Condenado por abuso sexual el empresario que tuvo el pésimo gusto de simuló besar a la podemita Teresa Rodríguez
La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado al pago de una multa de 13.800 euros al empresario que simuló besar a la parlamentaria de Podemos Teresa Rodríguez durante un acto celebrado en la Cámara de Comercio el día 20 de diciembre de 2016, todo ello tras el juicio celebrado el pasado día 12 de septiembre.
En la sentencia facilitada este lunes por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), contra la que cabe recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del TSJA, el tribunal absuelve al acusado del delito contra la integridad moral y del delito de atentado de los que fue acusado inicialmente y le condena al pago de una multa de 23 meses, con cuota diaria de 20 euros, por un delito de abuso sexual en concurso ideal con un delito leve de falta de respeto y consideración debida a la autoridad.
Asimismo, el acusado deberá indemnizar a la parlamentaria de Podemos en la suma de 2.500 euros por el daño moral causado, pues la Audiencia considera que «es indudable que los hechos provocan en cualquier persona, sin necesidad de mayor prueba, un innegable impacto psíquico, desazón e incluso humillación, que ha de ser compensado».
La Sección Cuarta considera probado que, el 20 de diciembre de 2016, se celebró en la planta baja de la sede de la Cámara de Comercio un acto organizado por la agencia EFE al que había sido invitada la víctima en su condición de diputada del Parlamento de Andalucía por Podemos, de la que era portavoz.
Al mismo tiempo, en la planta primera del edificio se había celebrado un pleno de la Cámara de Comercio, a cuya finalización se ofrecía una copa con motivo de la proximidad de las fiestas navideñas, relata el tribunal, que añade que, una vez terminado el acto, Teresa Rodríguez fue invitada por la jefa de Protocolo de la Cámara, a instancias de su presidente, a subir a la primera planta a fin de saludarla y mostrarle las dependencias y proyectos de la Cámara.
El tribunal considera el testimonio de Teresa Rodríguez «claro, preciso y contundente
Teresa Rodríguez accedió a subir, al menos a saludar al presidente, y así lo hizo acompañada de la jefa de Protocolo, entrando en el despacho del presidente. Unos minutos después, y cuando la denunciante salía del despacho, el acusado salió de una sala contigua «con una copa en la mano» y, «conocedor de la condición» de la afectada «y de la función representativa que cumplía, se dirigió apresuradamente hacia ella y, de forma sorpresiva e inopinada, sin mediar palabra ni saludo previo, la rodeó por la espalda con su brazo derecho, haciéndola retroceder contra un rincón, al tiempo que aproximaba su cuerpo al de ella y le ponía la otra mano sobre la boca besando a continuación su propia mano en lo que simulaba ser un beso en los labios a la parlamentaria», hechos que tuvieron lugar en presencia de la deja de Protocolo, el presidente y un vocal de la Cámara de Comercio.
«Incapaz de reaccionar tras lo sucedido», la denunciante «optó por abandonar el lugar de forma rápida, acompañada de la jefa de Protocolo, a quien transmitió de manera inmediata su malestar e indignación», precisa el tribunal, que considera que el testimonio prestado por la denunciante «ha sido claro, preciso y contundente, sin contradicciones que pudieren considerarse relevantes y persistentes en todos sus extremos esenciales, sin que quepa aventurar ningún móvil espurio que pudiera impulsarla a narrar unos hechos en forma distinta a como realmente sucedieron», mientras que los testigos que declararon en el juicio «confirman la realidad del incidente y de su carácter inopinado y sorpresivo».
La Audiencia también alude al visionado del documento gráfico que contiene la grabación de lo sucedido, que «corrobora la versión de los hechos» ofrecida por la afectada, frente a todo lo cual el acusado se limita a manifestar que fue «un saludo normal», que no le puso la mano sobre la boca o que tampoco la «agarró por la espalda», calificando los hechos como una «broma pesada», pero la Audiencia asevera que «no se trata más que de una excusa inaceptable, tratándose, como se trataba, de dos personas desconocidas, que no habían mantenido la menor relación».
Conducta con significado sexual
El tribunal considera que «es indudable que la conducta llevada a cabo por el acusado tenía un inequívoco significado sexual» y que fue realizada «sin el consentimiento» de la denunciante, «que se vio involucrada en un comportamiento sexual no deseado», y que ambas cosas «eran conocidas y queridas por el acusado».
Fue el propio presidente del tribunal, José Manuel de Paúl, quien antes del inicio del trámite de conclusiones e informes finales del juicio abrió la posibilidad a las acusaciones de considerar los hechos como abuso sexual, algo que aceptó la acusación particular, pero no la Fiscalía.
En este punto, la sentencia recuerda que el delito de abuso sexual del artículo 181.1 del Código Penal por el que ha sido condenado en concurso ideal con un delito leve de falta de respeto contempla una pena de prisión de uno a tres años de cárcel o multa de 18 a 24 meses, y en este caso argumenta que «la interposición de la mano del acusado entre su boca y los labios» de la afectada, «el carácter fugaz del acto y la gravedad de la conducta aconsejan la opción por la pena pecuniaria». Y, al considerarlo un empresario relevante del sector del mueble, el tribunal impone una multa de 23 meses a razón de 20 euros diarios.
Además de esta multa, el condenado tendrá que indemnizar a Teresa Rodríguez con 2.500 euros. No obstante, fuentes del caso han precisado a este periódico que el empresario condenado ya consignó en su día una cantidad cercana a los 15.000 euros en los juzgados, por lo que no tendría que hacer frente de nuevo a esos pagos. De momento, la defensa de Manuel Muñoz aún no ha decidido si recurrir este fallo de la Audiencia.
Este hombre ha sido bien condenado pero la ideología de género (que no se basa en realidades empíricamente comprobadas) hará estragos irremediables en nuestra sociedad y nos divide a los hombres como enemigos maltratadores malos de las mujeres, buenas y víctimas.
Yo soy hombre y no me siento ni maltratado ni dividido por las mujeres…el que teme algo por algo sera
Ahora un beso es algo sexual y un delito? Y eso que fue solo insinuar, eso si, una tia te pega un bofeton y no pasa nada, le das un puñetazo a un tio y no pasa nada, eso si no le des un beso a una mujer que eso es un acto terrorista, estas feminazis buscan cualquier excusa por cobrar subvenciones
No se a usted pero a mí nunca una mujer ni me dio un bofetón ni un puñetazo…nunca he dado motivos para que lo hicieran….esa mujer fijo que tampoco le dio motivos para que ese asqueroso la besara sin consentimiento alguno
El será un patán y un pesao, pero hombre abuso sexual me parece excesivo. De todas formas,yo a esa no la tocaría ni con un palo.
Si fuese sido al contrario los jueces ni muuuuu
Al contrario???a ese viejo no lo toca una mujer en su sano juicio…menudo esguince tiene en la cara
Es una vergüenza llamar a esa tontería abuso sexual. Son cosas que pasan cuando se bebe demasiado y ni la tocó. Puede rezar (es un decir) esa pudremita para que no saber nunca lo que es verdadero abuso sexual. Claro que a estas femimarxistas nunca les pasa nada, por desgracia.
Vaya educación que darás a tus hijos si banalizas estos actos…
Si tan empoderada es la Tere,¿por qué no abofetea al empresario baboso en lugar de lloriquear y denunciar?.Así son de “valientes”estas feministas.Mucho ladrar y lo que hacen es activarse como las niñas pequeñas y acudir a Papá Estado para que les saque las castañas del fuego.
A ese viejo verde le jode más rascarse el bolsillo que un bofetón delante de sus amigotes machorros.bien por ella
Jejejee… ¿No será que él es un empresario y ella populachera? ¿Porqué no se le condenó a la ministra por llamar maricón al ministro? AAAAy señors jueces que se les ve el plumero.