ese “mantero” ugandés en Madrid, muerto por un infarto, y ya vimos la batalla campal que originó ese ilegal, residente en España desde hacía más de una decana, y los daños materiales que causó.

¿Qué necesidad tenemos de esa plebe, y quien paga los daños? No digamos los peligros terroristas por esas fronteras mal cerradas y permisivas.

Creo haber dado datos esenciales sobre lo denunciado al respecto.

Si quieren más datos, me sobra bibliografía. Por algo me preguntan quienes me conocen.

Como Sacerdote tengo el deber de rogar por la conversión de judíos e infieles, sin que eso me prive de advertir de esos contubernios satánicos de los subterráneos hilos de los enemigos de Dios y de las Patrias.

Sobre el peligro de “traída de piojos”, solo hace alusión a la consecuencia, fácilmente deducible, de enfermedades traídas o gestadas por esas masas sin controles médicos, y envueltas en su miseria secular del subdesarrollo. ¿O van a traernos “Heno de Pravia”?

No es despectivo; es otro aviso obligado, por simple deducción.

(Continuará).

*Párroco de Villamuñio, León.