Sánchez y Casado.

Luis Romero.- Ante la situación de inestabilidad política en la que España se ve inmersa, es conveniente tratar de aportar algo de luz y esperanza desde un punto de vista crítico y pragmático, teniendo en cuenta que esta situación ya la han vivido otros países desarrollados de nuestro entorno, incluso haciendo de ella una forma de vivir la política, sin apenas convulsiones internas.

Son muchas las voces que han reclamado a nuestro monarca la posibilidad de aportar nombres ilustres para hacerse con el timón de la nave, supuestamente a la deriva pero… nada. No parece que el Rey esté por la labor, sobre todo ahora que está lentamente remontando los índices de popularidad por los suelos que su padre le dejó, gracias a sus devaneos propios de su carácter y a su manera de entender su ilustrísima posición ante los problemas de España.

La cuestión es que otra vez vamos a elecciones, con la percepción por mi parre de que la mayoría no parece sentir ni padecer lo mucho que hay en juego. Para hablar de las elecciones en ciernes hemos conversado con Francisco Gómez Valencia, politólogo y colaborador de AD.

Ex militante de  Vox, fue propuesto por el partido verde como miembro del Comité Político Nacional, en diciembre de 2018, y como delegado de distrito, en junio de este año, decidiendo renunciar a sendos ofrecimientos «por principios», permaneciendo como afiliado de base por decisión propia hasta su salida del partido en junio de este año.

¿Quién es responsable de que vayamos de nuevo a elecciones?

Desde mi punto de vista esta bien claro: todos y cada uno de los residentes en España con derecho a voto. No carguen las tintas sobre aquellos que nos representan y digo bien, nos representan. ¿Es que acaso no somos capaces de saber cómo se va a comportar un líder político, simplemente estudiando sus rutinas diarias en su partido a través de sus declaraciones o cuando se mide en duelos dialecticos con sus adversarios? El que es populista lo seguirá siendo. El que mienta como un bellaco, no cambiará ni un ápice. El que aparentemente no se entera de la misa a la media, será el más peligroso al tener un perfil bajo y por lo tanto querrá ser bisagra como máxima aspiración. El trepa pisará si es preciso dentro de su propia organización a sus rivales directos, y así sucesivamente, porque no dejan de ser un reflejo de la sociedad a la que representan políticamente.

Desde una posición estrictamente en clave política, es obvio que en primer lugar, el responsable político es la Unión Europea, afortunadamente, al no haber dejado seguramente a Pedro Sánchez compartir el pastel con Pablo Iglesias, para no hacer descarrilar de nuevo las instancias más privadas e íntimas, ante gobiernos populistas como el sufrido en Grecia. En segundo lugar y en clave nacional yo diría que por igual, Santiago Abascal y sus “amiguetes” por un lado, representando a las “señoras y señores” cabreados con todos y por todo, y Albert Rivera y su partido “indeterminado”, descolocando a diestro y siniestro.

Del novato Casado recién llegado a la primera división en su partido y a la política como líder de una gran parte de españoles, casi mejor dejarle a parte, ya que no se ha enterado de por dónde le han llovido las caricias propias de sus adversarios externos e internos, pese a que muchos, por redes sociales y a través de los medios informativos, no han dejado de avisarle. Esperemos que aproveche la segunda oportunidad que la política profesional le va a conceder el próximo 10-N.

En cuanto a Sánchez, teatro, teatro y más teatro durante 124 días para su álbum de fotos y recuerdos junto a su señora, que no primera dama de todos.

¿Qué cabe esperar de estas nuevas elecciones?

Esperemos que la vuelta del bipartidismo en funciones, preso de los localismos pero como fórmula que devuelva cierta normalidad al hemiciclo y a la vida política española. Esperemos que haya una pérdida importante de votos de los partidos bisagra molestos (Ciudadanos, VOX y Podemos) en beneficio de PSOE y PP y también esperemos que algún regionalista poco de fiar, canarios y cántabros, se queden fuera por lo poco que aportan.

En cuanto a los separatistas, PNV y Bildu, entiendo que se mantendrán en sus actuales números…

Si los españoles no hemos aprendido la lección, olvídense de lo conocido hasta ahora y empiecen a buscar ejemplos de gobernabilidad imposible, como por ejemplo en Italia, salvando las distancias y sin tecnócratas que apechuguen al no ser rentable en absoluto para sus intereses personales y profesionales.

¿Cree que habrá una alta abstención?

No sé si creerlo o más bien desearlo. La clave van a ser aquellos desencantados de VOX que una vez más se quedarán en su casa, unos 300.000, después de comprobar cómo la opción identitária que tanto anhelaban, se ha convertido en la muletilla del PP, como era previsible, aunque con sus lógicas salidas de tono en materia de violencia de género. Si el PP capta un millón cien mil de la saca verde, más un porcentaje de entre un 15 y un 20 por ciento de los naranjas, en ambos casos en las circunscripciones pequeñas y medianas, el centro derecha se habría rearmado.

La guerra entre PSOE y Podemos será similar a la de siempre, aunque si entra Errejón en la partida será en beneficio de Sánchez a corto plazo, con el consiguiente descrédito y debilitamiento de Pablo Iglesias y su formación.

En definitiva, más PSOE (con Errejón) y más PP (sin Rivera y Abascal) pagando tributos a los nacionalistas catalanes y vascos.

¿Cree que habrá un trasvase masivo de votos de Vox al PP y de Podemos al PSOE?

Creo que sí, aproximadamente un millón cien mil votos de VOX al PP y sin embargo lo que pierda Podemos se irá a la fuerza que dirija Errejón, o lo que es lo mismo, a la marca blanca del PSOE. El asunto es si los militantes de Mas Madrid se lo van a permitir o es lo que quieren; es decir, ser la muletilla de Sánchez y viviendo por tanto en la nada.

Francisco Gómez

¿Qué se juegan los españoles dependiendo de los resultados del 10-N?

Nos jugamos muchísimo ya que de seguir todo igual y ante la crisis económica que los expertos anuncian de nuevo, o se toman medidas ya demostradas en gobiernos del PP, aunque parezcan injustas a buena parte de la sociedad mal criada, o nos vamos a la más absoluta recesión económica y social con políticas redistributivas de la miseria, que es lo que la izquierda mejor sabe hacer. Todos más pobres, más dependientes, más adoctrinados por la propaganda de los medios públicos (de los privados prefiero ni hablar) la educación de saldo, los nacionalistas crecidos, los no nacionalistas oficiales también…

¿Y la moral y los valores? Dejémoslo, que da para escribir un libro para mentes muy sesudas y no está la cosa como para ir de intelectual por la vida y menos para los políticos ávidos por seguir manteniendo su nivel retributivo, por seguir pisando moqueta roja y por continuar degustando los famosos gin tonic de la cafetería del Congreso, a la par que pactan con sus periodistas a sueldo aquellos temas innecesarios para crear opinión en las tertulias de radio y televisión y posteriormente presentarlas como propuestas de Ley.

¿A quién no le gustaría vivir con estas prebendas durante unos años?

Parece claro que la dispersión del voto de la derecha es una de las principales bazas de Pedro Sánchez. Fracasada la propuesta de “España Suma”, ¿cómo cree que se debe incidir ante el electorado de derecha para que no se produzca una fragmentación del voto?

Muy sencillo, llevando a la práctica tal propuesta de una forma lógica y cabal, es decir, olvidando fórmulas o marcas marketinianas y votando, como se ha hecho toda la vida, a derecha o a izquierda, sin experimentos, sin invenciones, sin excentricidades, sin miedo, con convencimiento de que la fragmentación no significa más democracia o libertad, sino todo lo contrario, menos estabilidad y progreso colectivo.

¿Descarta un posible acuerdo postelectoral entre PSOE y Ciudadanos?

Desde luego que no lo espero. Ciudadanos se merece perder al menos un 20% a su derecha y otro 20% a su izquierda y lo restante seguirá viviendo del parlamentarismo, de las subvenciones y de la soflama antiseparatista a distancia.

¿Qué resultados prevé para Vox?

En votos 1.400.000 votos como máximo, aglutinado en las grandes ciudades, suficiente para que les dé para 10 diputados (Abascal & sus amiguetes) y lo siento por el número 11 de la lista porque, o mucho me equivoco o entrará Rocío Monasterio por el tema de centralizar los cobros familiares y devolver favores a sus benefactores. En el ámbito rural, a la gente de bien solo se las engaña una vez.

Si me equivoco y VOX resiste, será que las voces que proclamamos sentido común, no habremos hecho bien nuestro trabajo tratando de explicar lo que verdaderamente es bueno para España y nuestras cuentas corrientes, incluidas las más perjudicadas, que lo sepan…

Permítame por último una recomendación dirigida a las nuevas hornadas de votantes. Les recuerdo que en domingo el botellón no es bueno y que tomar el aire dejando la consola una hora enfriándose viene hasta bien. A los progresistas, que les gusta lo que dice la niña Greta sobre el cambio climático y luego twitean que tenemos lo que nos merecemos, decirles que las tiendas de los centros comerciales abren hasta las 21.00 horas; a la derecha liberal y conservadora, que miren por su bolsillo y a la derechona laica, aconfesional y/o agnóstica, que vuelvan un par de horas antes del chalet para cumplir con su Patria, sino la quieren ver romperse en mil pedazos.

Con la derecha como Dios manda ya cuento después de ir a misa y antes del aperitivo dominguero.