El Gobierno oculta la verdad sobre el empleo por temor a que influya en la campaña electoral
«El mercado laboral sigue siendo dinámico» y el ritmo de afiliación a la Seguridad Social «supera el 2%», cifra que demuestra este vigor. Además, «es muy estacional» y el Gobierno espera «que en los próximos meses los datos mejoren», por lo que el resto de partidos deberían abstenerse de hacer un «uso electoral» del empleo.
A tenor de esta descripción que ayer realizó Nadia Calviño en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, se podría pensar que el mercado laboral tan sólo está atravesando una puntual moderación, que ni mucho menos es excesivamente preocupante, y que el ritmo de creación de puestos de trabajo seguirá siendo notable en los próximos meses. El problema es que la ministra de Economía no incluyó en su descripción algunos aspectos que señalan que el contexto no es exactamente así, y que dibujan además una situación que choca con el discurso electoral del presidente Sánchez.
Para encontrar la primera muestra tan sólo hay que acudir a esa misma estadística de la Seguridad Social que Calviño citó. Según los datos que el pasado martes publicó el Ministerio de Trabajo, la afiliación en septiembre creció un 2,4% respecto al mismo mes del año pasado, dato que efectivamente supera el 2% pero que, al mismo tiempo, es el menor desde 2014.
La ministra también prefirió obviar otra cifra que ofrece esa misma publicación, y es la que hace referencia a la evolución intermensual, esto es, entre agosto y septiembre. En este caso, el incremento es de apenas un 0,02%, lo que supone el menor ritmo de creación de empleo en términos de afiliación desde 2013, es decir, cuando España estaba todavía en plena crisis. Y por supuesto, Calviño tampoco señaló que la afiliación media se incrementó en 3.224 trabajadores, cifra que contrasta con los 22.899 de septiembre de 2018.
Pero hay más. Las previsiones de los organismos tampoco sustentan esa esperanza de que «en los próximos meses los datos mejoren». El Banco de España publicó la pasada semana sus nuevas previsiones macroeconómicas, documento que Calviño citó para demostrar que la economía «está en una fase expansiva» y que la corrección a la baja de su estimación de crecimiento se debe a un revisión metodológica que, a su vez, llevó a cabo previamente el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Sin embargo, una vez más, la ministra de Economía tan sólo abordó una parte de las cifras y no hizo ninguna referencia a las nuevas estimaciones para el mercado laboral. Así, el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos avisó de que «el ritmo de creación de empleo se ha reducido a la mitad desde mayo», que durante el verano se ha registrado una moderación «más intensa» de lo esperado y que existe una «desaceleración generalizada por ramas de actividad» que es especialmente notable en sectores como el de la construcción.
El resultado es que el Banco de España empeoró sus estimaciones de empleo y ahora prevé que la tasa de paro seguirá superando el 14% al cierre de este año, que en 2020 todavía será del 13,2% y que en 2021 apenas retrocederá hasta el 12,8%. Un evidente estancamiento que coincide, además, con lo que ya advirtió hace meses el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En aquella ocasión, Calviño restó importancia a las cifras del organismo que después optó a presidir, afirmando que el FMI se limita a «meter unos números en un modelo y ver qué resultado da» y que no estaba «reflejando con exactitud lo que puede estar sucediendo en el mercado laboral».
Existe, además, una característica de la economía española que recientemente explicaba en este periódico Juan Ramón Rallo. Este doctor en Economía recordaba que España necesita crecer a ritmos cercanos al 1,5% para poder crear empleo, y que a partir de ese nivel la economía comienza a destruir puestos.
(El Mundo)