Manos Limpias y los ERES de Andalucía
Manos Limpias personada como acusación popular en los ERES de Andalucía, acaba de presentar su conclusiones definitivas.
Ante las descalificaciones de algunos medios tachándonos no ya de sindicato ultraderechista, que es lo de menos, sino de calificarnos de escándalo de defensa de Chaves y de Griñan e insinuando indicios de mecanismo de chantaje, queremos hacer las siguientes puntualizaciones:
Fuimos los primeros en ejercer la acusación popular.
Por contra, los partidos políticos han encontrado una vía legal, haciendo eso sí, un uso abusivo y espurio de la acción popular.
Sacar rentabilidad política y al mismo tiempo atacar al rival político de turno.
La carrera de los partidos políticos, por interponer querella contra sus rivales políticos, es tan descarada que merece una reflexión, a la hora de matizar este derecho constitucional amparado en el Art. 125 de nuestra Constitución.
Manos Limpias, tuvo y tiene un objetivo:
Luchar contra la corrupción. No somos partido político, ni aspiramos a gobernar, solo queremos unas instituciones y unos comportamiento de los ciudadanos que se muevan por el respeto a la Ley.
Una y mil veces, hemos manifestado que si el Ministerio Fiscal cumpliera con su deber y no estuviera politizado, la acción popular, pese a estar legitimada, no actuaría.
*Secretario general del sindicato Manos Limpias
Creo que el abogado de MANOS LIMPIAS, malagueño, por cierto, Y MEMOCRISTIANO, se la ha jugado al sindicato.
Hablando claramente, se ha vendido, o le han cogido de los colgajos que todos llevamos entre las piernas.
SU PAPEL HA SIDO PATÉTICO, PUES SE HA VENDIDO.
Ahora entiendo su “empeño” en continuar como ACUSACIÓN POPULAR EN EL PROCEDIMIENTO…
MANOS LIMPIAS HA EJERCIDO SIEMPRE LA ACUSACIÓN POPULAR con la mayor honestidad y transparencia, y a los hechos me remito.
Cuestión distinta son LOS PARTIDOS POLÍTICOS, la mayoría de los cuales -por no decir todos-, hacen un uso abusivo y torticero de la acusación popular, en defensa de sus propios intereses, para atacar a sus adversarios políticos, con la finalidad de conseguir en el juzgado lo que han sido incapaces de obtener e las urnas, etc.