Sommar
Sommar es una pequeña isla noruega situada en el círculo polar ártico.
Hartos sus trescientos habitantes de estar tres meses sin ver el sol y otros tantos sin la oscuridad de la noche, han decidido suprimir el factor tiempo de sus vidas.
Se acabaron las prisas, se acabó el estrés. Se acabó el “salir corriendo”. ¡Qué maravilla!
Lo primero que me viene a la cabeza es cómo se harán las citas. Supongo que se podrá quedar ” para ahora mismo” o “luego, más tarde”.
Las personas se dividirán entre jóvenes y menos jóvenes. ¡Genial!
También será complicado hacer la cuenta al dejar la habitación del Hotel. Habrá que calcular la estancia a ojo de mal cubero a algo así.
Lo peor lo sufrirán los que estén esperando para coger una habitación. Cuestión de paciencia, mucha paciencia.
Lo de la apertura y cierre de las tiendas se regirá por aquello de “cuando tenga ganas el dueño” y “cuando se aburra o canse”, respectivamente.
Y se acabó lo de ser reprendido por la mujer con aquello de “qué horas son éstas”. (¡Felicidad en estado puro!)
Las salidas de aviones, trenes y autobuses se producirán “cuando se complete el aforo”. Directamente.
Y las llegadas, pues eso: “cuando lleguen”.
Los partidos de fútbol se acabarán cuando el árbitro tenga sueño, hambre o ganas de ir al baño.
Será cuestión de suerte que el marcador esté a tu favor en cualquiera de esos supuestos…
Finalmente, está el tema del Alcalde. Elegido sin límite de tiempo (mandato).
Si es el que has votado, fantástico!. Lo malo es si te toca del otro bando…
Inicialmente estaba pensando irme a esa isla a vivir tan relajadamente.Pero esta última posibilidad me ha quitado las ganas.
Mejor me quedo, por si acaso…