Ciudadanos, el partido de la masonería gala, invalida muchas de las razones para nuestra defensa de la españolidad de Melilla
AR.- Lo que le faltaba a Melilla es a la masonería francesa metiendo sus sucias manos en la política local y decidiendo quién gobierna y con qué apoyo. Ciudadanos, el partido más traidor y ladino de toda la democracia, ha decidido entregar la ciudad al partido Coalición por Melilla, formado por una abrumadora mayoría de musulmanes de origen marroquí. A decir verdad, Ciudadanos no ha decidido nada. Ciudadanos sirve lacayunamente a los intereses del globalismo y de la masonería francesa, siempre enemiga de España. Ciudadanos ha actuado en Melilla según lo ordenado por Macron. Como los islamistas que propiciaron la llegada al poder de Zapatero actuaron según lo convenido en el país vecino. A la masonería gala le interesa el control político de una ciudad que es fundamental para la entrada en Europa de miles de ilegales cada año.
La españolidad de Melilla era hasta ahora un asunto que no podía ser cuestionado ni siquiera discutido. Razones históricas de peso avalan las tesis españolas con respecto a las pretensiones anexionistas de Marruecos. Ello no obsta para que Melilla se esté convirtiendo en una metástasis para el resto de España.
Un factor de riesgo para España son las concesiones masivas de DNI que se llevan a cabo desde finales de la década de los 80. El exnúmero dos de la Comunidad Islámica de España, Félix Herrero, denunció en AD la existencia de alcaldes, parlamentarios y hasta generales marroquíes que están en posición de la nacionalidad española. La situación resulta tan grotesca como aquel marroquí de Casablanca que pretendía demostrar su arraigo en la ciudad de Melilla presentando…¡un resguardo de la quiniela fechado cuatro años antes!.
Ciudadanos acaba de entregar el control político de la ciudad a un partido que en las últimas elecciones exhortaba al voto recurriendo al Corán. Ciudadanos le acaba de dar el estoque de muerte a una ciudad que ha transformado su identidad cultural y su piel demográfica en 30 años.
Desde 1988, alrededor de 40.000 ciudadanos de origen español han abandonado Melilla y hallado acomodo en la provincia de Málaga. Aunque éste haya sido un éxodo sin precedentes en la historia de la Unión Europea, apenas ha merecido análisis, ni estudios sociológicos, ni floripondios como los que suelen utilizar los defensores de la multiculturalidad. ¿Qué ha sucedido para que 40.000 españoles (el equivalente a la población de Ávila), abandonen su ciudad de origen y que los escasos miles que aún permanecen en ella digan estar dispuestos a dar el mismo paso?
Por otra parte, un entramado de corrupción ha hecho presa en aquella ciudad, a tal fin que islamistas, narcotraficantes y blanqueadores de dinero han consolidado un pestilente consorcio de intereses que arruina las expectativas de Melilla como ciudad cultural, social y legalmente española. Los lectores deben saber que buena parte de la droga que llega a España desde Marruecos lo hace a través de organizaciones mafiosa que en muchos casos operan desde Melilla y Ceuta. O que parte del dinero obtenido por envenenar a los jóvenes españoles termina en Melilla y Ceuta su proceso de blanqueo. O que muchas de las viviendas que se adquieren legalmente en Melilla son en realidad propiedad de destacados miembros de la clase dirigente marroquí. Muchos melillenses, entre tanto, prefieren poner la mano y callar.
La paulatina e imparable desoccidentalización de Melilla constituye la mejor declaración de principios en contra de esa gran estafa moral e intelectual que representan los defensores de la multiculturalidad en cualquiera de sus tenebrosas formas.
Muchos dibujan un cuadro típico de Blancanieves al reivindicar la convivencia casi idílica que registra la ciudad entre todas sus confesiones y la fraternidad interconfesional imperante. Si todo es tan sencillo, ¿por qué entonces más de un tercio de la población española de origen ha abandonado la ciudad desde 1991? ¿Por qué ha desaparecido el comercio tradicional? ¿Por qué no se registran matrimonios entre melillenses de las dos religiones mayoritarias si la convivencia funciona tan bien? ¿Por qué en los lugares de ocio más selectivos no existe esa mescolanza étnica de la que algunos presumen? ¿Cuántos musulmanes son socios del Club Náutico o del Club de Golf? ¿Cuántos españoles acuden con sus familias a disfrutar del pintoresquismo árabe del barrio de la Cañada? ¿Cuántas parejas de una y otra religión salen juntas a divertirse? Como siempre, la falacia y la hipocresía tratando de camuflar la realidad. Sin el incentivo económico del plus de residencia que perciben en Melilla los funcionarios, la mayoría de éstos ya estaría viviendo lejos de allí.
Si algo nos hacía defender el estatus de Melilla era la hegemonía política de un partido que en Melilla siempre se ha identificado con la tradición y la identidad españolas. Hablamos del PP, que acaba de perder la Ciudad Autónoma gracias a la traición del único diputado de Ciudadanos, Eduardo de Castro, convertido en presidente-lacayo porque así lo han decidido los amos del momento. Sostiene el canalla que lo ha hecho por principios y que los suyos están muy por encima de siglas. ¿Cuántos de sus votantes lo serían hoy si hubieran sabido a lo que estaba dispuesto Eduardo de Castro con tal de ser presidente de la Ciudad Autónoma? ¿Cuántos votantes de Ciudadanos supieron que con su voto lo que hacían era darle el control de la ciudad al líder de Coalición por Melilla? ¿Por qué esta auténtica escoria humana no dio a conocer sus pretensiones antes de las elecciones, en base a sus autojaleados principios?
Ciudadanos ha sido utilizado para darle a Melilla el golpe de gracia. La situación en la que queda Melilla invalida muchas de las razones defendidas hasta ahora para defender su españolidad.
A los lacayos masones Aias lágrimas de cocodrilo, Fraga el modelno o el esbirro pseudomilitar Mellado les faltó tiempo para vender a los Sáharauis españoles; para no perder la costumbre. Hoy los amos siguen en lo mismo; solo cambian los adoquines; las piedras tallada elegidas para salvarnos de nosotros mismos. Nos guste o no. Los mayores adoquines d la historia Aristóteles, Platón y Socrates.
Se trata de descristianizar absolutamente. Ese es el tema, para imponer sin resistencia el yugo d la eficiente esclavitud; del sacrificio pre-Christian del más débil. O sea, la financiada tesis del masón Darwin y cia.
Nos han acostumbrado a tragar con la invasión migratoria de Ceuta y Melilla cuando esta situación es COMPLETAMENTE ANÓMALA y debe ser corregida, porque nos están metiendo a millones de indeseables de culturas incompatibles con la nuestra que están causando miles de violaciones y asesinatos entre nuestros compatriotas y en toda Europa, crímenes silenciados en los mass media para que, como buenos borregos, no nos enteremos ni nos sublevemos. ¡Un gobernante tiene la obligación de proteger a sus súbditos, no dejarnos a merced de los lobos y esquilmarnos para pagarles la acogida!
Pero para eso el gobernante, como la palabra indica, ha de gobernar´
Otra cosa ha de llamarse desgobierno.
¿Hay alguno que sea buen gobernante?
Impecable análisis, muchas gracias D. Armando. Como apunta en el artículo, con esta miserable traición de Ciudadanos, títere del globalista Soros, se trata de mantener las puertas abiertas a la invasión migratoria africana-musulmana hacia Europa y seguir degradando la paz y el bienestar de los Melillenses, hartos de la inmigración ilegal, en aras a convertir progresivamente a esta ciudad, junto con Ceuta, en nidos islamistas antiespañoles y favorables a Marruecos, es decir, en un ‘problema’ para España del que finalmente deshacerse renunciando a su soberanía y transfiriéndola a nuestro vecino del sur. Intentan desguazar España de arriba a abajo, JAMÁS… Leer más »