Una investigación editada por el Ministerio de Defensa pide controlar la enseñanza del islam para luchar contra el terrorismo yihadista
Islam versus Yihad. Este es el título de uno de los más recientes trabajos de investigación elaborado por el Instituto de Estudios Estratégicos (IEEE), y publicado por el Ministerio de Defensa, que está provocando cierta convulsión entre los expertos por las propuestas poco habituales que recoge para luchar contra la radicalización islamista.
La investigación desarrollada por el IEEE constata que “el crecimiento de la población musulmana en Europa es una realidad incontestable”, en una tendencia que “continuará en los próximos años”. Ante esta situación, dice el informe, “la sociedad europea y las administraciones públicas han de hacer frente a esta realidad con naturalidad, diligencia y proactividad”.
Para los autores del trabajo financiado por el Ministerio de Defensa, “los elementos más vulnerables e inadaptados dentro de las comunidades musulmanas (jóvenes poco formados, sin trabajo y sin expectativas de futuro) pueden ser objetivo del proselitismo yihadista y objeto de radicalización. En los casos más extremos, estos jóvenes, debidamente fanatizados, podrían llegar a cometer actos terroristas”.
Por este motivo, es importante trabajar la propaganda y la contra-propaganda, a juicio de los autores. “Los textos sagrados del islam, como los de cualquier otra religión, pueden ser objeto de múltiples y muy diferentes lecturas. Los movimientos más extremistas defienden una interpretación radical que llevaría a la imposición de una ‘sharia’ estricta, literal y anacrónica. Sin embargo, también existen interpretaciones más evolucionadas, mucho más moderadas y acordes con los tiempos en que vivimos. La propaganda yihadista ha de ser combatida con una contra-propaganda que surja del propio islam. La narrativa para combatir el terrorismo ha de dar a conocer y poner en valor aquellos aspectos del Corán y de la tradición islámica que defienden la paz, la piedad, la hermandad… negando los mitos que justifican el uso de la violencia”.
En este sentido, explica el dosier del IEEE en uno de los apartados que está generando más debate, controlar la enseñanza del islam en las escuelas españoles resulta un elemento fundamental. “El proceso educativo es de vital importancia para el desarrollo de una sociedad. La educación de la juventud no puede dejarse en manos extrañas y ha de estar sometida a los pertinentes controles de calidad: metodología, contenidos y, sobre todo, formación del profesorado (aspecto éste de infinita importancia). Sin embargo, en la actualidad el islam se difunde y aprende en mezquitas (legales o no) donde, en muchos casos, individuos de escasa o nula formación, incierta procedencia y dudosas intenciones se autoproclaman imanes que se arrogan lainfalible interpretación de la palabra de Alá”.
Por este motivo, y teniendo en cuenta que en España la enseñanza del catolicismo se encuentra consolidada sobre la base de unos parámetros que le otorgan una cierta solidez y rigor, este proceso “podría ser una buena referencia para gestionar la enseñanza del islam”. El objetivo es conseguir, tal y como ocurre con el catolicismo, “una enseñanza reglada (existe un marco legal de referencia), institucionalizada (se imparte sobre la base de determinados acuerdos o conciertos), controlada (sometida a la auditoria de la propia Iglesia y a los controles de las administraciones competentes) y actualizada (acorde con las normas, usos y costumbres del momento presente)”.
(La Tribuna del País Vasco)