Después del verano, tras un par de semanas fuera de casa con la familia en la playa o en un festival con los amigos, volvemos a casa con las pilas recargadas para enfrentarnos de nuevo a la rutina. Nuestras plantas, sin embargo, están en horas bajas después de los rigores y falta de cuidados durante el verano.

Cuidar tus plantas más allá de regarlas

Regar las plantas un par de veces por semana, ponerles aspirina o dejarlas en un sitio donde les de la luz del sol (o no, según el tipo de planta) son los métodos tradicionales, los que nos recomendaría nuestra abuela, para cuidar nuestras plantas. Muchas veces son efectivos, pero generalmente son insuficientes.

Hojas amarillas y mustias, raquitismo, no producción de flora o semillas… son las consecuencias típicas de las carencias en las plantas, cuando a estas le faltan los nutrientes necesarios. Para una buena nutrición de tus plantas, necesitas usar abonos y fertilizantes, especialmente en verano, cuando el calor aprieta y es más agresivo con nuestras plantas.

Primero debemos comprender la diferencia entre abono y fertilizante. Esto es fundamental, debido a que, aunque puedan parecer iguales, ambos productos tienen funciones diferentes y formas distintas de aplicarse sobre la planta.

Enriquece tus plantas con abonos

El abono suele ser siempre de origen orgánico y enriquece el suelo. Un buen abono irá liberando lentamente microorganismos que darán nutrientes a nuestras plantas para evitar las temidas carencias veraniegas durante nuestra ausencia estival.

Un abono de calidad estabilizará el pH de nuestra tierra, evitará que el suelo se erosione por el riego y que vaya perdiendo lentamente minerales. Una tierra bien abonada es esponjosa y permitirá que las raíces estén aireadas en los suelos arcillosos. Por el contrario, una tierra arenosa bien abonada retendrá más agua.

Los tres tipos de abonos orgánicos más populares son el compost, el guano y el humus de lombriz. El compost son simplemente restos orgánicos tratados para ser usados como abono, mientras que el guano son excrementos que se han fosilizado y que aportan nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio.

El humus de lombriz es una elección muy interesante para nuestro suelo. Este abono, además de asentar la estructura del suelo y dotarlo de microrrizas (una simbiosis entre las plantas y los hongos) nos protege contra ciertas enfermedades de las plantas.

No obstante, no basta solo con usar abono. Cualquier abono, como el que podemos encontrar en bazares o mercadillos, puede no ser del todo confiable. Un proveedor de confianza, como los abonos de la marca top crop nos dan la calidad y seguridad necesaria que el suelo de nuestras plantas merece.

Un suelo fértil equivale a plantas sanas

Los fertilizantes son los otros grandes aliados en la lucha contra las carencias estivales de nuestras plantas. De origen químico, los fertilizantes deben de ser usados con cuidado para evitar alterar el pH de nuestro suelo o que incluso afecte al subsuelo, en el caso de que estemos plantando en el jardín.

Prácticamente existe un tipo diferente de fertilizante para cada problema que nos encontremos en nuestras plantas. También debemos tener en cuenta que existen fertilizantes específicos para cada tipo de planta. Así, no debemos usar el mismo fertilizante si vamos a ocuparnos de un frutal o de una planta de flor.

Ante las carencias veraniegas, probablemente queramos usar fertilizantes de acción rápida, como los fertilizantes nitrogenados, potásicos o binarios. Como en los abonos una buena marca es fundamental, así que para una buena nutrición de tus plantas puedes utilizar fertilizantes como los de Atami.

No obstante, nuestras plantas a veces necesitan paciencia y una buena tierra se consigue con productos como los fertilizantes de liberación lenta. Normalmente se venden en granulado o pastillas, y surten efecto durante tres meses, tiempo por el cual irán nutriendo nuestra tierra.

En el caso de que seamos agricultores de maceta también debemos elegir cuidadosamente nuestro producto. En el caso de macetas, es siempre más recomendable usar fertilizante líquido mezclado con el agua con el que regamos.

Recuerda usar un buen sustrato

Durante el verano la tierra se reseca y puede llegar a perder las propiedades que creíamos que el sustrato sobre el que estábamos plantando tenía. Para ello es fundamental usar una buena tierra, tanto si plantamos en maceta como en jardín, a fin de que las temidas carencias no aparezcan durante el verano.

Los sustratos pueden estar hechos de turba, que son los más comunes que podemos encontrar en bazares y tiendas de barrio, sacado de una cantera situada generalmente en regiones frías, o de fibra de coco, hecho a base de los restos vegetales de dicha fruta.

No hay un buen sustrato, si no un tipo de sustrato para cada tipo de planta. El aporte de nutrientes que necesita una hortaliza como una berenjena es totalmente diferente al que necesita una flor o un naranjo. Según el tipo de planta elegiremos sustrato en base a la porosidad, retención de agua y aireación de este.

Si no estamos muy seguros sobre qué plantar, lo mejor es un sustrato equilibrado y completo, y aportar abono o fertilizante según necesidad. Para estas situaciones, por ejemplo, la empresa de fertilizantes y abonos amax ferts nos ofrece una gama ideal, tanto de sustratos como de abonos y fertilizantes.

Regula bien el pH de la tierra

El pH es la acidez de la tierra en la que estamos cultivando. Como ya hemos dicho, el pH debe estar equilibrado y adecuado al tipo de planta que esté echando raíces sobre esta, dado que este regula la capacidad de absorción de numerosos elementos nutritivos de las plantas.

Un pH bajo supone que numerosos elementos que necesitan nuestras plantas se disuelvan fácilmente, generando excesos de sustancias como magnesio, aluminio y hierro. Un pH bajo reduce la vida que vive en nuestro suelo y lo hace más pobre.

En lo que respecta a un suelo demasiado ácido, esto es, con un pH alto, genera las temidas carencias en verano al evitar que los compuestos que debe tener el suelo como el calcio, el hierro o los fosfatos sean eliminados.

El verano supone una época donde el sol abrasador, la falta de lluvias y el intenso calor afecta tanto a nuestras plantas como al suelo donde se enraízan. Sin embargo, con el uso de buenos abonos y fertilizantes de calidad mantendrán su vitalidad y fortaleza mientras sus dueños se relajan en la piscina.