Cuando Rubalcaba criticó el “gobierno Frankenstein” al que parece abocado Sánchez
el verano de 2016 cuando España acababa de salir de sus segundas elecciones y entonces la estabilidad del país tenía un rumbo incierto sin una mayoría parlamentaria clara. Tras haber ganado los comicios el Partido Popular con el 33% de los votos y haber conseguido 137 escaños, en aquellos días posteriores a las elecciones del 26 de junio, Pedro Sánchez coqueteaba peligrosamente a Unidos Podemos para intentar, por todos los medios, añadir a sus 85 escaños los 45 de la formación morada. Aun sabiendo que la suma no bastaba para superar en número a los escaños populares, este acercamiento no pasó desaparcibido para sus barones, muchos de ellos muy críticos con el rumbo que el ahora presidente del Gobierno quería tomar ayudado por los de Pablo Iglesias.
Fue el propio predecesor de Sánchez, Alfredo Pérez Rubalcaba, una de las mayores voces críticas del partido. Sirviéndose de la metáfora del monstruo creado por Mary Shelley (creado a partir de diversas partes de cadáveres diseccionados), se refirió a un «gobierno Frankenstein», parecido al que parece condenado a tomar Pedro Sánchez si quiere asegurarse algo de estabilidad en el hemiciclo. «Pablo Iglesias no puede seguir jugando con la gente y decir que hay posibilidad de un gobierno de izquierda cuando no es verdad», declaraba públicamente Rubalcaba cuando el líder de Podemos repetía una y otra vez que quería gobernar junto a Sánchez e incluso fantaseaba con asumir la vicepresidencia del Gobierno. «Entendemos que es razonable que Pedro Sánchez sea presidente del Gobierno.
También es razonable que yo sea vicepresidente del Gobierno», declaró en su día.
Rubalcaba criticó también en su día que Unidos Podemos integra en sus filas tanto a independentistas como a anticapistalistas, ecosocialistas o confederalistas, por lo que, en su opinión, Iglesias no tendría problemas en pactar con independentistas, pero sí los tendría, en cambio, el PSOE, porque «no puede ir con quienes quieren romper España». Pero el exlíder socialista iba más allá al asegurar que un Gobierno «de izquierdas» junto a PNV e independentistas catalanes no sería posible porque ni siquiera son partidos que tengan esa ideología y ERC es independentista, por lo que sería, según denominó, «una investidura Frankenstein».
Fue Mariano Rajoy quien recuperó durante la sesión de la moción de censura esta idea ya avanzada por Pérez Rubalcaba. «Hemos pasado del Gobierno Frankenstein al programa Frankenstein… La única propuesta son los Presupuestos del PP. ¿Qué broma es esta?». Según el ya expresidente del Gobierno, Sánchez está chantajeando a Ciudadanos amenazándole con pactar un gobierno «Frankenstein» junto a los partidos independentistas si no logra su apoyo. Y a estos partidos les está amenazando con pactar con la formación naranja y convocar elecciones si no le apoyan.
De momento, el Rey ya ha recibido a Ana Pastor en el Palacio de la Zarzuela. La presidenta del Congreso ha cumplido así el trámite marcado en el artículo 178 del Reglamento del Congreso y el próximo paso será la dimisión del Gobierno de Mariano Rajoy. Mientras tanto, Podemos, que ha recibido con euforia la designación de Sánchez como presidente, ha afirmado estar «a disposición» de los socialistas, a quienes «les corresponde tomar la iniciativa». Durante su discurso en la Cámara Baja, Iglesias ha señalado que es «casi imposible gobernar con 84 diputados», y que lo que necesitan tanto los españoles como la Unión Europa para tener «garantías de estabilidad» es que se forme un Gobierno «fuerte y amplio» e «integrador», es decir, de coalición.
Ahí los tienes, tal para cual. ¡ Que dos pájaros!, ¡qué pita tienen!. Óye, ¿y donde está el famoso ZP?
A lo que está abocado un Gobierno como este “Frankenstein es al fracaso…