RED.ES
Nos ha dejado, aunque no abandonado porque deja abundante literatura y vídeos en Internet, un maestro cercano, ameno y popular, Eduard Punset.
Su figura es indistinguible de su espacio televisivo “Redes”, un programa de divulgación científica que la 2 de Televisión Española programó durante 10 años en la madrugada del domingo al lunes, un horario de máxima audiencia como podrán imaginarse. Redes cumplió fielmente el paradigma de este tipo de programas que inmortalizaron Les Luthiers en su sketch La Tanda: “Vea ‘Cultura para todos’, en su horario habitual de las 3 de la mañana”. Afortunadamente, TVE rectificó y programó Redes en horario central los siguientes 8 años. Con un total de casi 600 programas pudimos ver desde casa lo más avanzado de la ciencia nacional e internacional.
Yo disfrutaba de aquel programa diferente que adelantaba el futuro con una naturalidad envidiable. Invitaba o visitaba a lo más granado de la ciencia nacional e internacional. Por poner unos ejemplos entrevistó a Louann Brizendine que explicó las diferencias entre cerebros masculinos y femeninos, a John Bargh cuya teoría del nuevo inconsciente dejaba en la cuneta al mismísimo Sigmund Freud, o a Dan Ariely quien, con sus trampas del deseo, afirmaba que las decisiones no eran tomadas por el cerebro racional sino por nuestras emociones.
También comprendió, muy pronto, que Internet era una herramienta fabulosa de divulgación y allí podían verse todos sus programas y entrevistas, muchos de ellos con muchas visitas. De hecho, el nombre del programa era todo un símbolo de intercambio, comunicación y enseñanza de conocimientos a través de la red de redes.
Cualquier ejemplo de su pensamiento resulta conmovedor y sumamente interesante. Rescato la definición científica del amor de su libro “El viaje al amor”. En el principio, los organismos vivos se reproducían por copias de sí mismos; rápidas, sencillas y fáciles fueron, durante mucho tiempo, el único modo de reproducción. Esto los hacía inmortales y a la vez vulnerables. Al ser todos los individuos iguales eran susceptibles de ser exterminados por un solo agente que los atacase eficientemente. Pero un día, los organismos de una misma especie se dividieron en dos clases y así surgió el dimorfismo sexual. A partir de ahora la reproducción dependería de la unión de dos células, una de cada individuo, macho y hembra, para concebir la siguiente generación. Fue el fin de la inmortalidad de los individuos pero la apertura a una gran variedad entre ellos que los dotaba con diferente información genética imposible de ser exterminados todos, los de una misma especie, por un mismo agente patógeno o cambio ambiental.
Así, mediante el prodigio de la evolución hacia la reproducción sexual, Eduard Punset nos mostraba que el amor, la unión entre dos células que se atraen para concebir un nuevo ser, también puede explicarse a través de la ciencia.
Dejando de lado el cerebro que tanto le fascinaba, y sobre el cual hizo varios programas, una de sus preocupaciones era determinar en nuestra conducta cuánto había de hereditario y cuanto de adquirido. En relación a esto dejo esta frase extraída de uno de sus programas: “El debate sobre lo innato y lo adquirido está muerto: ambos son en realidad lo mismo.” Absolutamente genial.
Punset nos deja pero no se va del todo. En las mismas redes, que él presentaba como el futuro del conocimiento humano, nos deja su legado divulgativo acerca de la ciencia, que es capaz de dudar de sus propias afirmaciones si puede demostrar que sus postulados son erróneos. Es lo opuesto a la ideología, cuyos defensores (que habitualmente son la voz de los movimientos populistas) seguirán contumaces en sus afirmaciones, aunque la tozuda realidad les demuestre que están equivocados.
En definitiva, Un genio curioso, motivado y optimista que buscaba respuestas a sus preguntas que son las mismas que las nuestras. Nuestro mayor agradecimiento y mejor homenaje a Eduard Punset es verlo y leerlo, una y otra vez.
Un paniaguado y cobarde más. Trincando de aquí y de allá según le venía bien. No dudó en abrazar y defender toda esa farsa y engaño separata.
Por otro lado, aportaba poco y se las daba de algo.
No estoy de acuerdo. Aportó mucho. Sus libros de divulgación científica se basan en nuevos conocimientos surgidos durante el desarrollo de su programa REDES y las entrevistas a personas importantes de todos los campos; autores, a su vez, de libros interesantes, como los que cito en el artículo y que he podido leer gracias a que Punset los entrevistó en su programa. Al respecto de su posición separatista debería ser ud sincero y citar a los que afirmaron que en la última etapa de su vida, y con una enfermedad de Alzheimer rápidamente progresiva, apoyó una causa a la que… Leer más »