Puigdemont ordenó a todos los consejeros ir a trabajar mientras él huía a Bélgica
Carles Puigdemont dejó ‘colgado’ a Oriol Junqueras tras proclamar la independencia de Cataluña el pasado 27 de octubre, según revela el libro El Naufragio de la periodista Lola García y del que hoy La Vanguardia publica un adelanto editorial.
García explica que “en esta noche del 27 de octubre del 2017 están reunidos el presidente, la mayoría de sus consejeros y algunos miembros del Estado Mayor en el Palau de la Generalitat sin saber muy bien qué hacer”.
“Cunde el pánico ante la posibilidad de que sean arrestados todos en cualquier momento. El consejero Joaquim Forn abraza a algunos de sus colegas, casi a modo de despedida”, relata.
“Xavier Vendrell les recomienda que no se les ocurra ir a sus casas porque serán arrestados. Organiza todo un dispositivo, con voluntarios, que van con sus coches a buscar a los miembros del Gobierno catalán para llevarlos al sur de Francia, donde pasarán la noche, unos en un hotel y otros en viviendas de los mismos particulares que cooperaron en la logística del referéndum. Junqueras ha decidido pasar el fin de semana con la familia en una casa rural”.
“Las claves que se ponen sobre la mesa son la decisión de consejeros y altos cargos de regresar el lunes a sus lugares desobedeciendo así el artículo 155, la movilización en la calle ‘en defensa de las instituciones’ y las órdenes que se puedan trasladar por parte del Gobierno central a los Mossos y al resto de los cuerpos de seguridad del Estado”.
“También se vuelve a hablar de la posibilidad del exilio. Pero la única decisión que se toma en firme es que el lunes todos los consejeros deben ser a sus departamentos, como si fuera un día normal. Algunos continúan cerca de Prades, sin saber qué es lo que se está decidiendo en su nombre. Cuando se les traslada el resultado de la reunión, Rull vuelve a Cataluña y el domingo se deja ver en un acto en Sant Cugat. También Turull y Romeva deciden volver. Puigdemont se va a casa”.
“El plan es acudir al lugar de trabajo para combatir así con su presencia la destitución decretada por 155”, explica el libro, que recuerda también que, sin embargo, el lunes “ningún consejero aparece por sus despachos. Excepto Rull”.
“Turull y Romeva han quedado en un bar cercano al Palau de la Generalitat para entrar juntos. Mientras toman un café, reciben la llamada de Josep Rius, jefe de gabinete de Presidencia, que les coomunica que Puigdemont no irá al Palau. El ex presidente está Bélgica. Ambos se quedan perplejos. No se lo esperaban”.
“Cuando Puigdemont decide viajar a Bruselas, algunos con sellers lo siguen. En ningún momento explica a Junqueras que ha tomado la decisión expresa de marcharse a Bélgica. Aunque esta posibilidad se había abordado en varias reuniones, en el instante crítico el presidente no llama a su número dos en el Govern para informarle que hará este paso”.
Entonces habrá que plantearse que no es buen capitán…
El buen capitán abandona en último lugar el barco. Puchimón huyó dejando a su tripulación en el barco.