El Estado: naciones sin nacionalismo
El que fue presidente de la Generalidad, Pasqual Maragall, abrió el debate autonómico de 2004 con las siguientes palabras: Cataluña es una nación; quisiera que de tan natural, esta expresión dejara de enojar a unos y de sobreexcitar a otros”. Esa actitud no es patrimonio exclusivo de nuestra cuestión territorial; según Gellner “el nacionalismo suele considerarse a sí mismo como un principio manifiesto y evidente que es accesible a todos los hombres y que sólo violan algunas cegueras contumaces, pero de hecho debe su capacidad de convicción tan sólo a un conjunto de circunstancias muy concretas que se dan hoy, pero que han sido ajenas a la mayoría de la humanidad y la historia”.
Lejos de toda evidencia palmaria de la reivindicación nacionalista, lo cierto es que, continúa, “el nacionalismo, el principio que predica que la base de la vida política ha de estar en la existencia de unidades culturales homogéneas y que debe existir obligatoriamente unidad cultural entre gobernantes y gobernados, no es algo natural, no está en el corazón de los hombres y tampoco está inscrito en las condiciones previas de la vida social en general; tales aseveraciones, concluye Gellner, son una falsedad que la doctrina nacionalista ha conseguido pasar por evidencia”. (Ernest Gellner, “Naciones y nacionalismo”, Alianza Editorial, Madrid, 1988). Por eso resulta tan complicado definir a las naciones: porque, aunque “la característica principal de esta forma de clasificar a los grupos de seres humanos es que (…) los que pertenecen a ella dicen que en cierto modo es básica y fundamental para la existencia social de sus miembros, o incluso para su identificación individual”, la verdad es que “no es posible descubrir ningún criterio satisfactorio que permita decidir cuál de las diversas colectividades humanas debería etiquetarse de esta manera”. (Eric J. Hobsbawm, “Naciones y nacionalismo desde 1780”, Editorial Crítica, Barcelona, 1992).
De esta manera, dice Blanco Valdés, “¿qué es una nación?; ¿sobre qué bases puede sostenerse, como lo vienen haciendo los partidos nacionalistas en España, que lo son Cataluña, Galicia o el País Vasco, o que lo es Euskalherria?; ¿supone la existencia de fuerzas que se autoubican en el espacio político e ideológico nacionalista la consecuencia ineluctable de la naturaleza nacional de ciertos territorios; o es, por el contrario, tal naturaleza una mera construcción de los que agitan la bandera del nacionalismo?; ¿ cómo es posible negar que Galicia sea una nación y sostener al tiempo que los son Vascongadas y Cataluña? El único punto de partida razonable (…), es aceptar (…) que las naciones son una creación de los nacionalismos” o, como escribe Gellner, que “es el nacionalismo el que engendra las naciones y no a la inversa”. Pep Subirós ha recogido esa idea con una claridad que merece la pena recordar: ” Los Estados existen. Las naciones no existen: son existidas. La nación como unidad de orden superior a la suma de individuos de una sociedad, es un producto del nacionalismo. Sin nacionalismo no hay nación”.
*Teniente coronel de Infantería y doctor por la Universidad de Salamanca
Durante siglos Europa era un desfile de pueblos.
Surgió el Imperio Romano. Y cayó.
Durante siglos medievales Europa fue de lo más nacionalista.
En 1400 la peste negra casi la destruye.
Surgieron las grandes naciones. Se creó la UE.
Y ahora de nuevo para atrás.
españa la antigua hispania la de 800 años de lucha por la reconquista , la cristiana ,la que vencio a los turcos ,la que expulso a musulmanes y judios , la que conquisto america ,la del cid , la que vencio al comunismo , la de la legion azul ,la madre patria ,una grande y libre ,yo no reconosco mas que a esa.
España es una nación y no hay nacionalistas españoles, más allá de unos pocos que se reclaman tales. Y posiblemente la raíz del problema de España se encuentra en esa ausencia inexcusable.
Así es, pero llevamos CUARENTA AÑOS en los que decir que eres y te sientes español, que amas a tu Bandera y a tu Patria se considera casi delictivo, propio e FACHAS, ANTIDEMÓCRATAS Y OTRAS LINDEZAS SEMEJANTES.
Sólo quiero aportar un dato biológico al artículo y al comentario jurídico del comentarista Ramiro: En la evolución de las especies, las Fuerzas de Selección Natural dan siempre preferencia a los proyectos más grandes. Siempre comienza por lo más pequeño, el individuo. Le sigue la familia matrialcal en las razas más primitivas y la familia patrialcal en las razas más constructivas. Luego los pequeños grupos unidos por comportamientos idénticos o prácticamente idénticos para crecer hacia grupos cada vez más grandes con mayor cantidad de mutaciones genéticas acumuladas, dando a la nueva especie o raza implicada una variedad genética mayor, aunque… Leer más »
El experimento político de mezclar musulmanes con europeos no da resultado, por religión ellos son gregarios y se creen superiores aunque sean más cortitos, pero para hacer el intento siempre la sido el judaísmo el que ha propiciado la mezcla. Estos son los verdaderos artífices, en la IIWW pusieron de conejillos de indias a los judíos de centro europa porque los consideraban descendientes de los jázaros luego convertidos a judíos, pero no de origen, su forma de hacer la guerra a los europeos siempre ha sido la mezcla de raza, para ellos la pureza, pero para el resto un batiburrillo… Leer más »
Mi profesor de derecho internacional público decía que no hay nación que no aspire a ser estado, y creo tenía razón.
Por eso el título VIII de la Constitución, que habla de que España se compone de “nacionalidades y regiones”, es tan peligroso, y ya lo advirtió la preclara mente de don Manuel Fraga Iribiarne, al que, por supuesto, no hicieron ni caso.
¡Y de esos polvos, vienen esos lodos!
EXCELENTE ARTÍCULO DE DON ENRIQUE,COMO TODOS LOS SUYOS.