Y luego nos piden que miremos a Vox con buenos ojos. La diferencia entre Vox y lo que aquí defendemos es que para nosotros es una cuestión nuclear lo que para ellos no está siquiera entre los tres principales problemas nacionales. AD prioriza la identidad étnica de España sobre cualquier otra cuestión. El argumento es muy simple: los habitantes de una nación son su principal nutriente. Una Alemania sin alemanes de origen sería otra cosa bien distinta al país que hoy conocemos. Las sociedades nacionales no han sido conformadas por sus ríos, por sus bosques, por sus mares, por sus montañas, sino por sus habitantes, vinculados a una determinada etnia y a unas condiciones culturales propias. Hemos defendido siempre que España sí puede dejar de serlo, al menos la España que siempre hemos conocido, si no se pone fin a los flujos migratorios provenientes de África, Medio Oriente y Suramérica.

En sintonía con los ideales que preconiza la derecha anglosionista, la cuestión migratoria es secundaria para Vox. De hecho defiende el relativismo antropológico salvo para oponerse a la inmigración islámica. Nosotros, en cambio, sostenemos que la cuestión catalana y otros conflictos territoriales son un asunto menor en comparación con la pérdida de nuestra identidad racial colectiva.

Recientemente, el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, fue entrevistado en El Intermedio de La Sexta. Entre postureo y postureo, al número dos de Vox se le preguntó por los tres principales problemas que a su juicio tiene España. La respuesta no pudo ser más esclarecedora para nosotros: la corrupción, la politización de la justicia y el modelo territorial son los tres asuntos que quitan el sueño al engolado Javier Ortega. Ni una mención, ninguna alusión, a la invasión migratoria que sufre España. La sombra de Bardají es alargada.

Desconocemos en qué España viven los dirigentes de Vox. Nos descorazonan análisis tan simplistas sobre la realidad española como los que hace Ortega. Suelen los de Vox referirse a la cuestión catalana siempre en clave interna. Nunca hablan del poder globalista que ha forzado un cambio de Gobierno para reformar la Constitución, acabar de facto con España como nación y convertirla en puerta de entrada de la inmigración masiva procedente de África y Oriente Medio.

No nos hace falta un partido que considera más importante la politización de la justicia que el reemplazo demográfico que ha sido puesto en marcha a velocidad de crucero. Como si en una España donde los españoles de origen fuésemos minoría tuviesen algún interés los problemas que para Vox son prioritarios…

No nos fiamos ni mucho ni poco del partido que sigue sin atreverse a mencionar la bicha sionista ni enfrentarse al enemigo real en la sombra. A la siguiente prueba nos remitimos: si algún dirigente de Vox hablara de la invasión migratoria en términos inequívocamente claros, si denunciara el genocidio de la población europea de raza blanca, la perversa influencia del sionismo en la degradación moral absoluta que sufre Occidente y la traición de la Iglesia a su grey, entonces AD no necesitaría ser persuadida para brindarle a ese partido el apoyo que ahora despóticamente se nos exige.