Al general del Ejército Fulgencio Coll Bucher
Mi respetado General: No puedo por menos que dedicarle un artículo al “valor”, cuyas líneas le serán cercanas por ser extractadas de un trabajo de deontología militar que conocerá perfectamente, como es la obra de Jorge Vigón, después de enterarme en las noticias que se presenta a la alcaldía de nuestra querida Palma de Mallorca.
No se comprende qué es lo que puede hacer pensar a algunos que el amor al peligro es una pasión que colma de gozo a los miembros de los Ejércitos cuando, en realidad, nada hay más falso; no ama el peligro quien lo conoce. Lo que se sabe, o se adivina, peligroso como algunas de sus “misiones de paz”, Irak entre ellas, deja de ser amable tanto como lo es para un militar inmiscuirse en política con la idea de defender la Nación con unos ideales completamente alejados de aquellas formaciones, nacionalistas excluyentes, internacionalistas de extrema izquierda e independentistas de todo abanico, que defienden la desmembración de España como reemplazo principal.
Tras el peligro está siempre, en potencia, la muerte física o moral. Lo que se nos pide a nosotros, los militares, y lo que da serenamente el Ejército no es amor a la muerte; es, más sencillamente, no temerla. Sólo teme a la muerte el que no espera nada después de ella, o el que siente miedo de hallar tras la muerte un daño irreparablemente grave.
Para el militar creyente, arriesgar la vida en el cumplimiento del deber no es un trance deseable pero tampoco lo rehúye; porque sabe cuánto vale la vida que Dios nos ha dado, mide bien la importancia de su sacrificio.
El cuidado de conservar el prestigio alcanzado con autoridad, conocimiento de la profesión, conocimiento de las disciplinas propias militares en este caso, sólo logradas con esfuerzo individual, y potestad, poder formal que se le concedió como Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, casaron en la misma persona; lo que no deja de ser una suerte para los que fueron sus subordinados entre los cuales me encuentro.
Pero estoy seguro de que no ha estado descargado totalmente de esa preocupación de seguridad que constituye el miedo, el temor a lo desconocido y que ha vencido tomando una decisión que demuestra valor, “esfuerzo empleado con fortuna en vencer el miedo” como lo define Murat, por seguir sirviendo a una España que necesita de todos, venciendo el afecto natural del instinto de conservación y de aspiración al bienestar, natural del hombre, que bien se había ganado en una vida llena de sacrificios y en la que, personal y profesionalmente había alcanzado y merecido su jubilación.
Desaliento, cobardía y pereza como grados de una misma flaqueza moral, se suman a las voces que expresan afectos de ánimo implicados en los conceptos generales de valor y cobardía como las que Vallecillo recoge en “Comentarios históricos y eruditos” y que Vigón reproduce a píe de página en la obra “Estampa de Capitanes” para hacer notar la casi insensible gradación con que se escalonan los estados de espíritu que van de la cobardía extrema a la excelsa valentía pasando por la casi valentía y la casi cobardía que están a punto de confundirse.
El valor descansa sobre un zócalo de convicciones, dice Vigón, de adhesión a una causa o a una idea lo bastante amable para que por ella se venzan desde las tentaciones con que la pereza induce a descuidar los deberes de más modesto rango, hasta el temor de los de la muerte, o de otros daños, que a veces, pueden ser peores que la muerte misma como pudiera ser en este caso
Desde este punto de vista, que abarca no sólo aquellos deberes cuyo cumplimiento ofrece peligro, sino la totalidad de los deberes, se alcanza el sentido de la definición de valentía, como “virtud instrumental del patriotismo”, que sin duda se une, en el alma del soldado, al sentimiento del deber, al deseo de adquirir esa porción de gloria que le es accesible.
Estoy seguro de que el sentimiento del deber, el talante de espíritu y el valor de tomar una decisión como esta suman lo que se dice “un hombre valiente” capaz de arrostrar el mal moral de poderse ver desprestigiado si vencido por los enemigos de España.
Siempre a las órdenes de VE
*Teniente coronel de Infantería y doctor por la Universidad de Salamanca.
“Gracias Presidente por sacarnos de allí”
Hay cierta clase de militar español que ya nos va bien.
En la Academia dan el tema “Golpes de Estado”. “Un golpe de estado empieza cuando las FSE rebeldes desobedecen al gobierno.”
Y los responsables de lo que ocurra serán los sublevados.
Sublevados, tibios, pacificantes, condescendientes.
Deben obediencia plena al gobierno central.
Cualquier otra cosa es un golpe de estado.
Todos los militares son muy valientes, PERO CUANDO PASAN A LA RESERVA.
En activo, ninguno dice ni pío.
Y hacen bien. Ningún miembro de las FSE puede hacer política. Hacerlo significa atribuirse el poder para hacerla.
Si los MdE hacen política, eso es un Golpe de Estado.
Este general era el señor que junto ala Chacon casi destruye la legión… Decia que Le recordaba a Franco… Ese tío es un buen zapatista suerte con el.
Sea del color que sea, lo va a hacer mucho mejor que los botarates sectarios que actualmente rigen en el Apuntamiento de Palma. No es difícil mejorar lo pésimo, que es lo que actualmente hay en este Ayuntamiento.
¡Uy, uy, uyuyuyuyuyuyuyuyuyuyuyu……….si..estuvo con ZP!. ya me dirás que se puede esperar de este SR-
Lástima solo viven de las gestas del pasado
No se confundan, el General Coll fue el hombre de confianza de Zapatero en el Ejército de Tierra y fue el que organizó la vergonzosa retirada de Irak de nuestras tropas y por ello recibió como premio la creación y el mando de la UME, denominada entre los militares por aquel entonces como la guardia pretoriana de Zapatero. Este es otro general que ha estado al sol que más calienta, y si ha tenido que cambiarse de chaqueta, lo ha hecho las veces necesarias para sus intereses personales. Además, este señor lleva en su ADN la política, ya que padre… Leer más »
Todos los militares SON MUY PATRIOTAS, pero cuándo pasan a retiro, o a segunda actividad.
ES DECIR, NINGUNO SE JUEGA SU CARRERA, SUS ASCENSOS, SUS TRIENIOS, SUS MEDALLAS, SUS RESIDENCIAS MILITARES A PRECIOS DE RISA, ETC.
Un Ejército de mercenarios, eso es lo que son.
DE MERCENARIOS BIEN PAGADOS, PARA LO POCO QUE HACEN…
SUERTE MI GENERAL. La Patria se defienda con las ramas más eficientes. La política de VOX es letal (lo estamos viviendo) para combatir la deriva que está tomando España.Lo tengo muy claro.
Deje a VOX en paz y hable de los que quieren coger el camino que han cogido los eslovenios o es que usted está con ellos.
Palma de Mallorca necesita un alcalde como el general Fulgencio Coll , tengo muchos amigos que le conocen y algunos fueron compañeros de armas ,dicen que es muy buena persona y como militar era muy rigido, justo lo que se necesita para acabar con todo este rojerio que tenemos, Suerte mi general