Venezuela: el país con más reservas de petróleo donde no se puede repostar gasolina
Ya en noviembre de 2018 largas colas en las estaciones de servicio presagiaban un futuro incierto para Venezuela. Tras varios días con cortes de suministro eléctrico, en el país con mayores reservas petrolíferas de mundo no hay forma de repostar gasolina para mover el coche, los vehículos de transporte público o de mercancías. En caracas, tras más de 60 horas sin luz, se registran largas colas en diferentes estaciones de servicio de la capital.
Y pese a esta situación, el precio del combustible sigue siendo el más bajo del planeta. Según Global Petrol Prices, en Venezuela un litro de combustible cuesta actualmente 0,01 dólares, frente a los 0,34 que por ejemplo cuesta en Kuwait, los 1,22 que se pueden pagar el Cuba, 1,25 por litro en España, 1,51 en Alemania, o 3,34 dólares en Zimbabue, en la práctica el país con el combustible más caro.
De los 1,17 millones de barriles que produce Venezuela al día según la agencia Reuters-, unos 560.000 tienen como destino Estados Unidos (datos de noviembre de 2018). En segundo lugar figura China (25%), seguido de India (22%) y otros compradores más pequeños (12%). El mercado indio es crucial para la economía de Venezuela porque históricamente es la segunda mayor fuente de divisas. Se estima que Venezuela exporta 297.000 barriles diarios de crudo a India. Venezuela también exporta petróleo a China, pero en este caso las exportaciones no generan ingresos, ya que se dedican directamente a pagar los miles de millones de dólares de deuda bilateral. Pekín ha prestado más de 50.000 millones de dólares a Venezuela a través de acuerdos de petróleo durante la última década, asegurando suministros de energía para su economía de rápido crecimiento.
Aún así, la situación ha cambiado desde agosto de 2018, cuando Nicolás Maduro anunció lo que en la practica suponía el fin de la gasolina «casi gratis». Hasta ciudadanos de venezuela estaban acostumbrados a llenar sus depósitos a un precio simbólico, de aproximadamente 0,000001 dólares, ya que el combustible estaba subvencionado. A partir de ese momento se puso en funcionamiento el llamado «carné de la patria», sin el cual los ciudadanos que quieran gasolina tienen que pagarlo al predio internacional del mercado. Una medida justificada desde el gobierno por la intención de evitar el tráfico de combustible hacia los países fronterizos, con tarifas mucho más elevadas. También se ha establecido la prohibición de llenar recipientes, por lo que solo se puede repostar llenando el depósito del vehículo.
Este anuncio provocó un desabastecimiento generalizado. A pesar de que Venezuela tiene 18 refinerías en el mundo y seis en su propio territorio, la entrada en vigor de la medida provocó inmediatamente filas de automóviles intentando repostar antes de la subida de precio, y consecuentemente, que las estaciones de servicio se quedasen sin combustible. Carteles de «no hay gasolina» se hicieron habituales en el mes de octubre de 2018.
Pero según Iván Freites, secretario de la Federación unitaria de trabajadores petroleros de Venezuela (Futpv), las causas del desabastecimiento eran otras, y había que buscarlas en la baja producción de combustible. «No hay gasolina, está prácticamente paralizada la producción de gasolina en el país. La refinería de Amuay no tiene carga para producir (…) además, 70% de la gasolina que se produce en el país es no terminada», explicaba Freites a Panam.
Los cortes de suministro eléctrico de las últimas horas han convertido a la gasolina en un bien todavía más preciado, ya que además de ser necesario ara los vehículos, numerosos generadores de emergencia necesitan combustible para poder seguir suministrando electricidad. Incluso las estaciones que no disponen de un grupo electrógeno se ven incapaces de hacer funcionar sus surtidores. Las pocas bombas de gasolina que están en funcionamiento se vieron colapsadas por compradores que llevaron a los funcionarios policiales a custodiarlas. Pero la peor parte la llevaron los hospitales públicos pues al menos la mitad de ellos no contaban con plantas eléctricas para atender siquiera los casos de emergencia o las unidades de cuidados intensivos.
Sin embargo, según la empresa estataL Petróleos dE Venezuela (Pdvsa), está garantizado «el pleno suministro de gasolina y otros productos en toda Venezuela, pese al sabotaje eléctrico perpetrado en las últimas 96 horas».
En uno de sus mensajes transmitidos desde la petrolera en las últimas horas aseguran que «en las plantas de llenado, el inventario de combustible está garantizado, así como el sistema de distribución a través de la Empresa Nacional de Transporte de la institución».
Parque de automóviles
Además de prácticamente no poder mover los automóviles por falta de combustible, Venezuela pasa por un empeoramiento drástico de su parque de automóviles y de la fabricación de vehículos.
Según cifras de 2017 de la Cámara Venezolana de Fabricantes de Autopartes (Favenpa) el 54,1% del parque supera los 11 años de edad, y el 67,8% de ellos duplica la edad promedio de recambio, es decir, que tienen más de 15 años. Las ventas en el año 2018 respecto a 2017, según esta misma Cámara de Fabricantes, ha caído en un 45%, y respecto a hace 10 años el mercado de vehículos nuevos en Venezuela se ha reducido en un 76%. Según datos aportados por la cadena BBC, las plantas de la zona industrial de Valencia, que concentra el 75% del ensamblaje de vehículos en Venezuela, están vacías. De los 11.000 trabajadores directos, apenas 2.000 están activos, según los sindicatos.
Si en el año 2007 Venezuela ocupaba el tercer puesto de sudamérica en producción de vehículos, detrás de Brasil y Argentina, con casi 500.000 unidades fabricadas, el año 2017 se cerraba con tan solo 2.479. Por el contrario, Arabia Saudita, el segundo país en el mundo en reservas petrolíferas, está en el 13º puesto en cuanto a precio, y el litro de gasolina cuesta 54 veces más que en Venezuela