Pablo Iglesias: de imponer a mendigar
José Manuel Otero Lastres.- Seguramente muchos de ustedes todavía recordarán la comparecencia pública de Pablo Iglesias el 22 de enero de 2016, acompañado de varios dirigentes de Podemos, en la que “exigió” a Pedro Sánchez que lo nombrara Vicepresidente del Gobierno y que formara con Podemos un gobierno de cambio y paritario. Si mi memoria no me falla, creo que reclamó incluso determinados ministerios para los miembros de su formación (de tan poco importancia) como Economía, Educación, Sanidad, Defensa, Interior y Exteriores.
Hoy, tras un severo e imparable declive electoral, que se venía venir (por su incoherencia vital y porque alimentarse del dolor ajeno no es pitanza que dure para siempre), Pablo Iglesias se ha convertido en un “pobre político vergonzante” que está mendigando a las puertas de La Moncloa algún ministerio o incluso un puesto inferior que llevarse a la boca.
Pablo Iglesias es plenamente consciente de que no es lo mismo tener 69 escaños cuando el PSOE tenía 90 y el PP 123, como sucedía tras las elecciones de 2015, que tener, como sucede ahora en 2019, solamente 42 escaños cuando el PSOE es la fuerza mayoritaria con 123, el PP tiene 66 y Ciudadanos 57.
Es verdad que cada partido político puede hacer lo que le venga en gana y que su posición depende de su fuerza electoral. Pero también lo es que los ciudadanos del montón que somos meros espectadores de los vaivenes de la política no podemos menos que sorprendernos cuando en apenas tres años vemos que un mismo sujeto pasa de la arrogancia a la mendicidad.
Y es que la segunda acepción de “mendigar” en el Diccionario de la RAE es “solicitar el favor de alguien con importunidad y hasta con humillación”. Pues bien, esto es lo que, a mi modo de ver, está haciendo Pablo Iglesias: está solicitando con importunidad (añadiría que con excesiva reiteración) y con humillación “un ministerio” de Pedro Sánchez.
Pero sin tener en cuenta que no pide “limosna política” a un alma caritativa que va a procurar hacer una liberalidad sin que se entere su mano derecho de lo que hace su mano izquierda. Pedro Sánchez y el PSOE son los principales adversarios de Podemos. En las últimas elecciones ya le comieron mucho espacio político y como Pablo Iglesias siga mendigando “su añorado ministerio” tengo para mi que su declive político cogerá tal aceleración que va a ser muy difícil detenerlo. Y es que como dijo Séneca “no es pobre el que tiene poco, sino el que desea mucho”.