Abuelo, ¿por qué en la “tele” no nos cuentan estas cosas?
A medida que los medios de contaminación suben el volumen de sus argumentos sobre el empeño del “okupa” de la Moncloa por exhumar el cadáver de Franco y volar a continuación el Valle de los Caídos, son muchos los jóvenes españoles que, viendo la cantidad de problemas que la sociedad española tiene planteados sin que nuestros dirigentes políticos sean capaces de resolverlos y solucionarlos, no dejan de preguntarse por el empecinamiento y el verdadero trasfondo de esa obstinación, terquedad y ceguera.
La respuesta que demandan muchos jóvenes es tan sencilla como silenciada. Nadie entiende como en una democracia de partidos, donde sus señorías en el Parlamento tienen como “violín de Ingres” la libertad de expresión, sean capaces de ponerse todos de acuerdo para tratar de omitir o silenciar cualquier argumento que, teniendo que ver con el régimen anterior, ponga al descubierto y en evidencia este clima generalizado de desencanto, desesperanza, inseguridad, y pesimismo, fruto del comportamiento vergonzoso, la pésima gestión, y el despilfarro, protagonizado principalmente por los vocingleros de la democracia que nos malgobiernan.
Estos demócratas de pro, cuyo único y principal objetivo es llevarnos al desastre, no terminan de enterarse de que España no es Venezuela ni Nicaragua. Contra más se empeñen en ocultar o tergiversar parte de nuestra historia, más espontáneos paladines surgirán para que se sepa la verdad sobre la España que esos vocingleros heredaron, y en lo que han sido capaces de convertirla en solo 40 años de democracia.
Uno de esos paladines surgió, en una reunión familiar que tuvo como anécdota principal la pregunta que uno de los miembros más jóvenes formuló a los asistentes:
-Abuelo, ¿cómo pudisteis vivir vosotros sin tecnología, ordenadores, internet, móviles, facebook, twitter o Instagram, y sin nada de lo que hoy disfrutamos nosotros?
Entonces, el abuelo le respondió:
-Pues verás querido nieto, del mismo modo que tu generación vive hoy sin oraciones, sin dignidad, sin compasión, sin vergüenza, sin honor, sin respeto, sin personalidad, sin carácter, sin amor propio, sin modestia, sin honra, pero sin trabajo, con mucha droga, inseguridad, miedo e incertidumbre.
Nosotros somos los bendecidos, y nuestra vida es una gran prueba de superación. Verás, después de asistir a la escuela hacíamos los deberes en casa y salíamos a la calle a jugar sin miedo a nada ni a nadie. Jugábamos con amigos de verdad, no con amigos de Internet. Muchos solíamos crear nuestros propios juguetes para jugar con ellos y compartirlos con nuestros amigos.
Nuestros padres no eran ricos, eran simples trabajadores. Por eso no nos enseñaban a ser ricos, sino a ser felices.
Ellos nos dieron cariño, amor y seguridad, no regalos ni materiales mundanos. Nunca tuvimos teléfonos móviles, playstation, videojuegos, ordenadores ni Internet, pero tuvimos hermanos, primos, vecinos, compañeros y amigos de verdad.
Los familiares, como resulta que todos podían comprase una vivienda sin miedo a perder el empleo, solían vivir cerca unos de otros para disfrutar el tiempo libre en familia. Es posible que todavía nos contemplemos en fotografías en blanco y negro con cierta nostalgia, pero sin embargo, esas instantáneas guardan recuerdos muy coloridos que consiguen hacernos llorar de emoción.
Somos una generación única y más comprensiva, porque somos la última generación que escuchó y respetó a sus padres, y también la primera que tuvo que escuchar a sus hijos. Somos una edición limitada. Así que, mi querido nieto, disfrútanos, atesóranos, y aprende de nosotros para llegar a ser una persona de provecho.
El nieto, que había escuchado atento y embelesado la historia narrada por su abuelo, finalmente preguntó:
-Abuelo, ¿y por qué en la “tele” no nos cuentan estas cosas?
Señor Román como siempre magnifico. La frase que más me ha gustado, porque es una gran verdad:
“Somos una generación única y más comprensiva, porque somos la última generación que escuchó y respetó a sus padres, y también la primera que tuvo que escuchar a sus hijos. Somos una edición limitada.”
Saludos Patriotas Españoles.
Era así, era así. Entrañable, delicioso, auténtico…Aquel tiempo pasado SI que fué mejor, diga lo que diga el poeta…
Pero también es cierto que para quitarle la razón , la decadencia ha tenido que ser impresionante. demoledora, brutal.
Y su realidad, tan lamentable, la vemos todos los días.
Ni en la tele lo cuentan, ni en el cole y ni los padres lo cuentan. Sólo los abuelos y siempre que los padres no le suelten una bronca del estilo “abuelo, no le meta cosas raras en la cabeza al pobre niño”. Y así vamos.